ARGENTINA
“Todos los días nos quieren deprimir”, afirmó también el presidente argentino, respecto a críticas hacia su gestión.
En un acto donde anunció obras junto a gobernadores, el presidente argentino, Alberto Fernández, se refirió este lunes a la escalada del dólar blue frente al oficial, que según los funcionarios de su Gobierno se encuentra en un estado de equilibrio, por lo cual descartan una devaluación. “La Argentina no es un lugar donde los turistas compran dólares para viajar, hacen subir eso que se llama dolar blue; ni tampoco es el lugar donde los especuladores en el CCL (por el contado con liquidación) hacen subir el dólar y a todos nos intranquiliza”, dijo Fernández, contra aquellos que deciden vacacionar en el exterior, a quienes les aumentaron las restricciones en la última etapa de su gestión.
En este sentido, aseveró: “La Argentina también es la que produce, invierte, trabaja, da empleo, educa, sana: todo eso es la Argentina. No lo olvidemos, tenemos una patria formidable. Muchas veces nos hemos caído y otras tantas nos hemos levantado. De una vez y para siempre levantémonos, lo merecemos”.
A su vez, el presidente argentino se quejó por las críticas que recibe su gestión, después de la inestabilidad política y económica que vivió con el recambio en el Palacio de Hacienda. “Todos los días nos quieren deprimir”, expresó este mediodía.
El mandatario contó que leyó esta mañana un reportaje a un psiquiatra o psicólogo -dijo no recordar la profesión del entrevistado- y que este hombre se refería a los efectos de la crisis de coronavirus sobre la salud mental. “Hablaba de los efectos de la pandemia, de la angustia que ha dejado en nosotros, de cómo ha crecido la depresión después de la pandemia. Hablaba en términos universales, no de la de la Argentina. Y me preguntaba cuánto tenemos que hacer para ayudar a que esa gente salga de ese estado depresivo”, comenzó.
Entonces, dijo como “dato interesante” que recolectó de ese artículo que 60% de la gente sale de la depresión y que el 40% restante “queda con momentos recurrentes”. Fue ahí cuando deslizó: “A nosotros todos los días nos quieren deprimir, hacen lo imposible para hacernos sentir que estamos en el peor de los mundos”.
Y bajo esa postura, planteó las formas en que quieren “deprimir” a los argentinos. “Algunos, hablando... Los mismos que nos causaron la depresión vienen a contarnos lo deprimidos que estamos”, sostuvo en primer término como un dardo indirecto hacia la oposición.
“Otros lo hacen actuando, especulando, poniéndonos al límite permanentemente”, indicó, en lo que pareció ser un mensaje dirigido al mercado, ante las tensiones cambiarias que se aceleraron desde que Martín Guzmán renunció al Ministerio de Economía y fue reemplazado por Silvina Batakis.
Sin embargo, hizo una salvedad. “En ese estado de desconcierto algunos repiten una frase que dice: ‘La política son todos iguales’. Y no somos todos los mismos”, dijo y diferenció entre quienes creen en una sociedad “justa, igualitaria, soberana”, y entre aquellos que apuestan a una “sociedad claudicante, que tiene amparo para la mitad de la Argentina y deja a la intemperie a la otra mitad”. Así, lanzó: “No estamos entre estos últimos, estamos entre los primeros”.
En un discurso donde se mostró vehemente y dejó otra vez de lado los papeles como guía de su alocución para apostar a la espontaneidad, Fernández siguió: “Aunque algunos nos desalienten, todos los días traten de tirar abajo el ánimo ciudadano, vamos a seguir demostrándoles en quién pensamos nosotros y en quiénes piensan los otros”.
En el tramo más fuerte de sus palabras, donde incluso elevó el tono de voz, el presidente de Argentina contrastó: “Nosotros no hacemos negocios para nuestros amigos, ellos los hacen; nosotros no queremos crecer nosotros, queremos que crezcamos todos; nosotros no queremos vivir cómodamente, queremos que todos vivan cómodamente; nosotros no queremos dignidad para nosotros, queremos dignidad para todos y todas”.
Entonces, aseveró que estas últimas afirmaciones representaban “la gran diferencia” dentro de la política, en tiempos donde “siembran desánimo”, e insistió: “No somos los mismos, somos distintos y gracias a Dios que lo somos. No queremos ser iguales a ellos, queremos ser distintos”.
“Sé que estamos con momentos complejos”, dijo
Después de volver a considerarse “el más federal de los porteños”, en otra exposición donde remarcó la importancia del federalismo, el presidente se quejó por encontrar “obras paralizadas” cuando llegó a la Casa Rosada.
“La obra pública va a ser motor de la economía, sé que estamos con momentos complejos, que tenemos que ajustar algunos números en las cuentas públicas, pero eso no se va a hacer a costa de parar la obra pública, ni la vivienda, porque los argentinos y las argentinas necesitan caminos y viviendas”, remarcó.