Una delegación de familiares de rehenes en Gaza llegaron ayer viernes a Uruguay para reunirse con el presidente Luis Lacalle Pou, con la vicepresidenta Beatriz Argimón y con diputados. Su objetivo de este viaje, que incluye también Argentina y Brasil, es dar testimonio del calvario que sufren desde el 7 de octubre, cuando Hamás irrumpió en territorio israelí y secuestró a más de 240 personas, y que la difusión internacional de lo que atraviesan ayude a presionar a la organización terrorista para que libere a los rehenes.
Vinieron cinco familiares de nueve argentinos y brasileños secuestrados. Una de ellas es Mery Shohat, hermana mayor de Michel Nisenbaum, desaparecido desde el 7 de octubre, quien dialogó con El País acerca de la situación de su hermano y la incertidumbre que tiene en vilo a su familia.
Nisenbaum tiene 59 años. Es técnico en informática y vive en Sderot, una ciudad a las puertas de Gaza. Según cuenta su hermana, Nisenbaum se embarcó en un viaje el 7 de octubre desde su casa en Sderot hasta base Re'im -cerca de donde se celebró el festival Nova- con la intención de ir a buscar a su nieta, Mika, que se encontraba allí pasando el fin de semana con su padre, un soldado.
Familiares fueron recibidos por Lacalle Pou
Luis Lacalle Pou recibió a los familiares de los secuestrados por el grupo terrorista Hamás el 7 de octubre. Así lo anunció la Embajada de Israel en Uruguay en su cuenta de X. “Durante el encuentro, los familiares tuvieron la posibilidad de conpartir la historia de sus seres queridos. Gracias presidente por su apoyo y compromiso”, expresaron.
El presidente @LuisLacallePou recibió a los familiares de los secuestrados por el grupo terrorista Hamás el 7 de octubre.
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Durante el encuentro, los familiares tuvieron la posibilidad de conpartir la historia de sus seres queridos.
Gracias presidente por su apoyo y compromiso. pic.twitter.com/wiIdOmbaRx
“Sin ninguna duda él se iba a subir en el coche e iba a salir, no importaba lo que hubiera afuera, no importaba lo que estuviera pasando. Cuando empezó a pasar todo, la hija (de Nisenbaum y madre de la pequeña) habló con él a las siete menos tres minutos y le pidió que saliera a buscarla (a la niña). Él salió y después siguieron intentando llamarlo por diez o quince minutos. Él ya no atendía el teléfono”, narra Shohat.
“Después siguieron llamando. Alguien contestó en árabe, uno de los terroristas, le dijeron algo en árabe, le gritaron en árabe algo que ella dijo no entendió y al final alguien dijo ‘Hamás, Hamás’, y cortaron el teléfono”.
Para Nisenbaum, esa mañana de sábado había sido como cualquier otra. Se levantó a las seis de la mañana, preparó una taza de café negro -que toma todas las mañanas-, y la puso al lado de la pileta de la cocina. Abrió sus carpetas y desparramó papeles sobre la mesa para hacer el balance del final de mes; todo lo que compró y todo lo que vendió. “Siempre es organizado. Muy organizado. Estaba dispuesto ya a sentarse para realizar la tarea”, cuenta Mery. Hasta que todo empezó a pasar.
Desde que los terroristas cortaron la llamada, nada más se supo de él. Su auto fue encontrado en la ruta, carbonizado. También encontraron su iPad en la Franja de Gaza, una señal de que Nisenbaum estaría allí.
De todos modos, Shohat no tiene la certeza absoluta de que su hermano esté secuestrado en Gaza. Aunque es lo más probable, no tiene ninguna prueba de vida y eso la atormenta. Sus días son una incertidumbre total. Además, le preocupa la salud de Nisenbaum, que es diabético y tiene la enfermedad de Crohn, una condición que se agrava con el estrés.
En el día de hoy los familiares de los secuestrados por el grupo terrorista Hamás el 7 de octubre fueron recibidos por la vice presidenta @beatrizargimon junto a un grupo de legisladores y por el canciller @OmarPaganini .
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Los familiares se emocionaron al compartir las historias… pic.twitter.com/KkwRZbY74E
Shohat cuida además a su madre de 86 años, que “no volvió a ser la misma” desde aquel día. “Cuando esto pasó, mi madre tenía un poco de dificultad en la memoria, no se acordaba mucho de las cosas, pero era algo bien, bien suave. Pero el 7 de octubre la cabeza le dejó trabajar. Y ella misma me dijo ‘Mary, no tengo cabeza’. Entonces yo le digo: ‘¿Quieres que te cambie la cabeza? No hay otra mejor, quedate con la tuya’”, cuenta. “Intento llevar todo esto a algo positivo para que ella no pierda las esperanzas”.
Sobre este viaje, la hermana de Hosenbaum sostiene: “Yo creo que las personas que están en los países acá en Sudamérica pueden tener contacto con Catar, con Egipto, con las Naciones Unidas, con los Estados Unidos para apoyar y para hacer presión para que por favor nos ayuden a traer las familias de vuelta a la casa”.
“Mi hermano tiene que volver cuanto antes porque su hija va a tener un varoncito después de dos niñas. Y él tiene que estar acá para estar con la hija cuando el bebé nazca. Lo necesito para que esté con mi madre también, para que ella no esté deprimida y llorando todo el día”, pide.
“Él tiene adoración por sus hijas, por sus nietos”, cuenta Shohat. “Viaja una vez por semana a verlos. No importa dónde estén, en el norte, en el sur, en el centro del país, él viaja. Se sienta con ellos en el piso y juega. Y, de vez en cuando, se queda un poquito dormido porque está cansado de tantos viajes, porque también viaja por trabajo”, agrega su hermana, conmovida al describirlo.
Consultada sobre qué piensa del accionar del gobierno israelí, Shohat sostiene: “Yo creo que no hay nadie que esté conforme”
“Todos esperamos que ellos volvieran el 8 de octubre. Hay personas de 85 años que pueden estar heridas, por ejemplo ¿Por qué no traerlos a ellos? ¿O a las personas que están heridas? Trajeron señoras y sus maridos quedaron allí. Hay que traerlos a todos. No se puede separar a las personas, a las familias, o dejar a las personas que están heridas”, reclama.
Otros familiares buscan apoyo del Parlamento Europeo
Yanit Ashkenazi se sintió “esperanzada” durante la tregua entre Israel y Hamás. Pero una semana después del fin del cese el fuego, sigue en una “montaña rusa emocional” por la falta de noticias de su hermana, retenida aún como rehén en Gaza. La tregua de una semana permitió liberar a 105 de las cerca de 240 personas secuestrados el 7 de octubre. Entre ellos no figuraba Doron Steinbrecher, una enfermera veterinaria de 30 años capturada en el kibutz de Kfar Aza. Desde entonces, su hermana Ashkenazi no tiene “ninguna información o prueba” de su estado de salud, según cuenta a AFP durante una visita en París. La mujer, de 34 años, emprendió un viaje a Bruselas, París y Estrasburgo junto a otros tres familiares de rehenes. El objetivo es llamar la atención de medios e instituciones y presionar para que se libere a los rehenes que siguen en Gaza. Ashkenazi cuenta que desconoce si su hermana “está viva”, “herida”, o “si Hamás la violó”. Antes de París, la delegación viajó a Bruselas para “hablar con el Parlamento Europeo” y pedir a los diputados que “presionen a Catar, Egipto o Rusia o cualquiera que tenga un poder sobre Hamás”. [AFP]