Ucrania soportó ayer jueves bombardeos masivos de Rusia contra sus infraestructuras energéticas, que provocaron nuevos cortes de electricidad en pleno invierno.
Bielorrusia, aliado de Rusia, indicó por su parte que un misil antiaéreo ucraniano se estrelló en su territorio. Las autoridades bielorrusas difundieron imágenes que presentaron como fragmentos de ese misil en un campo en el suroeste del país y convocaron al embajador de Ucrania para exigir una investigación.
“Según datos preliminares, en el ataque se utilizaron un total de 69 misiles. Las Fuerzas de Defensa de Ucrania destruyeron 54 misiles de crucero enemigos”, dijo el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeriy Zaluzhny.
Sin embargo, los misiles que alcanzaron sus objetivos provocaron nuevos daños en la red eléctrica, ya muy deteriorada por casi tres meses de bombardeos de este tipo.
Se registraron nuevos cortes de electricidad en todo el país, donde millones de civiles enfrentan desde hace semanas graves problemas de racionamiento de electricidad, agua y calefacción.
Las fuerzas aéreas ucranianas también informaron de la destrucción de once drones explosivos Shahed, de fabricación iraní.
“El enemigo está atacando Ucrania en varios frentes, con misiles de crucero disparados desde aviones y barcos”, anunció la fuerza aérea en las redes sociales.
El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, denunció los ataques “bárbaros y sin sentido” contra “pacíficas ciudades ucranianas justo antes de Año Nuevo”.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo que los ataques rusos “destruyen indiscriminadamente infraestructuras e instalaciones médicas y ataca y mata deliberadamente a civiles”.
Tras una serie de reveses militares en los últimos meses, el Kremlin cambió de táctica y desde octubre toma por blanco los transformadores y centrales eléctricas de Ucrania, con salvas de decenas de misiles y de drones explosivos. Leópolis, la principal ciudad del oeste de Ucrania, se quedó ayer jueves en un 90% sin electricidad.
“Debemos aguantar, esto es la guerra, tenemos que sobrevivir a esto y ganar”, declaró a la AFP Iryna Ivaneyko, conductora de un tranvía varado por falta de corriente. En Kiev, los ataques contra infraestructuras fuera de la capital dejaron sin electricidad a un 40% de sus residentes.
El presidente ruso, Vladimir Putin, participó en la ceremonia de puesta en servicio de nuevos buques de guerra, entre ellos un submarino capaz de transportar misiles nucleares, prometiendo producir otros y elogiando las capacidades de su flota.
Ante los reveses militares frente a los ucranianos, Rusia ha movilizado a 300.000 reservistas, civiles.
Moscú anexó además cuatro regiones del sur y el este de Ucrania, que el ejército ruso ocupa parcialmente.
Desde hace semanas, la batalla arrecia en Bajmut, una ciudad del este que Rusia lleva meses intentando conquistar, y Kreminna, que las fuerzas ucranianas intentan retomar.
El frente bielorruso
Las perspectivas de conversaciones de paz son prácticamente inexistentes. Ucrania exige la retirada de todas las fuerzas rusas del país, en tanto que Moscú quiere que Kiev renuncie a su soberanía en las cuatro regiones anexadas en septiembre, así como en Crimea, anexionada en 2014.
El jefe de la Inteligencia Militar ucraniana, Kyrylo Budánov, desestimó una ofensiva rusa desde Bielorrusia, donde el Ejército de Rusia tiene desplegados cerca de 10.000 soldados en la denominada agrupación militar regional ruso-bielorrusa.
“A día de hoy no veo ningún signo de que se esté preparando una invasión de Kiev y otras regiones norteñas desde Bielorrusia”, subrayó sobre la posibilidad de que se repita la situación de marzo pasado, cuando las tropas rusas prácticamente llegaron hasta puertas de Kiev.
Según Budánov, los desplazamiento de las tropas rusas en el territorio de Bielorrusia no tienen otro objetivo que intentar que el Ejército ucraniano distraiga fuerzas de los frentes este y sur.
A estas tensiones se añadió ayer el derribo por la defensa antiaérea de Bielorrusia de un misil ucraniano, que cayó en territorio bielorruso a unos 10 kilómetros de la frontera con Ucrania.
Retiran estatua de Catalina II en Odesa
La estatua de la emperatriz rusa Catalina II fue retirada ayer jueves de la ciudad ucraniana de Odesa como parte de la “desrusificación” del espacio público en Ucrania.
Ahora la estatua será entregada a un museo local para su conservación.
Los llamamientos para retirar la estatua de la emperatriz rusa, que se erigió en una de las plazas centrales de la ciudad en 2007, se hicieron más fuertes inmediatamente después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero.
La estatua fue manchada dos veces con pintura roja en septiembre y también se le colocó un cartel en el que se equiparaba a Catalina “la grande” con Vladimir Putin.
La historiografía rusa atribuye a Catalina II la fundación de Odesa que se convertiría en un importante puerto del Mar Negro.
Los ucranianos señalan que atribuirle ese papel es exagerado ya que durante siglos existieron varios asentamientos en el mismo lugar.
Catalina II es mejor conocida en Ucrania por destruir los últimos vestigios que quedaban del estado cosaco autónomo que existió en su territorio en los siglos XVII y XVIII.
En base a EFE y AFP