COLOMBIA
Es el gran referente de la izquierda colombiana en los últimos años. Aunque haya muchos que estén en desacuerdo con su pensamiento político, lo cierto es que Petro es un líder que arrastra masas
Gustavo Petroserá el próximo presidente de Colombia. Le ganó en segunda vuelta a Rodolfo Hernández. En la primera vuelta, celebrada el pasado 29 de mayo, Petro, senador y exalcalde de Bogotá, obtuvo 8.527.768 votos (el 40,32 %), mientras que Hernández, exalcalde de Bucaramanga y abanderado de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, recibió 5.953.209 papeletas (el 28,15 %).
Gustavo Francisco Petro Urrego es el gran referente de la izquierda colombiana en los últimos años. Aunque haya muchos que estén en desacuerdo con su pensamiento político, lo cierto es que Petro es un líder que arrastra masas y que, en varias ocasiones, ha puesto a hablar al país acerca de sus propuestas para llegar a la Casa de Nariño. Así sea de manera crítica.
Gran parte de este respaldo está dentro de los jóvenes, los cuales lo ven como el líder que puede cambiar al país. Incluso, quienes logran una foto con él la lucen en sus redes sociales como un botín.
Gustavo Petro nació en Ciénaga de Oro (Córdoba) el 19 de abril de 1960. Parte de su vida la vivió en Zipaquirá, Cundinamarca, a donde su padre fue trasladado por su trabajo como empleado público en el sector de la educación. Educado en el colegio de los sacerdotes lasallistas, creció en la admiración de Gabriel García Márquez, que también pasó por esas aulas.
En esta población, al parecer, comenzaron a descollar las inquietudes políticas del candidato del Pacto Histórico, quien vivió la agitación que produjeron las presidenciales de 1970. Años después se convirtió en concejal de ese municipio.
Dentro de su formación académica está ser economista de la Universidad Externado de Colombia, con estudios en especialización en Administración Pública de la ESAP, estudios de máster de Economía de la Universidad Javeriana, especialización en Medio Ambiente y Desarrollo Poblacional en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y estudios de doctorado en Nuevas Tendencias en Administración de Empresas en la Universidad de Salamanca.
Uno de sus antecedentes más comentado es su paso por la guerrilla del M-19, a la que llegó por el excongresista del Centro Democrático Everth Bustamante, antiguo integrante de la organización subversiva. Pese a pertenecer a ese grupo, Bustamante tomó el camino del uribismo en los últimos años. En aquel entonces, Petro tuvo los alias de Aureliano y ‘Andrés’. El primero de ellos en alusión al coronel Aureliano Buendía, uno de los protagonistas de Cien años de soledad, del nobel colombiano Gabriel García Márquez.
“Pues disparé ahí, con Julia, la que me enseñó qué era un arma de fuego. Era el entrenamiento que todo el M-19 tomaba. Nosotros éramos dirigidos por los Tupamaros de Uruguay. Subíamos a las montañas, a las cinco de la mañana, en una disciplina militar. Que una mujer nos enseñara a disparar fue una ruptura completa de todos los paradigmas. Pero nunca disparé contra un ser humano, nunca. Quizás a mí me hubiera devorado la violencia, como dice José Eustasio Rivera”, le dijo Petro a la revista Bocas recientemente.
Uno de los hechos más polémicos que protagonizó el M-19 fue la toma del Palacio de Justicia, el 6 y 7 de noviembre de 1985, episodio histórico del que Petro siempre ha negado su participación directa. Según él, en ese momento estaba preso y era víctima de torturas y, por ello, no tomó ninguna decisión sobre esa acción militar que manchó de sangre y tragedia el máximo altar de la justicia colombiana. Lo que sí se conoce es un video de una entrevista de Petro de su época de guerrillero, en el cual aparece con bigote, con cachucha azul y tras de sí una bandera de esta organización insurgente de colores azul, blanco y rojo.
En la entrevista, el actual candidato presidencial denuncia la supuesta desaparición de algunos integrantes del grupo y habla sobre la espada de Simón Bolívar, la cual fue sustraída por esa guerrilla en 1974 y devuelta en 1991.
“La espada de (Simón) Bolívar será presentada públicamente. Está en Colombia, seguirá en Colombia, seguirá en las manos del M-19 y en manos del pueblo colombiano hasta que en este país se conquisten los objetivos de libertades, justicia social, paz para todos y verdadera democracia”, dice Petro en el video.
Años después de esta entrevista, en 1989, se concretó un acuerdo de paz entre el gobierno del entonces presidente Virgilio Barco y el M-19, lo que hizo que Petro regresara a la vida política desde el lado de la civilidad, donde se ha mantenido desde entonces.
El proceso de paz con esa guerrilla derivó en la formación de un partido político denominado Alianza Democrático M-19, el cual tuvo una participación activa en la Asamblea Nacional Constituyente que elaboró la Constitución de 1991.
Con el aval de esta colectividad, Petro llegó a la Cámara de Representantes ese mismo año por el departamento de Cundinamarca, pero, tras algunas intimidaciones y amenazas contra su vida, fue nombrado, en 1994, como agregado diplomático para los derechos humanos en la embajada de Colombia en Bélgica.
Luego de su paso por Bruselas, el candidato regresó al Congreso, en 1998, esta vez a nombre del Movimiento Vía Alterna, el cual había fundado con algunos exintegrantes del M-19. En ese momento fue representante a la Cámara por Bogotá. Y entre el 2006 y el 2010 fue senador.
Para varios observadores, su paso por el Congreso ha sido uno de los elementos que ha formado a Petro en la discusión política, en la controversia, pero también en la denuncia, de la que se recuerdan sus debates de control político por actos de corrupción de servidores públicos o por la relación de una parte de la clase política con paramilitares.
Con esta experiencia, Petro se lanzó por primera vez a la Presidencia de la República en 2010, en la elección que ganó Juan Manuel Santos. En ese momento, el senador de izquierda fue avalado por el Polo Democrático Alternativo, partido político del que se separó años después.
En octubre de 2011, con el movimiento Progresistas, fue elegido alcalde de Bogotá en unas elecciones en las que derrotó a candidatos de la talla de Enrique Peñalosa, Carlos Fernando Galán, Gina Parody y Jaime Castro, entre otros.
Casi dos años después de gobernar a la capital del país, en diciembre de 2013, llegó la recordada destitución e inhabilidad del entonces procurador general Alejandro Ordóñez, la cual fue reversada años después y provocó que el actual candidato presidencial acudiera a la Corte Interamericana de Derecho Humanos.
El paso por la alcaldía de Bogotá, defensores y detractores
El paso de Petro por la alcaldía de la capital del país estuvo marcado por algunas decisiones polémicas, como, por ejemplo, el cambio en el modelo de recolección de basuras, el cual ocasionó que algunos sectores de la capital tuvieran que padecer por la presencia de los desperdicios durante algunos días.
Tiene “un temperamento muy impetuoso y autoritario, y cuando se empeñaba en sacar adelante sus propuestas (...) no supo concitar y convocar a los diferentes sectores para ponerlos en práctica. Cazó muchas peleas al mismo tiempo y eso generó mucha frustración en las metas que él mismo se había trazado”, dijo de él a la AFP Daniel García-Peña, cercano asesor y defensor de Petro en la época y quien terminó distanciado.
Tras estos años, el candidato buscó por segunda vez la Presidencia en 2018, esta vez con el movimiento Colombia Humana, con el que llegó a la segunda vuelta, pero fue derrotado por el actual mandatario, Iván Duque. Este segundo lugar le dio la posibilidad de ser senador, dignidad que ocupa actualmente.
Hace un par de semanas, cuando terminó una intervención en la plenaria del Senado y se retiró del recinto, fue aplaudido por algunos de sus colegas que están en su campaña y que lo suponen como el próximo mandatario de los colombianos. Y algunas de las acciones de su campaña quieren mostrarlo ya como presidente como, por ejemplo, el espacio Petro Escucha, en el cual el aspirante presidencial se sienta a escuchar las expectativas de los ciudadanos en diferentes partes del país y ofrecerles soluciones para sus problemas.
Pese a sus orígenes de izquierda, Petro dice que no es de esa tendencia ideológica. “Es que yo ya no divido la política entre izquierdas y derechas, como se hacía en el siglo XX. En ese momento yo fui un joven de izquierda (…) La política en el siglo XXI está atravesada por otra inquietud diferente (…) Hay dos grandes campos que son la política de la vida y la de la muerte”, le dijo a este diario hace algunos meses. Y se definió “como de la política de la vida”.
No obstante, varias personas en Colombia no le creen y sienten temor por algunas de sus propuestas como, por ejemplo, llevar a lo público parte del dinero que cotizan los trabajadores en los fondos privados de pensión o eliminar las EPS y trasladar esos recursos al Estado para alimentar un modelo preventivo.
Y también hay quienes hablan de que una vez en la Casa de Nariño intentará reelegirse argumentando que sus propuestas necesitan largo aliento para que muestren resultados. “A nosotros nos interesa aplicar la Constitución del 91, no cambiarla (…) No me interesa la reelección”, dijo a CNN.