Si algo demuestra el sudeste asiático es su crecimiento exponencial. En ese marco, una delegación de cerca 30 empresarios uruguayos se encuentra en Malasia, Tailandia y Filipinas desde la semana pasada, con el fin de impulsar el comercio y las inversiones entre el Mercosur y la Asociación de Nacionales de Asia Sudoriental (ASEAN). La misión, organizada por la Cámara de Comercio Mercosur-Asean (MACC, por sus sigla en inglés), está integrada por el HSBC Uruguay, la agroquímica Tafirel, Barraca Erro, entre otras empresas. Están acompañados por un representante del Ministerio de Ganadería, agricultura y Pesca (MGAP). Y de la parte académica, Ignacio Bartesaghi (director del Instituto de Negocios Internacionales y al frente de la Cátedra Mercosur-ASEAN de la Universidad Católica), quien desde Malasia, conversó con El País.
-¿Cómo avanzan los intercambios en Malasia, Tailandia y Filipinas, y cómo están viendo esa realidad geográficamente tan lejana?
-Los empresarios uruguayos están teniendo reuniones de negocios y visitando cámaras empresariales. En paralelo, estoy dando conferencias en universidades y conociendo centros de investigación. El bloque de los diez miembros de la Asean tiene más de 600 millones de personas, es una de las zonas más dinámicas del mundo, captando mucha inversión internacional. Tiene una relación muy fuerte con China, pero también con Japón y Corea del Sur, además de Europa y Estados Unidos. La idea es tener más contactos y conocer más este mercado que crece a tasas muy elevadas, a un promedio del 5 % anual, y que está comprando alimentos de forma cada vez más acentuada. Son países compradores de alimentos que Uruguay puede exportar. Eso nos permitiría diversificar nuestras exportaciones más allá de China.
-¿Qué les ha llamado más la atención?
-Los tres países que visitamos tienen culturas muy distintas. En el caso de Malasia, es un país musulmán, Tailandia está marcada por el budismo, y en Filipinas son católicos. Vemos que tienen lógicas de negocio y procesos de desarrollo muy distintos. En el caso específico de Malasia, tenemos el desafío de la certificación halal (N. del A. marca los estándares de los dictámenes de la Sharia), se está trabajando en ello y es relevante para la carne de Uruguay. Filipinas y Tailandia tienen más desafíos que Malasia, que está más desarrollada en términos tecnológicos y es un mercado más chico, de unos 30 millones de habitantes. Tailandia tiene más de 70 millones y Filipinas más de 100 millones de habitantes. O sea, visitando a esos tres países, tenemos idea del mercado de millones y millones de personas.
-El comercio de Uruguay con los países de la Asean es muy bajo, ¿qué expectativas reales tienen?
-Sí, es increíblemente bajo. Nuestro principal socio comercial en esta región es Tailandia, pero necesitamos sí o sí expandir nuestro comercio con otros miembros de la ASEAN porque, además de ser un gran mercado, sus miembros están integrados a otros mega bloques comerciales, como el CPTPP (Acuerdo Transpacífico), donde Uruguay quiere entrar. Y también forman parte del RCEP (Asociación Económica Integral Regional), que es el mayor tratado de acuerdo comercial del mundo. Esta es una región integrada desde el punto de vista comercial, de inversiones, digital. Pero es cierto que, salvo el acuerdo Mercosur-Singapur, Mercosur también está lento en reaccionar ante estos mercados. Incluso el acuerdo Mercasur-Singapur está firmado, pero retrasado en su puesta en vigor.
-¿Mercosur es nuevamente un peso para Uruguay?
- Y sí, porque los países asiáticos tienen una industria cada vez más desarrollada, que compite con Argentina y Brasil, y por supuesto eso es un impedimento para avanzar por el proteccionismo en esta región. Pero los países de la ASEAN van a seguir adquiriendo cada vez más alimentos de países que consideran sanitariamente buenos y de prestigio internacional, así tenemos que abrir mercado. Singapur es la puerta de entrada a otros mercados de la Sean. Igual pensamos que el comercio de los países de la Asean va a ir aumentando con los otros miembros del Mercosur, por eso la expectativa de Uruguay es ya ir acercándose, como primer paso para después negociar.
-Usted dio una conferencia sobre oportunidades de negocio entre Mercosur y Tailandia en la Universidad de la Cámara de Comercio Thai (UTCC) de Bangkok, ¿qué apertura percibió en torno a este tema?
-Están muy interesados en América Latina, en la posibilidad de comprar alimentos. UTCC es una universidad de empresarios, por lo que refleja la opinión de ese sector. También tienen fuertes expectativas de seguir transformándose en grandes proveedores de tecnología y, especialmente, en la movilidad eléctrica. Eso es algo interesante para nosotros.
-¿Qué balance hacen en la misión, quedarán las intenciones en el aire?
-El balance es muy positivo, aunque una cosa es la disposición académica y empresarial, y otra cosa son los gobiernos a la hora de reaccionar ante lo que se vive en esta parte del mundo, que es impresionante. Realmente vemos que hay un gran desperdicio, una enorme pérdida de oportunidades en el Mercosur en relación a esta región, porque otros países del mundo sí están reaccionando a este crecimiento de la ASEAN. En Tailandia estuvimos en ThaiFex, que es la tercera feria de alimentos procesados del mundo, y vemos, por ejemplo, que Uruguay también debería procesar más alimentos de los que procesa.