O Globo/GDA
Imágenes de las cámaras de seguridad de un edificio en Ipanema, en la zona sur de Río de Janeiro, registraron el brutal acercamiento de dos policías militares a cuatro adolescentes la noche del miércoles. Los jóvenes entraban en un edificio de la Rua Prudente de Morais cuando el coche policial se detuvo en la acera y los policías bajaron con las armas en la mano.

El grupo formado por un joven blanco y otros tres afrodescendientes fue obligado a apoyarse contra la pared para ser registrado. Los amigos llegaron el miércoles por la mañana desde Brasilia para pasar cinco días de vacaciones en Río.

La madre de uno de los adolescentes denunció el caso en las redes sociales. Al enterarse del acercamiento y ver las imágenes de la cámara de seguridad del edificio, Rhaiana Rondón consideró racista la actitud de los policías.

"Un viaje de vacaciones, planeado hace meses entre cuatro amigos. De camino a Río, cuatro adolescentes de 13 y 14 años, acompañados por los abuelos de uno de ellos, vivieron en las primeras horas la peor forma de violencia. A las 19, de regreso a su casa en Ipanema, fueron a dejar a un amigo en la puerta de su casa, en la Rua Prudente de Moraes, cuando fueron abordados bruscamente por policías militares, armados con rifles y pistolas, y sin preguntar nada, detuvieron a los menores de edad en la pared del condominio. ¡Tres de los cuatro adolescentes son NEGROS!", escribió la mujer.

El hijo de 14 años de Rhaiana le dijo a su madre que sus amigos fueron registrados y obligados a desnudarse.

Rhaiana, funcionaria pública en Brasilia, dijo que antes del viaje hizo recomendaciones y advirtió a su hijo sobre la violencia en Río. “´No lleves el celular en la mano, ten cuidado con la mochila, no andes solo´. Pensé en diferentes situaciones, pero NUNCA la POLICÍA sería la mayor amenaza. Es traumático, triste, es doloroso. Están asustados y heridos, con marcas que ni el tiempo borrará", señaló en las redes.

También aseguró que la policía militar le dijo al grupo que evitara caminar por las calles de Ipanema.

Su hijo dijo que durante el acercamiento, los policías militares mantuvieron sus armas apuntando a la cabeza de los tres niños afrodescendientes, mientras palpaban a los niños y preguntaban groseramente qué hacían allí. La actitud brutal de los policías puso aún más nerviosos a los niños, quienes no podían entender lo que decían, ya que no hablan portugués.

El caso fue denunciado por los padres ante cancillería de Brasil y los consulados de Canadá, Gabón y Burkina Faso, países de origen de los tres jóvenes afrodescendientes.

En un comunicado, la Policía Militar del estado de Río de Janeiro informó que los policías involucrados en la acción portaban cámaras corporales y que las imágenes serán analizadas para determinar si hubo exceso por parte de los agentes.