EFE, El País
Una delegación de funcionarios de Israel viajó por primera vez de manera oficial a Arabia Saudí, pese a que ambos países no tienen relaciones diplomáticas, para participar como observadores en la reunión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Se trata de cuatro representantes: dos del Ministerio de Exteriores, uno del Ministerio de Educación y el director de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Como país anfitrión de la reunión de la Unesco, Arabia Saudí debe permitir el ingreso a su territorio de los representantes de todos los países signatarios de la Convención del Patrimonio Mundial -que incluye a Israel- para que acudan al evento.
Israel abandonó oficialmente la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 2019 denunciando un sesgo antiisraelí. Sin embargo, los sitios del país siguen figurando en la Lista del Patrimonio Mundial, e Israel todavía envía representantes al Comité del Patrimonio Mundial, que está a cargo de designar esos sitios.
Aunque Israel y Arabia Saudita no tienen relaciones oficiales, en los últimos años se ha permitido cada vez más a periodistas, empresarios y otras figuras israelíes visitar el reino.
El viaje de la delegación oficial israelí ocurre mientras Estados Unidos trabaja para favorecer la normalización de las relaciones entre Arabia Saudí e Israel.
A través de los llamados Acuerdos de Abraham impulsados por Estados Unidos, Israel ya ha normalizado relaciones con países árabes como Emiratos Árabes Unidos, Beréin, Sudán y Marruecos.
En oportunidad de su visita a Montevideo a mediado de agosto, el canciller de Israel, Eli Cohen, respondió a un cuestionado de El País en el que abordó la posibilidad de establecer relaciones con Arabia Saudita.
Cohen dijo que los Acuerdos de Abraham “han marcado una nueva era de paz y prosperidad” para Israel y naciones árabes como los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán. “Estas relaciones son un complemento importante de nuestra paz existente con nuestros vecinos en Egipto y Jordania. Estos acuerdos se han traducido en un aumento del comercio, el turismo, la cooperación en defensa y los contactos entre personas, sin dudas trayendo estabilidad a la región. Soy muy optimista de que podremos expandir nuestras relaciones con más países árabes y musulmanes, entre ellos, por supuesto, Arabia Saudita, la potencia del mundo árabe”, indicó el canciller israelí a El País.
“Asegurar este vínculo con los sauditas -agregó- será más que solo otro logro diplomático, será un cambio de juego regional y mundial. Traerá estabilidad y prosperidad a muchos, al mismo tiempo que asegurará un frente sólido contra el enemigo real en la región, el régimen del terror de Irán, que preocupa a los sauditas más que cualquier otro factor en el Medio Oriente, incluido Israel”. Consideró “posible dar un paso positivo hacia la normalización en los próximos siete meses”, pero aclaró que hay “muchas piezas en movimiento en este proceso que deben unirse para que esto ocurra”.