Miles de vuelos fueron cancelados o retrasados en Estados Unidos ayer miércoles debido a una falla informática que obligó al regulador de la aviación civil (FAA) a suspender temporalmente todas las salidas de vuelos domésticos.
Se trata de la primera vez que Estados Unidos suspende las salidas de los vuelos domésticos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La falla, que comenzó el martes por la noche, afectó un sistema de información crucial para pilotos y tripulaciones. Por el momento, el gobierno descarta un ataque cibernético.
“No hay señales de que se trate de un ciberataque”, dijo en Twitter la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
A las 09:00 (hora del este) la FAA levantó la prohibición que impedía despegar a aviones. La excepción fueron los aeropuertos de Newark Liberty (suburbio del oeste de Nueva York) y Atlanta, donde se reanudaron antes para evitar una fuerte congestión del tráfico.
Según el último tuit de la agencia, las operaciones en todo el país “se están reanudando gradualmente”.
Más de 1.100 vuelos fueron cancelados y más de 7.300 retrasados, según un recuento del sitio web especializado Flight Aware.
En el aeropuerto Ronald Reagan, ubicado cerca de Washington, los tableros de salida estaban plagados de banderas rojas que indicaban retrasos.
En el aeropuerto de Ciudad de México también se retrasaron varios vuelos con destino a Estados Unidos, señaló un periodista de la AFP.
La atención ahora se centra en la causa de la falla, que aún no ha sido identificada por la FAA.
Consultado sobre el tema antes de que se levantara la prohibición de despegue, el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que habló con el ministro de Transporte, Pete Buttigieg, pero que desconocía el origen de la avería en ese momento.
Los reguladores “esperan tener una mejor idea en unas pocas horas y reaccionarán en ese momento”, dijo.
En tanto, Buttigieg señaló en su cuenta de Twitter que pidió una investigación “para determinar las causas (de la interrupción) y recomendar los próximos pasos”.
Por su parte, la presidenta de la comisión del Senado a cargo del transporte, Maria Cantwell, también advirtió que una comisión examinará las causas de los problemas. “El público necesita un sistema de transporte aéreo resistente”, dijo en un comunicado.
El tráfico aéreo en Estados Unidos ya se había visto sacudido en Navidad por una ola de frío extremo acompañada de nevadas, que se prologó durante varios días con cancelaciones en cascada de la compañía Southwest.
“La catastrófica falla del sistema de la FAA de hoy es una señal clara de que el sistema de transporte de Estados Unidos necesita desesperadamente una mejora importante”, dijo la Asociación de Turismo de Estados Unidos.
Varios republicanos también criticaron fuertemente a la FAA, como el senador Ted Cruz quien, en un comunicado de prensa, consideró “inaceptable” la incapacidad de la agencia para operar un importante sistema de seguridad.
La FAA no tiene un jefe designado desde la renuncia de Steve Dickson a fines de marzo de 2021. La Casa Blanca propuso en julio reemplazarlo con Phillip Washington, pero el Congreso aún no ha realizado su audición, lo que impide que asuma el cargo.
El sistema Notice To Air Missions (NOTAM), afectado por la avería, se utiliza para transmitir información a las tripulaciones sobre riesgos, la situación en los aeropuertos y otros datos importantes.
El sistema es “esencial en la información requerida para las operaciones tierra/aire”, explicó a la AFP Michel Merluzeau, analista del gabinete AIR.
Hasta ayer por la noche se esperaba que despegaran de Estados Unidos un total de 21.464 vuelos, en su gran mayoría domésticos, según cifras de la firma especializada Juliett Alpha.
Alrededor de 2 millones de pasajeros se ven potencialmente afectados por el incidente.
La cancelación que le costó 800 millones a una aerolínea
La histórica ola de frío polar que azotó Estados Unidos en diciembre, y que causó decenas de muertes, provocó el caos en la gestión de la aerolínea Southwest Airlines. La compañía sufrió cancelaciones de vuelos en cadena y llegó a paralizar casi por completo sus operaciones al ser incapaz de sobreponerse al efecto de las primeras cancelaciones provocadas por la tormenta.
La compañía dejó de operar 16.700 vuelos entre el 21 y el 31 de diciembre y asumirá por ello unos costes de 725 a 825 millones de dólares, según comunicó el pasado viernes la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos
Durante la tormenta, las pérdidas de equipaje se generalizaron, desatando la alarma de las autoridades, que pidieron a las compañías que compensen a los viajeros. Ninguna se vio tan afectada como Southwest. Sus sistemas colapsaron y fue incapaz de recuperarse con rapidez de las cancelaciones provocadas por el frío.
La compañía fracasó al intentar reasignar pilotos y tripulaciones y eso acabó provocando una reacción en cadena con casi tantas cancelaciones en los últimos 11 días de 2022 como en todo lo que llevaba de año.
En base a AFP y El País de Madrid