MARADONA
"Lo resolvimos muy rápido sin que hubiera balas de goma ni palazos. Lo resolvimos cerrando las puertas. Nunca estuvo fuera de control. El problema fue en la 9 de Julio", dijo el presidente.
El presidente argentino, Alberto Fernández, se sumó hoy a los cruces entre el gobierno nacional y el porteño por los desmanes de ayer dentro y fuera de la Casa Rosada durante el velorio de Diego Maradona.
"Me parece que hubo una acción desmedida de la Policía de la Ciudad, me parece que es muy evidente", dijo el mandatario en sobre los incidentes que tuvieron lugar en la 9 de Julio y la avenida de Mayo, y sostuvo que dentro de la Casa de Gobierno la situación "nunca estuvo fuera de control".
"Lo resolvimos muy rápido sin que hubiera balas de goma ni palazos. Lo resolvimos cerrando las puertas. Nunca estuvo fuera de control. El problema fue en la 9 de Julio, donde hubo una acción desmedida de la Policía de la ciudad, es muy evidente", dijo Fernández en declaraciones a la FM Radio Con Vos. "Había un tipo con una bandera y le tiraron balas de gomas a la gente a dos metros. Es incomprensible esa violencia. Pero eso de ningún modo eso dependió de nosotros", expresó.
En la entrevista radial el presidente fue consultado sobre si mantuvo algún llamado telefónico con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y contestó: "Le escribí y me dijo que (el vicejefe de gobierno porteño, Diego) Santilli estaba hablando con Santiago Cafiero".
Además, reiteró que no fue el Ministerio de Seguridad de la Nación el que dio la orden de cortar la fila en la 9 de Julio, como afirma el gobierno porteño. "La Ciudad, advirtiendo que seguía llegando gente, tomó una decisión que fue que en 9 de Julio y Avenida de Mayo cerrara se el paso de gente. No solamente lo cerró sino que lo hizo de un modo muy violento, con una violencia singular", dijo Fernández.
La familia Maradona
Por otro lado, pese al comunicado oficial difundido ayer, el mandatario aclaró: "No le atribuyo la más mínima la responsabilidad a la familia Maradona, yo solo respeté lo que pidieron".
La masiva despedida estaba prevista que terminara a las 16, por pedido de los familiares del astro, aunque por la gran cantidad de gente, decidieron extender el plazo hasta las 19. "La familia de Maradona lo que me pedía era terminar a las cuatro de la tarde con el propósito de estar una hora a solas con él, poder despedirse y emprender el camino a Bella Vista", dijo Fernández.
Sin embargo, cuando reabrieron las puertas luego de un cierre provisorio para que la vicepresidenta Cristina Kirchner se acercara al féretro, una multitud se agolpó en las rejas perimetrales de la Casa Rosada y rompió un de los portones. Ante la desesperación, los efectivos de Casa Militar optaron por abrir las puertas y varias personas se instalaron en el Patio de las Palmeras, fuera de los límites establecidos, para arengar.
Mientras tanto, la avenida de Mayo y 9 de Julio era epicentro de disturbios. La policía disparó balas de goma y los simpatizantes huyeron en todas las direcciones y respondieron con pedradas. Finalmente, decidieron cancelar el velatorio.
Barras e hinchas
Además de señalar el accionar de la Policía de la Ciudad en 9 de Julio y Avenida de Mayo para no dejar pasar a más gente, el presidente hizo hincapié en la actitud de algunas personas que se acercaron a despedir al campeón del mundo.
"Todo concurrió bien hasta ese momento en que saltaron las vallas. Mucho hincha de fútbol, de esa gente que exacerbó su ánimo, como solemos ver en las canchas de fútbol, y quisieron entrar de cualquier modo", relató.
Al respecto, Fernández confirmó que se investigará el supuesto ingreso de la barrabrava de Gimnasia a la Casa de Gobierno al momento de los desmanes. "Vamos a investigar y ver lo que pasó", respondió al respecto. "Los que entraron lo hicieron con una violencia singular", expresó y distinguió que "ya no pasaban familias con chicos y mujeres. Los que pasaron fue con una virulencia singular".
"Debimos haber previsto la presencia de barrabravas", agregó y concluyó: "Confiamos mucho en la conciencia social".