Las sanciones de Estados Unidos sobre personeros del régimen y la economía venezolana no han sido suficientes para hacer tambalear al gobierno de Maduro. Tampoco las fuertes expresiones en contra del régimen por parte de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) o las Naciones Unidas (ONU); ni siquiera la espada de Damocles de la Corte Penal Internacional (CPI) que pende sobre Maduro y quienes lo acompañan en el poder.
¿Qué se puede hacer desde el exterior para que Venezuela tome el camino hacia la democracia? Nelson Chitty La Roche, abogado, escritor y político venezolano, quien fuera diputado (1983-1999), respondió a El País desde Caracas, que el “principio de soberanía” continúa reinando en el derecho internacional, pero ha sido “mal entendido”.
“Con ese marco, se comenten delitos en el ámbito nacional sin que otros países u organizaciones puedan hacer algo al respecto”, señaló.
En ese contexto, el abogado apuntó que existe un recurso, el de “Responsabilidad para Proteger”, que no contraviene el principio de soberanía y que hoy forma parte del debate abierto sobre el caso venezolano.
“Responsabilidad para Proteger” refiere a un compromiso político global -impulsado en 2005 por el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, apoyado por los Estados miembros- con el fin de fijar decisiones claves para prevenir: el genocidio, los crímenes de guerra, las llamadas “limpiezas étnicas” y los crímenes de lesa humanidad. En este último renglón entraría el caso venezolano, dijo el abogado.
El principio de “responsabilidad de proteger” está basado en la premisa de cuidar a las poblaciones de violaciones de derechos humanos. “Se permitiría a los países intervenir en Estados en peligro, en nombre de la vida y los derechos humanos”, reafirmó.
No obstante, reconoció que seguir ese camino es complejo ya que podría incluir acciones militares -o no, dependiendo del avance de eventuales negociaciones- y también “hay que ver cómo los distintos actores internacionales entienden la situación venezolana”, agregó.
Esta medida es considerada por la ONU como “de último recurso” y solo con el fin de impedir o acabar, por ejemplo, con crímenes de lesa humanidad.
El abogado considera que los organismos internacionales han demostrado grandes falencias, no solo ante la situación de Venezuela, sino la de Ucrania y muchos países africanos. “No han logrado los objetivos contra la satrapía del poder. Todos ellos, la OEA, la ONU, la Unión Europea, han mostrado falencias serias”, aseveró el abogado, especializado en Derecho y política internacional.
“En la OEA, algunos países se organizan de tal manera que las resoluciones quedan en nada. Las Naciones Unidas, con su secretario general (António Guterrez), urgió a que el Gobierno pruebe la legitimidad de lo que se arenga (el resultado electoral del 28/7), pero no sirvió. La Unión Europea, otro tanto”, enumeró.
En cuanto a la CPI, Chitty dijo que “tienen un prontuario enriquecido creciente que señala que los hombres que dirigen al régimen (venezolano) violan artículos del estatuto de Roma sobre derechos humanos y crímenes de lesa humanidad; nada ha cambiado. Asimismo, Chitty se mostró crítico con los discursos de Estados Unidos y los países de la región -entre ellos Uruguay-, con expresiones en contra del régimen venezolano o que demandan pruebas sobre el resultado electoral, que si bien son positivas, tampoco resultan operantes. “La comunidad internacional se exhibe como una entelequia”, sostuvó.
“Así estamos en Venezuela: en un forcejeo entre la democracia y un arrebato gangsteril del poder”, concluyó Chitty en alusión al régimen liderado por Maduro y tratando de dilucidar alguna salida.