EFE, AFP
Neurocientíficos del Hospital Universitario de Lausana, en Suiza, han creado una neuroprótesis que permite que los enfermos de párkinson en fase avanzada puedan volver a caminar de forma normal, una habilidad que pierden en nueve de cada diez casos. Ayer lunes presentaron al primer paciente del mundo tratado con esta tecnología.
Tras varios meses de rehabilitación, Marc, francés de 62 años, recibió la nueva neuroprótesis, con la cual ha superado por completo los problemas que tenía para caminar, ya que éstos no respondían a ninguno de los tratamientos que había recibido.
“Al principio no pensaba que pudiera sentir un efecto inmediato, pero en cuanto me implantaron la neuroprótesis sentí la mejoría”, asegura el paciente piloto del proyecto, quien antes solo podía desplazarse con mucha dificultad, no podía subir escalones ni darse la vuelta, todo lo cual ahora puede hacer de forma natural, con confianza y sin riesgo de caerse.
El cambio es tal que Marc ahora camina sin ninguna ayuda unos seis kilómetros, sin dolores ni cansancio.
“Ahora puedo caminar de un punto a otro sin preocuparme por cómo llegaré allí”, dijo. “Puedo dar un paseo, salir de compras por mi cuenta, puedo hacer lo que quiera”, añadió.
Marc, que vive en Francia, sufre la enfermedad de Parkinson desde hace aproximadamente 30 años.
Aún se desconocen muchos aspectos de la enfermedad de Parkinson y tratar estos síntomas ha resultado ser difícil. Pero pueden afectar seriamente la vida de los pacientes, a veces confinándolos a la cama o a una silla de ruedas.
Así que cuando surgió la oportunidad de someterse a una cirugía invasiva en Suiza con el objetivo de resolver el problema, Marc no dudó en aprovecharla.
Antes de probar con humanos se realizaron ensayos con primates a fin de determinar los parámetros que debía tener la neuroprótesis, como la potencia requerida, la zona que se debía estimular en cada caso y el mejor método para hacerlo.
“Llevamos muchos años trabajando en la estimulación de la médula espinal de forma selectiva para restaurar la locomoción después de lesiones”, explicó a EFE el neuroingeniero español Eduardo Martín Moraud, responsable del proyecto -al que se ha dado el nombre de NeuroRestore- y pionero en otras investigaciones con pacientes parapléjicos.
A diferencia de la paraplejia, el párkinson no impide que el cerebro mande la instrucción del movimiento a las piernas a través de la médula espinal, sino que “altera o debilita” la transmisión de este mensaje.
“El párkinson es una enfermedad muy asimétrica, por lo que generalmente afecta sólo a un lado del cuerpo y con esta técnica podemos estimular de manera selectiva la región más afectada”, asegura Martín Moraud.
La neuroprótesis está compuesta por electrodos que se instalan encima de la médula espinal y se conectan de forma directa con un neuroestimulador implantado en la zona subcutánea del abdomen, que es a su vez controlado desde el exterior mediante un mando a distancia.
Respecto a la técnica de implantación, la neurocirujana y codirectora de NeuroRestore, Jocelyne Bloch, sostuvo que se trata de un procedimiento “completamente personalizado”, ya que durante la intervención quirúrgica se prueba el efecto de estimulación de los electrodos para ajustar su posición y potencia al caso de cada paciente, en función de la respuesta de sus músculos a los estímulos.
Proyección
Ante el caso exitoso de Marc, el equipo de NeuroRestore planea realizar a continuación un ensayo con entre 80 y 100 participantes para demostrar la seguridad y eficacia de la neuroprótesis, y así solicitar la aprobación de las autoridades sanitarias para su uso.
“La idea a la larga es que este tratamiento esté disponible para cualquier paciente con párkinson, como lo está el tratamiento mediante estimulación cerebral profunda para controlar los temblores y la rigidez que causa esta enfermedad”, explicó por su parte el catedrático en Neurociencia de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y codirector de NeuroRestore, Grégoire Courtine.
Según el experto, el equipo tiene la ambición de crear una tecnología adaptada a las necesidades específicas de los pacientes, según como la enfermedad vaya evolucionando en cada uno de ellos.
Para esto, se realizarán en los próximos meses otros ensayos clínicos con seis pacientes, que serán financiados con aportes de la Fundación Michael Fox, creada por el actor Michael Fox, una de las personalidades con párkinson más conocidas en el mundo por su rol en la trilogía Regreso al Futuro y que financia investigaciones para encontrar una cura a esta enfermedad degenerativa.
“Necesitamos que este sistema neuroprotésico sea versátil y, para ello, vamos a crear un nuevo algoritmo basado en inteligencia artificial que permita personalizar la estimulación sobre la marcha”, afirmó Courtine.
Los expertos planean formar en este campo a profesionales de distintos ámbitos de la salud y la tecnología para que puedan trabajar de forma conjunta en el avance y la aplicación futura de esta nueva neuroprótesis.
Bloch y Courtine han lanzado una startup llamada Onward para investigar su futura comercialización.
Pero incluso llegar a este punto representa “un gran avance potencial”, según David Dexter, director de investigación de Parkinson’s UK.
Los mismos científicos que en el caso Oskam
En mayo pasado se conoció la historia de Gert-Jan Oskam, un holandés que vivía en China en 2011 cuando sufrió un accidente de motocicleta que lo dejó paralizado de las caderas para abajo. Los científicos le devolvieron el control sobre la parte inferior de su cuerpo. Grégoire Courtine, especialista en médula espinal del Instituto Federal Suizo de Tecnología, Lausana, y Jocelyne Bloch, neurocientífica de la Universidad de Lausana intervinieron en caso de Oskam.