La Nación (GDA)
En el marco de la cumbre de mandatarios sudamericanos que promovió el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se vivió un hecho de violencia protagonizado por los guardaespaldas de Nicolás Maduro en la entrada del Palacio de Itamaraty, la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país. Allí, uno de los guardias agredió a los periodistas que cubrían una entrevista que realizaba el presidente venezolano en el lugar.

La agresión sucedió el martes por la noche en el mencionado palacio ubicado en la ciudad de Brasilia cuando un grupo de reporteros que cubría el evento fueron sorprendidos por la negativa de los agentes de la Oficina de Seguridad Institucional (GSI) para entrar al sitio, según informó el medio local O’Globo.

Entre gritos y empujones, un guardia le pegó un puñetazo en el pecho a la periodista brasileña Delis Ortiz y de igual manera otros corresponsales fueron empujados para evitar su ingreso a la sala donde se llevaba a cabo la entrevista y así poder hacerle preguntas a Maduro.

En las imágenes viralizadas, se da cuenta de la agresión sufrida por la periodista y sus colegas cuando el agente de seguridad intenta controlar la situación de manera violenta. Sin embargo, dado el tumulto provocado, las cámaras no lograron capturar de manera directa el momento del golpe a la reportera, pero sí enfocaron al presunto agresor.

Tras el forcejeo y la información dada a conocer por los profesionales de prensa los diferentes medios de comunicación de ese país repudiaron lo ocurrido y se solidarizaron con las personas agredidas.

En tanto, desde el Gobierno de Brasil, el Ministerio de Relaciones Exteriores también condenó los ataques mediante un comunicado: “La Cancillería lamenta el incidente en el que hubo agresión contra profesionales de la prensa, al término de la reunión de presidentes de América del Sur. Se tomarán diligencias para determinar responsabilidades”.

El violento incidente se da en medio de los cuestionamientos sobre la presencia del polémico presidente de Venezuela y tras las críticas de Luis Lacalle Pou y Gabriel Boric (presidentes de Uruguay y Chile) hacia el mandatario, cuyo gobierno es acusado de vulnerar los Derechos Humanos de la población venezolana.

Más temprano, Lula da Silva recibió uno por uno en Brasilia a sus pares sudamericanos para el “retiro” con miras a recomponer el diálogo y la integración regional. Uno de ellos fue Nicolás Maduro.

El sucesor de Hugo Chávez visitó Brasil esta semana por primera vez en ocho años, luego de haber sido vetado por el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), en medio de la política de aislamiento internacional liderada por Estados Unidos al cuestionar la legitimidad de la reelección de Maduro en 2018.

La aplicación de sanciones contra el país petrolero y las continuas denuncias de violaciones de derechos humanos erosionaron también las relaciones de Caracas con sus vecinos.

Pero desde que volvió al poder en enero, Lula ha intentado recomponer los lazos con su vecino septentrional y ayer fue muy claro con su mensaje. “Es el inicio del regreso de Maduro” al plano regional, y el encuentro con los demás líderes será “la vuelta de la integración de América del Sur”, dijo el lunes Lula, definiendo el momento como “histórico”.