De Estados Unidos al Viejo Continente
Hay consenso en frenar la llegada de inmigrantes, pero difieren en cómo.
Europa sigue sin acordar una política migratoria común, aunque ayer domingo en Bruselas 16 socios del bloque avanzaron algunos pasitos para blindar las fronteras de la UE.
"Hubo mucha buena voluntad hoy y también algunas diferencias, pero todavía queda terreno en común", dijo la canciller alemana, Angela Merkel, al término del encuentro en Bruselas.
Reducir la migración irregular, proteger las fronteras europeas, una mayor cooperación con los países de origen y de tránsito de los migrantes... La UE empieza a definir cómo frenar la llegada de migrantes, pero sigue sin solución para aquellos que ya llegaron.
Y esta última cuestión, la acogida de migrantes y refugiados, es el principal escollo entre miembros de la UE, que querían plasmar en su próxima cumbre el 28 y el 29 de junio su hoja de ruta para reformar la política común de asilo. Esto aparece ahora imposible.
Plan italiano.
Las reglas europeas de asilo, conocidas como Reglamento de Dublín y cuya reforma llevan intentando sacar adelante sin éxito los 28 desde hace dos años, establecen que el primer país que pisa un migrante a su llegada a la UE es el encargado de gestionar su solicitud de protección internacional. Este principio se revocó temporalmente durante dos años, hasta septiembre de 2017. Los países de la UE se comprometían a acoger mediante un sistema de cuotas a los refugiados llegados a las costas de Italia y Grecia. Pero pese a la llamada "solidaridad europea", los países mediterráneos siguieron haciéndose cargo en su mayoría de los migrantes llegados a sus costas, por lo que el nuevo gobierno italiano, una coalición de ultraderechistas y euroescépticos, llegó a Bruselas con su plan.
Para lograr "una política de gestión de flujos migratorios eficaz", Italia aboga por extender la responsabilidad de la acogida a los 28 socios de la UE y sanciones para los países que no acojan refugiados. "Quien desembarca en Italia, desembarca en Europa", reza su plan de 10 puntos.
Estas propuestas anuncian choques con el grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia), que no participaron en la reunión de ayer en Bruselas. Los dos primeros se negaron a acoger a refugiados en el marco del reparto excepcional en la pasada crisis migratoria.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se dijo "satisfecho" en Twitter por la reunión de ayer, al imprimir "la dirección justa en el debate en curso". "¡Tras años de silencio, Italia recupera una fuerte voz en Europa!", tuiteó su ministro de Interior, Matteo Salvini.
Optimistas.
De todos modos, tras la reunión de ayer en Bruselas, los líderes de la UE mantienen la esperanza de lograr un acuerdo. Es que al menos la minicumbre sirvió para forjar un primer consenso sobre los puntos clave para abordar el problema. Al término de la misma la impresión compartida era la de un encuentro útil para intercambiar posturas y avanzar en la búsqueda de consenso.
"Hemos encontrado más puntos de unión que de discrepancias", resumió el presidente español Pedro Sánchez, quien consideró que el encuentro supone "un paso adelante" de cara a encontrar un solución común.
En la misma línea, el presidente francés, Emmanuel Macron, se mostró satisfecho de que se haya logrado un "primer consenso" sobre la necesidad de abordar tanto la dimensión externa como interna de la cuestión.
Este consenso gira en torno a tres pilares: la necesidad de trabajar más con los países de origen y tránsito de la inmigración, mejorar la protección de las fronteras exteriores, y reformar los procedimientos de asilo, entre otras puntos, para atajar la migración secundaria por la que los demandantes de protección se trasladan de un país a otro en la UE.
También se comprometieron a abordar partidas que aún no se han desembolsado, en concreto, una de 500 millones de euros para el Fondo Fiduciario de la UE para África y el segundo tramo de su acuerdo migratorio con Turquía, de 3.000 millones de euros.
Los líderes discutieron además una propuesta franco-española para crear centros controlados en países de la UE en los que desembarquen los inmigrantes.
Sobre la mesa estaba también el plan italiano, que aboga por crear centros en países fuera de la UE en los que se decida de antemano quién tiene derecho al asilo y quién no, de modo que se eviten las salidas hacia Europa.
Tanto Alemania, que necesitaba dar señales de acuerdo europeo a su ministro de Interior, que demanda una política migratoria más restrictiva, como Italia, que amenaza con no acoger más barcos si no recibe ayuda de sus socios, se mostraron satisfechos con el encuentro.
"Estamos de acuerdo en que no se puede dejar solos a los países que reciben la mayor carga de inmigrantes", dijo la canciller alemana Angela Merkel, quien precisó, no obstante, que no se puede permitir que "las mafias o los peticionarios de asilo" decidan dónde formulan su solicitud, sino que eso debe regularse.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se mostró "decididamente satisfecho" con el encuentro y dijo que el debate ha tomado "la dirección correcta".
Más de 300 en el mar
Más de 300 inmigrantes esperan en el Mediterráneo en dos barcos a que algún país de la Unión Europea (UE) los acoja.
En el buque de la ONG alemana Lifeline hay unos 230 inmigrantes —entre ellos cuatro niños—, muy cerca de Malta. Otros 113 migrantes están en el buque Alexander Maersk, de bandera danesa, en aguas italianas.