EL PAIS DE MADRID
"En Santiago del Estero y en Chaco, la hectárea vale lo que vale una hamburguesa`, denuncia Andrés Kliphhan, coautor de "Tierras S.A.", una investigación de tres años junto a Daniel Enz que pinta el proceso de venta de tierras que vive Argentina.
"Hay 30 proyectos de ley para regularlo, ya sea en el Parlamento federal o en los provinciales, pero están todos metidos en el cajón", añade. Kliphhan advierte de que grandes compradores son sociedades de las que no se sabe nada y cuya sede está situada en paraísos fiscales.
Al menos el 10% del territorio nacional ya está en manos extranjeras, según indica, citando como fuente al Ministerio de Defensa argentino, Gonzalo Sánchez, autor de "La Patagonia Vendida". De hecho, el mayor propietario del país es un grupo familiar italiano y multinacional de la moda: los hermanos Benetton, que poseen unos 10.000 kilómetros cuadrados, una cifra que puesta sobre los 2.780.000 kilómetros cuadrados de Argentina tal vez no representen mucho, pero que sería como ser el dueño de todo el departamento de Florida.
Tras ellos, en la lista de megapropietarios se sitúan cinco familias tradicionales argentinas, aunque llaman más la atención de los medios otros magnates extranjeros, especialmente los estadounidenses, que han puesto sus ojos y sus dólares en los extensos terrenos patagónicos.
Los Benetton -que comenzaron a comprar hectáreas argentinas en la década de 1990- no sólo son los mayores terratenientes de Argentina, sino también los mayores productores de cordero patagónico (y de lana) del país. Además, se dedican a la reforestación, con variedades de árboles cuya madera luego es empleada en la fabricación de muebles. Aunque han tenido problemas judiciales con comunidades indígenas por la posesión de algunos de sus lotes de tierra, son considerados parte de la categoría de propietarios productivos.
En otro plano se sitúa el multimillonario Douglas Tompkins, quien al frente de la Conservation Land Trust es poseedor de unos 4.500 kilómetros cuadrados -como el departamento de Maldonado, de los cuales un 20% es productivo y el resto forma de parte de su proyecto personal de conservación de la naturaleza. En Argentina, Tompkins -con buena conexión con los Kirchner- ha comprado y donado luego al Estado grandes extensiones de terreno a condición de que sean declaradas reservas naturales. El multimillonario ecologista evita cuidadosamente comprar tierra fiscal para eludir reclamaciones de grupos vecinales o administraciones, aunque ha tenido problemas por el cierre de pasos vecinales.
En una tercera categoría de grandes propietarios extranjeros estarían situados aquellos que compran terrenos para disfrute personal. Los que más destacan son el vicepresidente de AOL/Time Warner y fundador de la cadena CNN, el estadounidense Ted Turner, o Joseph Lewis, el sexto hombre más rico de Gran Bretaña, con negocios por todo el mundo y algunos caprichos como el equipo de la Premier Tottenham Hotspur.
Pero además de los nombres más llamativos, miles de inversores de todo el mundo han puesto sus ojos en Argentina, y aquí se mezclan los intereses comerciales, los sueños personales y la mera especulación. La provincia de Mendoza es un buen ejemplo de ello. Mendoza se caracteriza por tener una combinación de tierra y clima excepcional para el cultivo de vides. Desde hace unos años, grandes grupos vitivinícolas franceses, españoles e italianos están adquiriendo terrenos y bodegas como parte de su estrategia de expansión empresarial. Y también lo están haciendo ciudadanos particulares, argentinos y extranjeros, animados por la posibilidad de realizar el sueño de tener un viñedo al precio de unos 60.000 euros la hectárea plantada y produciendo uva que luego se puede vender a diversas cooperativas. Pero también se está produciendo una inversión puramente especulativa animada por las proyecciones de alza en el precio del terreno.
La Iglesia católica ha entrado en escena con la publicación hace algunos meses de un documento titulado Una tierra para todos, en el que denuncia la concentración de tierra productiva y pide una política de Estado para un problema que afecta a comunidades indígenas, trabajadores del campo y los habitantes de las ciudades.
Mientras, a la estela del negocio, páginas en Internet tratan de pescar incautos con el reclamo de ventas de miles de hectáreas en la Patagonia. "Es una estafa. De la venta ya se encargan grandes inmobiliarias argentinas", advierte Andrés Kliphhan, para quien uno de los aspectos más preocupantes es la falta de transparencia a la hora de saber quiénes son en realidad los propietarios de la tierra. Una tierra a veces más barata que una hamburguesa.
haciendo números
CATAMARCAA SEIS EUROS LA HECTÁREA. El País de Madrid hizo la comparación que con 200.000 euros, el precio de un apartamento hoy en España se compran 33.000 hectáreas de suelo árido apto para ganadería y olivos.
CHUBUT A 11,5 EUROS LA HECTÁREA. Clima muy frío y ventoso a 1.450 kilómetros al sur de Buenos Aires.
MENDOZA A 10.000 EUROS LA HECTÁREA DE VIÑEDO SIN PLANTAR. Clima continental, altas temperaturas en verano y muy frío en invierno.
PROVINCIA DE BS. AS. - A unos 1.000 euros la hectárea para producción ganadera y agricultura de cereales.
URUGUAY - El valor de la tierra aumentó un 65% durante 2006. En el centro del país la héctarea se paga unos U$S 2.000 y hay zonas en el litoral donde está a U$S 3.500. Pergam Finance, un fondo francés ofrece a sus inversores tierras en Uruguay