Fue vicepresidente de Colombia entre 2002 y 2010 y embajador de su país en Estados Unidos entre 2018 y 2020. Periodista, activista e integrante de una familia que ha dado políticos prominentes, fue secuestrado en 1990 por el Cartel de Medellín que asesinó a su chofer. Crítico del actual gobierno colombiano, vendrá la semana próximo a Montevideo donde organiza un seminario denominado “La influencia autoritaria de Rusia, China e Irán en las democracias de América Latina”. A su juicio, ya está en marcha una nueva “guerra fría” en la región y es necesario que haya investigadores que la estudien y expliquen.

-¿Cuál es, a su juicio, la situación actual de Colombia?

-Colombia está mal. No solo no se ha avanzado en la pacificación, sino que se ha retrocedido tremendamente después de los logros que tuvimos entre 2002 y 2010. Estamos regresando a las épocas de antes del año 2000, cuando las organizaciones armadas y de narcotráfico controlaban muchas áreas. El secuestro comienza a crecer dramáticamente. El desestímulo del presidente a la acción de la fuerza pública es absoluto. Lo que hay es un presidente activista y no un presidente que represente a todos los colombianos.

-¿Los acuerdos de paz fueron defectuosos?

-Absolutamente. En el año 2013 el presidente (Juan Manuel) Santos cambió toda la política de lucha contra el narcotráfico en un acuerdo con la guerrilla de las FARC para poder seguir una negociación. Terminamos el año 2012 con 40.000 hectáreas de coca. Diez años antes teníamos 180.000. Estábamos a punto de transformar dramáticamente el equilibrio en la lucha contra el narcotráfico con un éxito increíble. Y ese cambio hizo que el narcotráfico pasara de 40.000 hectáreas a 200.000 hectáreas en cinco años. El presidente Santos dejó a Colombia con toda la institucionalidad de lucha contra el narcotráfico destruida. Con 200.000 hectáreas de coca, con un golpe de estado a la democracia cuando no aceptó los resultados de un referéndum y entregándole a grupos terroristas como las FARC la victoria política luego de que habían sido derrotados.

-¿Cómo es su relación con su primo, el expresidente?

-Tengo una relación familiar, no cercana. Pero tengo una tremenda distancia en la relación política; esto no es de ahora, es de siempre. La situación de Colombia hoy tiene dos responsables: Juan Manuel Santos y Gustavo Petro.

-¿Sigue integrando el partido del expresidente Uribe?

-Formo parte. No estoy muy involucrado. Estoy más dedicado a temas internacionales. Me parece que es la lucha que hay que dar para defender la democracia en la región, que está seriamente amenazada.

-A Uribe se lo asocia con el paramilitarismo...

-Al contrario. En ocho años se desmontaron los grupos paramilitares. Todos los jefes paramilitares acabaron extraditados. El peor enemigo de los paramilitares es Uribe.

-¿Tiene sentido combatir al narcotráfico? ¿Qué piensa de la legalización de las drogas?

-La primera prueba de legalización, que es la de la marihuana, no ha salido tan bien. No se ha reducido la violencia. El consumo ha crecido y los problemas de salud pública van a ser grandes. Si quieres de verdad resolver el problema, tienes que legalizar todas las drogas. Pero se generaría a la sociedad unos riesgos brutales e inmensos de salud pública, que muchas veces pueden ser mucho mayores que los riesgos que hoy tenemos por cuenta de la delincuencia que maneja el narcotráfico.

-Ningún país le ha ganado ni parece que lo vaya a hacer...

-Estoy de acuerdo. La única manera es limitar dramáticamente sus efectos negativos. Eso sí es lo que hay buscar. Inclusive en países como Uruguay, donde hubo legalización, ya hay fenómenos de violencia que no se veían. Lo más preocupante es eso ingenuo de que las organizaciones criminales van a desaparecer porque desaparece el narcotráfico. Se van a transformar en otro tipo de delincuencia.

-¿Cómo ve la postura de Petro frente a Venezuela?

-Petro trajo a (Hugo) Chávez aquí a Colombia. Yo lo entrevisté en el periódico El Tiempo. Petro es parte de todo ese entorno. Una plata importante llegó a la campaña de Petro desde Venezuela. ¿Qué puede esperar uno de alguien que tiene ese relación con Maduro? No me sorprende la posición. Ni la debilidad que han tenido frente a la dictadura mafiosa que tenemos en el vecino país.

-Siempre se dijo que la guerrilla colombiana se movía en el oeste venezolano...

-Hoy el Ejército de Liberación Nacional es la primera guerrilla binacional y es más fuerte en Venezuela que acá. Controlan una parte importante de la economía del estado Táchira. Están trabajando de la mano con Freddy Bernal (gobernador de ese estado). Son su aparato de represión. Son parte del Estado.

-¿Por qué debe preocupar la presencia de Rusia en América Latina?

-Hay una nueva guerra fría regional. La penetración del aparato de inteligencia ruso en América Latina es muy importante. Cuando Ecuador quiso vender helicópteros viejos que tenía a Ucrania, inmediatamente le hicieron una guerra cibernética brutal donde atacaron toda clase de instalaciones. En Venezuela trabajan asiento con asiento con la inteligencia. Venezuela es el lugar de aterrizaje de la inteligencia rusa para hacer inteligencia en Colombia y a todas las fuerzas militares en América Latina.

-¿Y en cuanto a Irán?

-Es inmensa la presencia de Irán, sobre todo en Bolivia, Nicaragua y Venezuela. Su aliado Hezbolá está en el narcotráfico en Bolivia.

-¿EE.UU. está distraído?

-Su nivel de atención es tan corto que muchas veces uno no puede contar con ellos. Por eso no trajimos expertos estadounidenses, porque queremos crear nuestro propio conocimiento. Quienes vendrán son de América Latina. Es una batalla que tenemos que dar los que creemos en la democracia en la región. No podemos depender de Estados Unidos para esa lucha porque vive distraído.