Por Delfina Milder
El Latin America Liberty Forum, organizado por Atlas Network y el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), concluyó ayer viernes en Punta del Este, en una jornada que comenzó con un intercambio de ideas sobre el liberalismo y la coyuntura de América Latina, continuó con talleres dirigidos a los think tanks y contó además con la palabra del opositor venezolano Leopoldo López, quien se refirió a América Latina como “un continente que requiere muchas dosis de libertad y claridad”.
“No aprendí sobre libertad en un libro”, expresó López en su exposición. “Aprendí sobre libertad cuando me volví preso político en mi propio país. Conocí la libertad en una celda de 2x2”, dijo el dirigente, que padeció la prisión durante tres años y medio y, en 2017, la prisión domiciliaria, hasta que fue liberado en abril de 2019.
López dijo que Venezuela “pasó por un proceso de destrucción incomparable con otro país del mundo”, y señaló que “el colapso de Venezuela en los últimos años fue del 80 por ciento del PIB”.
El desafío es, entonces “cómo podemos sacar a millones de personas de la pobreza, la injusticia y la opresión”, planteó el líder de Voluntad Popular.
Debate de ideas
En el panel “Más allá de la batalla entre la izquierda y la derecha: acelerando la Libertad en Latinoamérica”, en el que participaron el economista y autor argentino Alberto Benegas Lynch (h), el exministro de Economía Ignacio de Posadas y el director de contenido del Instituto Res Publica de Chile, Julio Isamit, el debate se centró en los temas de fondo que hacen hoy a los movimientos liberales en América Latina.
Con la moderación del presidente del CED, Hernán Bonilla, los expositores destacaron la importancia de expandir las ideas más allá de los encuentros. “No tener miedo de decir lo que pensamos y expresamos en privado; decirlo en público”, sostuvo Isamit, que se desempeñó además como ministro de Bienes Nacionales de Chile durante el segundo gobierno del expresidente Sebastián Piñera.
“Tenemos el gran desafío de trabajar juntos. Somos de países distintos, con realidades distintas y algunas ideas diferentes. Pero no es necesario que Rusia invada Ucrania para que liberales y conservadores trabajemos juntos”, expresó, y agregó: “No es necesario que el presidente de Perú intente un golpe de Estado para que nos preocupemos por lo que pasa en Lima, o para llamar a un centro de estudios amigo”.
Además, el exministro se metió en el terreno de la batalla tecnológica al recordar cuando, hace un mes, se viralizó un poema del chat GPT -un modelo de chat basado en inteligencia artificial- que elogiaba al presidente Joe Biden, mientras se negaba a escribir uno que elogiara al expresidente Donald Trump. “Muchas fuentes abiertas con ideas contrarias a las nuestras están disponibles. Tenemos que escribir y publicar para que esas ideas vayan permeando, no solamente la mente y los corazones sino también, hoy día, en la inteligencia”, sostuvo Isamit.
En ese sentido, De Posadas expresó: “Muchas veces los liberales tenemos poca paciencia, pensamos que no hay que perder tiempo explicando ideas a alguien que no las entiende, pero sí: hay que tener mucha paciencia y humildad”.
De Posadas agregó que hay discursos de izquierda que “prenden”, como el del “feminismo anticapitalista”, porque “las sociedades han ido perdiendo mojones básicos”.
En ese sentido, De Posadas insistió en el “back to basis”, volver a marcar “las ideas de fondo” que plantea el liberalismo. “La batalla no es política, ni siquiera económica: es cultural. Es algo mucho más profundo de cambiar. Es esa masa de ideas, valores y recuerdos que las sociedades van construyendo”, reflexionó.
Ante la pregunta de Bonilla de cómo “quebrar la tendencia de gobiernos estatistas” con economías más reguladas y con presiones fiscales más altas, el exministro sugirió “aflojarle el énfasis a propuestas que no las va a llevar nadie”.
“Más que salir a hablar de privatización hay que ir a buscar otros caminos, demostrar por qué funciona. Hay que ir por aproximaciones al problema cultural sabiendo que la izquierda es imbatible en el discurso”, apuntó.
En tanto, Benegas Lynch, autor de más de 20 libros sobre economía y análisis político, dedicó buena parte de su exposición a reflexionar sobre la definición misma de libertad.
“La única forma de saber lo que quiere la gente es dejarla que elija con el fruto de su trabajo”, dijo el académico, que también se refirió al liberalismo como “el respeto irrestricto al proyecto de vida de otros”.
Benegas Lynch -que prefiere hablar de gobiernos “estatistas y liberalistas” en lugar de la izquierda y la derecha- insistió en “discutir ideas de fondo para correr el eje del debate” contemporáneo.
La exposición terminó con una nota optimista sobre el futuro de su país: “a pesar de lo que ocurre (a nivel político), que es un absoluto escándalo”, uno puede sumergirse y observar las “corrientes subterráneas”.
El académico mencionó diversos institutos del movimiento liberal a lo largo del país, y sugirió observar el discurso que propone el economista y precandidato Javier Milei, discípulo de Benegas.
“Está proponiendo temas que hace 100 años que no escuchábamos a nivel político. Independientemente del resultado (electoral), Milei va a dejar un testimonio fenomenal”, resumió.