EFE, AFP
Tres semanas después de la fallida rebelión del grupo de mercenarios Wagner, y sus críticas a cómo desde el Kremlin se dirige la guerra en Ucrania, se suman los cuestionamientos desde el propio ejército ruso.
Rumores de purga, miedo a otra rebelión y posibles ajustes de cuentas se propagaron en el ejército ruso en los últimos días, después de la rebelión Wagner. Una situación ilustrada por los destinos de tres generales, aparentemente las primeras víctimas de la purga.
Suruvikin
Con fama de implacable, veterano de las brutales guerras de Chechenia (1999-2009) y Siria, el general Serguei Surovikin es uno de los comandantes emblemáticos de la invasión rusa a Ucrania, que dirigió de octubre de 2022 a enero de 2023.
También es considerado como cercano al jefe del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, quien no lo criticaba en sus agresivos videos contra el Estado Mayor ruso y además dijo que veía en él “al único hombre con estrella de general que sabe combatir”.
Pero después del fracaso de la rebelión, Serguei Surovikin desapareció.
Su última aparición pública es en un video, la noche del amotinamiento, el 24 de junio, con aire de estar constreñido, en el que exhorta a las tropas de Wagner a abandonar la rebelión contra el Kremlin.
Tiene uniforme pero no lleva charreteras, lo que para algunos observadores es signo de que ya había sido detenido.
Según el diario The New York Times, que cita los servicios de inteligencia estadounidenses, el general Surovikin estaba al tanto de los planes del amotinamiento.
El Kremlin desmiente y afirma que sigue oficialmente en su puesto. Pero los rumores más diversos circulan, desde la detención hasta una simple suspensión.
El miércoles, el jefe del Comité de defensa de la Duma rusa, Andrei Kartapolov, relanzó las especulaciones con términos enigmáticos: Surovikin “descansa, no está disponible por ahora”, afirmó.
Popov
En un mensaje revelado el miércoles por la noche, el mayor general Ivan Popov afirma que fue suspendido de sus funciones por haber alertado “con dureza” sobre las dificultades en Ucrania, especialmente las fuertes pérdidas humanas y la carencia de material de punta.
“Las fuerzas ucranianas no pudieron penetrar en nuestro ejército, pero fuimos golpeados por detrás por nuestro jefe principal, que cobardemente decapitó al ejército en el momento más difícil”, añade Popov refiriéndose al jefe de Estado Mayor, general Valeri Guerasimov.
Según la cadena Telegram Grey Zone, vista por más 500.000 abonados, Guerasimov habría acusado a Popov de “desinformación y alarmismo” al conocer el informe.
Popov dirige el 58º Ejército ruso, considerado como uno de los mejores en combate y que está en la región ucraniana de Zaporiya.
A Rusia no le gusta ver que se laven sus trapos sucios en público. Inicialmente destinado a un chat privado de militares, el mensaje del general fue difundido por un diputado, regañado por un responsable del partido Rusia Unida de Putin que le reprochó haber transformado la disputa en “espectáculo político”.
El intento de Popov de insubordinarse al Estado Mayor es “un patrón de comportamiento corrosivo que se ha desarrollado dentro del mando y las fuerzas rusas”, constató a su vez el estadounidense Instituto de Estudio de la Guerra (ISW).
Este desplante recuerda a la rebelión del jefe del grupo Wagner, durante la cual pidió la cabeza del de Guerasimov, y del ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu.
El ISW alertó que ante los fracasos del Ministerio de Defensa ruso de “abordar los problemas endémicos de la guerra” podría tener lugar “una crisis de mando en el futuro”.
Sus analistas citaron además otro caso, el del comandante de las Fuerzas Aerotransportadas rusas, coronel general Mijail Teplinski, quien dimitió temporalmente en enero por un conflicto con Guerasimov y en marzo “apeló” a Putin, supuestamente por “el mal trato del Ministerio de Defensa a Wagner, la falta de transparencia y el desprecio al esfuerzo de guerra ruso”.
La Duma (Cámara Baja del Parlamento ruso) aprobó enmiendas a la ley que elevan la edad máxima para reservistas de los 50 a los 55 años, una medida que se implementará de modo escalonado.
Según la agencia rusa Interfax, estas enmiendas se aplican a los soldados rasos, marinos de guerra, sargentos, suboficiales, alféreces y guardiamarinas.
A partir del 1 de enero de 2024 está prevista una etapa de transición hasta el 1 de enero de 2028, durante la cual las edades de baja de la reserva irán variando paulatinamente.
Las enmiendas también prevén contratos militares con ciudadanos extranjeros.
Tsokov
¿El teniente general Oleg Tsokov murió el 11 julio a causa de un bombardeo contra un hotel alejado del frente cerca de Berdiansk, ciudad ocupada del sur de Ucrania?
Por ahora es poco probable que el ejército ruso confirme esta muerte, pero es lo que afirma la televisión pública rusa y blogueros militares que trabajan para el Kremlin, fuentes de información necesarias al carecer de comentarios oficiales del gobierno ruso.
Esta nueva muerte de un general en un bombardeo específico causó muchas críticas. “Es triste decirlo, pero la calidad de la inteligencia del enemigo es superior a la nuestra”, señaló la cadena Zapiski Veterana.
El bloguero Rybar, seguido por 1,2 millones de abonados, reprochó al alto comando por no hacer nada, cuando hay “células durmientes” que informan a Ucrania desde los territorios ocupados y se conocen las capacidades de espionaje satelital de los aliados occidentales de Ucrania.
“Todo el mundo lo sabe, todos están informados, pero no se toma ninguna medida”, agregó Rybar.
¿Y los Wagner?
La insubordinación es una amenaza latente para Putin, que reveló ayer sus intentos de aplacar a los mercenarios de Wagner después de la fallida rebelión tras ofrecerles integrarse en el Ejército regular.
Putin ofreció a los wagner opciones para reunirse “en un solo lugar” y “seguir sirviendo” bajo el mando del comandante de la empresa militar privada conocido como “Sedói” (Canoso), identificado en la lista de sanciones de la Unión Europea (UE) de 2021 como Andréi Troshev, miembro fundador de Wagner.
Putin aseguró al diario Kommersant que, tras escuchar la propuesta, muchos de los comandantes wagneritas asintieron con la cabeza, pero Prigozhin respondió con una negativa.
En tanto, algunos de los mercenarios del grupo Wagner ya se encuentran en Bielorrusia en calidad de instructores militares que preparan las unidades de Defensa Territorial en este país, en un campamento cerca de la ciudad de Osipóvichi, a 230 kilómetros de Ucrania, informó el régimen bielorruso.
“Es una experiencia muy útil para nuestro Ejército bielorruso, que no participó en combates reales desde la guerra (soviética) de Afganistán”, señaló un soldado en vídeo del Ministerio de Defensa.
El presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, aliado de Putin, ya había adelantado que Wagner podría “servir a la defensa de Bielorrusia si el país es atacado”.
Legalizarán a grupos militares privados
El Kremlin dijo ayer viernes que está estudiando legalizar las compañías militares privadas, en particular al grupo Wagner, cuya existencia no está autorizada por ley pese a su implicación en la guerra en Ucrania. “Legalmente, la compañía militar privada Wagner no existe y nunca ha existido, es una cuestión que debe estudiarse, examinarse más a fondo”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov a la prensa.
El vocero agregó que se trata de un tema “bastante complejo”, tres semanas después del motín fallido del grupo Wagner.
Peskov tocó el tema después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, se refiriera en una entrevista publicada el jueves a la falta de un marco jurídico para estas actividades. “El grupo (Wagner) está ahí, pero no existe jurídicamente”, afirmó Putin al diario ruso Kommersant. “Hay una cuestión aparte relacionada a su legalización efectiva. Un tema que tiene que ser abordado por la Duma (cámara baja del Parlamento) y por el gobierno”, añadió.
Putin afirmó el 27 de junio que Wagner recibió cerca de 1.000 millones de dólares del Estado ruso en el último año, pese a la falta de un marco jurídico.
Durante años, el Kremlin y el jefe del grupo paramilitar, Yevgueni Prigozhin, negaron la existencia de la milicia, que llevó a cabo operaciones en las sombras en zonas de influencia de Rusia. Esto cambió con la operación militar rusa en Ucrania.
En septiembre de 2022, Prigozhin reconoció estar al mando de Wagner, cuyos combatientes participaron en la batalla para tomar la localidad ucraniana de Bajmut, que Rusia reivindicó haber capturado en mayo tras meses de feroces combates.