G20: un desafío para la diplomacia de Lula, quien buscará el liderzgo mundial en asuntos ambientales

La cumbre que se llevará a cabo en Río de Janeiro reunirá jefes de Estado de todo el mundo en torno a los temas de las guerras, ambientales, propuestas de impuestos a los países más ricos y más.

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 Luiz Inacio Lula da Silva.
Luiz Inacio Lula da Silva.
Foto: Evarista Sa/AFP.

Los jefes de Estado y de Gobierno del G20 se reúnen hoy lunes y el martes en Río de Janeiro, en medio de profundas divisiones por las guerras en Ucrania y Oriente Medio, por la propuesta de crear un impuesto a los superricos y por las diferencias para abordar una transición energética justa.

Delegaciones de 55 países y organizaciones internacionales se darán cita en el Museo de Arte Moderno de Río, blindado para la ocasión por unos 20.000 militares y policías que han convertido el barrio carioca de Flamengo en un búnker.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en calidad de anfitrión, recibirá a una larga lista de gobernantes, entre ellos Joe Biden (Estados Unidos), Xi Jinping (China), Claudia Sheinbaum (México), Javier Milei (Argentina), Narendra Modi (India), Emmanuel Macron (Francia) y Olaf Scholz (Alemania).

Rusia estará representada por su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. Brasil, que ocupa la presidencia rotativa del G20, foro que reúne a las mayores economías del planeta, invitó a Vladímir Putin, quien declinó el convite. Sobre el jefe del Kremlin, quien tampoco estuvo en la pasada cumbre de Nueva Delhi, pesa una orden de captura internacional por la guerra en Ucrania.

Biden y Xi Jinping.
Joe Biden y Xi Jinping.
Foto: Leah Millis/AFP.

La invasión rusa en territorio ucraniano, camino de cumplir tres años, es uno de los asuntos espinosos que pueden echar por tierra los esfuerzos de Brasil para sacar adelante una declaración final consensuada. A ello se suma el agravamiento del conflicto en Oriente Medio, con una fuerte ofensiva de Israel.

“Estamos negociando con los demás países la cuestión de los párrafos sobre geopolítica”, dijo Mauricio Lyrio, el jefe de la delegación de Brasil en el G20, en una rueda de prensa en vísperas de la cumbre.

Para Brasil, el mensaje debería ser que “se necesita alcanzar la paz”, pero esa referencia es demasiado laxa para las potencias occidentales, como EE.UU., Reino Unido y la Unión Europea (UE), enemistados con Rusia y recelosos con China.

Brasil centrará la cumbre en tres ejes: eliminar el hambre, la reforma de los organismos internacionales (ONU, FMI, Banco Mundial, OMC...) y la transición energética.

Para el primero, formalizará el lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, la gran apuesta de Lula con la que busca acelerar la lucha contra la creciente desigualdad mundial.

Según la FAO, los niveles de hambre se mantuvieron elevados en 2023 por tercer año consecutivo, con alrededor de 733 millones de personas subalimentadas de forma crónica en el mundo. Al nuevo mecanismo se han suscrito ya 39 países y 30 organizaciones.

Otro objetivo es aprobar un impuesto global para los superricos, iniciativa que ha encontrado la resistencia de países como EE.UU. y Alemania, y que no pasó de una mera declaración de intenciones en reuniones ministeriales previas.

La transición energética será el tema de una tercera plenaria el martes, en un contexto en el que los países emergentes demandan una financiación justa por parte del mundo desarrollado para la preservación del medioambiente.

Con la incertidumbre de cuál será la línea del republicano Donald Trump cuando asuma la Presidencia de EE.UU. en enero, la cumbre de Río puede además verse empañada por Milei, enemigo declarado de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU.

Liderazgo brasilero

La cumbre del G20 será una prueba de fuego para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que quiere mostrarse como un actor global de peso, pese a una diplomacia con luces y sombras.

Dos años después de anunciar al mundo que “Brasil volvió” tras el aislamiento bajo el gobierno de Jair Bolsonaro, Lula presumirá de anfitrión de esta gran cita, a las que se sumarán en 2025 la COP30 del clima y la cumbre de los Brics.

Lula busca erigirse como líder mundial en la lucha medioambiental y puede jactarse de que la Amazonía brasileña registró en doce meses la menor deforestación en nueve años, pese a incendios y una sequía récord, ligados al calentamiento. Brasil también aumentó su meta de reducción de emisiones de dióxido de carbono y propuso mecanismos financieros para proteger los bosques del planeta.

El eventual retiro de Washington del Acuerdo de París sobre el clima tras el regreso de Trump a la Casa Blanca abre la puerta a reforzar el liderazgo de Brasil en ese frente.

Lula ya reivindicó “la voz de las calles” sobre “la voz de los mercados” ante cientos de activistas reunidos en la previa de la cumbre del G20.

En el cierre del evento paralelo G20 Social, que ya se llevó a cabo el viernes, Lula instó a la sociedad civil a “gritar” y “protestar” si los dirigentes no cumplen los compromisos adoptados en el G20 o en cualquier foro internacional.

Lula también abordó el asunto ambiental con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

“¡Fuck you, Elon Musk!”

Un inesperado protagonismo recayó en la primera dama brasileña, Rosangela “Janja” da Silva, que insultó a Elon Musk, el multimillonario dueño de la red social X con una historia complicada en Brasil por su cercanía con el rival de Lula, el expresidente Bolsonaro, y sus roces con la corte suprema en torno a los límites de la libertad de expresión.

Mientras hablaba durante un panel sobre desinformación, “Janja” pareció asustarse con un sonido y se agachó. “Creo que es Elon Musk”, dijo. Y al levantarse agregó: “Yo no tengo miedo de ti, inclusive. ¡Fuck you (Jódete, ndlr), Elon Musk!”.

El magnate respondió con risas en X en un mensaje dirigido al bando del presidente brasileño: “van a perder la próxima elección”.

Líderes presentan posición

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajó a Río de Janeiro ayer para asistir a la reunión del G20, con el objetivo de “profundizar” las alianzas globales de la Unión Europea (UE) y crear otras nuevas en un momento en el que “importa más que nunca”, según afirmó. “Tendremos dos días de intensos debates en sesiones y buenas reuniones al margen”, dijo von der Leyen, quien aspira a hacer avanzar el acuerdo Unión Europea-Mercosur, a pesar de la posición contraria de Francia. La política alemana agregó que acudía a la cita del G20 “totalmente dispuesta a apoyar las ambiciones de la presidencia brasileña”.

Ursula Von der Leyen.
Líder de UE: Ursula Von der Leyen.
Foto: EFE

De su lado, el primer ministro laborista Keir Starmer comunicó que acudirá a la cumbre con el objetivo de “obtener buenos resultados para el pueblo británico” y “un futuro mejor para el Reino Unido”. “Más empleos, más prosperidad, más seguridad. Un futuro mejor para nuestro país”, afirmó en X, antes de participar en el evento.

Starmer expuso sus intenciones en un artículo en el periódico ‘The Daily Express’, donde subrayó que las relaciones y pactos internacionales son clave para conseguir su prioridad de aumentar el crecimiento económico y el empleo en el Reino Unido.

El dirigente laborista, que llegó al poder el pasado julio, incidió en la importancia de establecer alianzas internacionales contra el cambio climático, las migraciones o en defensa.

También el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que apoyará en la cumbre del G20 las propuestas de Lula sobre una alianza contra la pobreza y el hambre, un impuesto global a las grandes fortunas que provoca división.

La propuestas sobre un impuesto global a las grandes fortunas es asimismo una medida que el Gobierno español apoya por “coherencia y convicción”, afirmaron, mientras que Argentina y varias potencias son totalmente contrarias al mismo, según han se han ido pronunciando.

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