Redacción El País
En dos meses Bernardo Arévalo pasó de ser casi un desconocido a ganar la presidencia de Guatemala con su promesa de emprender un combate frontal a la corrupción, un mal endémico en el país. Es visto con aprensión por la élite política y empresarial. La fiscalía intentó marginarlo del balotaje para impedir su llegada al poder, pero no pudo: Arévalo se hizo con el 59% de los votos el domingo. “El pueblo de Guatemala ha hablado contundentemente”, “basta ya de tanta corrupción”, dijo Arévalo ante la prensa tras ganar el balotaje.

Vestido casi siempre de traje azul, con bigote y barba recortada, el líder del partido Semilla superó ampliamente a la ex primera dama Sandra Torres, que perdió su tercer balotaje a pesar de recibir apoyo del oficialismo.

El sociólogo y diputado socialdemócrata de 64 años es hijo Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951); primer presidente democrático de Guatemala tras décadas de dictaduras y 13 años del caudillo Jorge Ubico, un admirador de Hitler que sometió a trabajo forzado a los indígenas mayas.

El presidente electo promete seguir la senda de su padre con una fuerte agenda social y de cambios.

Arévalo Bermejo se exilió en 1954. Uno de los países donde residió fue Uruguay; de allí el origen charrúa de Arévalo de León, que nació en Montevideo el 7 de octubre de 1958 y vivió aquí hasta los dos años.

Residió también en México, Venezuela y Chile hasta los 15 años, cuando su familia volvió a Guatemala. Antes de saltar a la política, influenciado quizá por su padre, Arévalo de León era conocido como un académico, dedicado a escribir libros y artículos sobre las relaciones cívico-militares y seguridad.

Se formó como sociólogo y doctor en filosofía y antropología social. Estudio en universidades de Israel, España y Holanda.

Además, el presidente electo también tuvo su paso por la diplomacia, ya que entre 1995 y 1996 fue embajador de Guatemala en España y un año antes había sido viceministro de Relaciones Exteriores del Gobierno del expresidente Ramiro De León Carpio.

“Vamos a hacer un Gobierno para todos y todas las guatemaltecas”, dijo el domingo por la noche su vicepresidenta, la científica Karin Herrera, tras conocerse los resultados. Herrera prometió “trabajar incansablemente para conseguir una nueva primavera”.

Por su parte, Arévalo de León se dirigió también a los votantes de su contrincante en la contienda electoral para indicarles que su Gobierno será “para todos” sin exclusión.

Antes, en campaña, Arévalo de León había afirmado: “Yo no soy mi padre, pero recorro el mismo camino”.

“Su sueño y su legado siguen vigentes (...), tengo el mismo anhelo de él y los revolucionarios de 1944”, dijo el flamante mandatario en su cierre de campaña.

Arévalo de León es católico y está casado con la médica Lucrecia Peinado. En un país fuertemente conservador y religioso, el presidente electo descartó legalizar los matrimonios igualitarios o el aborto, que solo está permitido si hay riesgo para la madre, pero advirtió que no permitirá discriminación por motivos sexuales ni religiosos.

Mandatarios a lo largo y ancho del continente felicitaron al presidente electo. Colombia, Bolivia, Cuba, Paraguay, Brasil, El Salvador, Argentina y Honduras, entre otros países, saludaron entre el domingo y ayer a Arévalo de León.

Joe Biden también lo hizo. “Felicitaciones al pueblo de Guatemala por una segunda vuelta electoral justa y pacífica, y a Bernardo Arévalo de León por su elección como próximo presidente de Guatemala”, dijo el mandatario estadounidense en redes sociales. Biden añadió que espera trabajar con Arévalo de León “para fomentar la prosperidad y la seguridad en Guatemala”.

Tras una carrera titánica hacia el poder, Arévalo de León debe asumir la presidencia el 14 de enero de 2024 en reemplazo del derechista Alejandro Giammattei, quien tiene 62% de rechazo entre la ciudadanía, según encuestas.

Con información de EFE y AFP