Fidias, el youtuber con millones de suscriptores que se convirtió en eurodiputado sin saber nada de política

El influencer de Chipre obtuvo el 40% del voto entre los jóvenes de 18 a 24 años en las elecciones europeas. Aunque ha reconocido no tener ni idea sobre cuestiones de política europea.

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Fidias Panayiotou, el youtuber de Chipre elegido eurodiputado
Fidias Panayiotou, el youtuber de Chipre elegido eurodiputado
Foto: Instagram/ Fidias Panayiotou

El País Madrid
Fidias entra en la plaza de la Libertad de Nicosia corriendo como si hubiera marcado un gol. En bermudas blancas y camiseta de manga corta, se sube a un banco y comienza a saltar mientras la multitud lo anima: “¡Fidias, Fidias!”. Y él, realmente sorprendido y agradecido, exclama: “No me lo puedo creer... ¡Soy eurodiputado!”.

Desde luego, es el nombre del momento, el joven que ha sacudido la estructura de la política en Chipre. Fidias Panayiotou, de 24 años y youtuber profesional, concurrió a las elecciones europeas como candidato independiente, con muy pocas apariciones en los medios tradicionales, sin apenas actos públicos; aun así, ha logrado hacerse con el acta de eurodiputado tras recibir casi el 20 % de los votos, cerca de disputarle la plaza al segundo partido más votado, el eurocomunista AKEL. Aún más, según las encuestas a pie de urna, fue la candidatura más votada entre los jóvenes: apostaron por él el 39,5% de los votantes de entre 18 y 24 años ―es decir, los que han votado por primera vez― y el 27,5% en el grupo de edad entre los 25 y 34 años.

Fidias abrazado a Elon Musk
Fidias abrazado a Elon Musk
Foto: Instagram/Fidias

Hijo de un cura ortodoxo en una familia numerosa, Fidias empezó en 2019 a publicar vídeos en YouTube, más tarde en TikTok e Instagram. Solo en YouTube tiene 2,62 millones de suscriptores, el doble que habitantes tiene la República de Chipre. Son videos, básicamente, de entretenimiento con un toque cómico: “Pasé 100 horas dentro de una bola de hámster”, “Viví siete días en un aeropuerto sin gastar dinero”, “Viajé por el mundo sin dinero” ―por este episodio tuvo problemas en Japón y la India después de colarse en el transporte público sin pagar―. Pero uno de sus mayores éxitos fue cuando, durante semanas, no paró de insistir a Elon Musk ―y ordenar a sus seguidores que hicieran lo propio― hasta conseguir un abrazo del multimillonario propietario de X y Tesla.

Claro que en todos estos videos trasciende una retórica de la autosuperación, del “si quieres, puedes” y de la aspiración individualista tan propia de estas redes sociales. “Lo voté porque me inspira y, como a mí, ha inspirado a muchísima gente. Tiene muchas cualidades y puede lograr lo que se proponga. Fijándose un objetivo y trabajando por él, como cuando decidió ser eurodiputado hace seis meses”, explica Anastasis, un joven votante.

“Tenemos muchos mensajes que dar. Cuando todos esos tertulianos se enteraron de los resultados, se asustaron, porque saben que las cosas van a cambiar. Ahora van a tener que escuchar al pueblo”, dijo a sus seguidores en la fiesta armada en la plaza de la Libertad tras su elección en un estilo puramente populista. Preguntado por El País en medio de la celebración, dijo: “Esta elección es una buena noticia para la democracia, para una democracia más directa, una nueva democracia”. Y rechazó responder más preguntas porque sus seguidores lo requerían para hacerse selfies.

En sus discursos ha abogado por una mayor participación democrática a través de las redes sociales y ha alegado que su elección sin el apoyo de ningún partido político es un hito en la historia mundial, por mucho que haya otros tantos que lo han reivindicado y logrado antes que él.

Poca claridad ideológica

Desde luego, resulta muy difícil situarlo políticamente: los ecologistas intentaron ficharlo para sus listas, pero, tras someter la cuestión a una votación entre sus seguidores, rechazó la oferta. Entre quienes celebraban su victoria la noche del domingo, había uno enarbolando una bandera con el lema: “Victoria o muerte. O con el [escudo] o sobre él”, un lema utilizado por los ultranacionalistas griegos. También hubo otro que le exigió que cantara el himno nacional: Fidias lo miró y luego lo ignoró completamente.

Él mismo, que no tiene estudios superiores, ha reconocido no tener ni idea sobre cuestiones de política europea, pero se ha mostrado dispuesto a estudiarla y esforzarse por “ser el mejor eurodiputado de la historia”. Los análisis de la prensa chipriota consideraban este lunes que la mayoría del voto recibido por Fidias proviene de jóvenes que, de otra forma, se habrían abstenido o que podrían haber votado a la extrema derecha como gesto de protesta en un ambiente muy cargado por el discurso antimigratorio.

Es un chico inteligente y tiene buenas intenciones”, explica un empresario y activista de la sociedad civil muy implicado en el diálogo por la reunificación de Chipre y que ha compartido asesor político con el nuevo eurodiputado. Ha quedado con él en las próximas semanas para darle ideas sobre la cuestión de Chipre y el diálogo entre las comunidades griega y turca de la isla: “Yo creo que, si no se equivoca de dirección, puede ser muy positivo y poner la agenda de los jóvenes y las cuestiones tecnológicas en primer plano”.

Entre quienes festejaban su victoria en la plaza de la Libertad había muchísimos jóvenes, casi adolescentes, de distintos perfiles, pero todos ellos cansados de un sistema que no les tiene en cuenta, de unos partidos que no hablan su misma lengua. “Lo hemos votado porque es joven y creemos en él. Llevamos años viendo la misma mierda de los viejos tipos de siempre, de los grandes nombres de DISY [el partido conservador ganador de los comicios europeos] y AKEL. ¿Por qué no darle una oportunidad a alguien nuevo?”, opinan Yanis y Panayiota, una pareja de 20 años. ¿Y creen que Fidias puede conseguir algo en el Parlamento Europeo? A lo que Yanis responde: “¿Y qué han conseguido para nosotros los grandes nombres de la política [chipriota] hasta ahora?”.

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