EFE, AFP
El cierre del aeropuerto londinense de Heathrow por el incendio en la subestación que le suministra electricidad colapsó ayer viernes el tráfico aéreo global, con unos 200.000 pasajeros y 1.300 vuelos afectados, y dejó numerosos interrogantes por resolver.
En la madrugada del viernes el aeródromo anunció que experimentaba un “importante corte de energía” a raíz de un incendio ocurrido en la subestación de North Hayes, a cuatro kilómetros de Heathrow, que le obligó a cesar su operación y cancelar o desviar todos los vuelos del día.
El de Heathrow es el aeropuerto con mayor tráfico de Europa, con unos 84 millones de usuarios al año, y tenía 679 llegadas y 678 salidas previstas ayer, informó el servicio de seguimiento de vuelos Flightradar24 en su cuenta de X, que estimó que más de 200.000 pasajeros se verían afectados.
El aeroparque indicó que esperaba operar a “pleno rendimiento” desde hoy sábado, priorizando la repatriación y la reubicación de las aeronaves.

Entre las aerolíneas más perjudicadas por el cierre del aeropuerto estuvo British Airways, que operaba más de la mitad de rutas canceladas, y que pudo restablecer el servicio de ocho vuelos de larga distancia ayer en la tarde.
Para permitir la salida de más aviones, Heathrow levantó también a última hora sus restricciones a los vuelos nocturnos.
Unos 120 vuelos con destino al aeropuerto estaban en el aire cuando se anunció el cierre. Fueron derivados al aeropuerto de Gatwick, al sur de Londres.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que representa a 260 compañías aéreas en todo el mundo, cuestionó que uno de los aeropuertos más concurridos del mundo pueda depender únicamente de una fuente de energía y no tenga una alternativa.
“Si ese es el caso, como parece serlo, entonces se trata de una clara falla de planificación por parte del aeropuerto”, juzgó en un comunicado el director general de IATA, Willie Walsh.
En respuesta a esas críticas, el consejero delegado de Heathrow, Thomas Woldbye, defendió la gestión del incidente por parte del aeropuerto londinense y aseguró que es “imposible” protegerse al 100% de grandes contingencias como la ocurrida ayer.
Woldbye esgrimió que la magnitud del incidente fue similar al de una ciudad de tamaño medio si se quedara sin electricidad y afirmó que los sistemas de reserva de Heathrow funcionaron como debían, pero no tienen la capacidad de abastecer a todo el aeropuerto.
“Solo por detrás de que alguien resultase herido, esto es lo más grande que le puede suceder a nuestro aeropuerto y diría que estamos volviendo bastante rápido, cuando tienes en cuenta la cantidad de sistemas que hubo que apagar y luego reiniciar y asegurarse de que era seguro”, añadió el consejero.
El incidente de Heathrow también provocó reacciones a nivel político. El ministro de Energía, Ed Milliband, llegó a calificarlo de un “evento sin precedentes” y agregó que el Ejecutivo deberá inspeccionar las causas, la protección y la resiliencia en instituciones importantes como el aeropuerto británico.
Un portavoz del primer ministro, Keir Starmer, señaló que “este incidente plantea preguntas sobre cómo ocurrió y qué medidas se deben tomar para evitar que vuelva a ocurrir”.
“El fuego afectó a un transformador con 25.000 litros de aceite refrigerante completamente en marcha. Esto generó un peligro importante debido a que el equipo de alta tensión aún estaba activo y a la naturaleza de un incendio alimentado por aceite”, describió el subcomisario de la brigada de bomberos de Londres (LFB), Jonathan Smith.

Retoman vuelos
Anoche varios vuelos aterrizaron en el aeropuerto de Heathrow, que fue retomando su actividad poco a poco.
Un portavoz del aeropuerto anunció que se espera una reanudación “completa” hoy sábado, aunque añadió que “volver a un funcionamiento total y seguro lleva tiempo”.
Los primeros vuelos se orientarán “en la repatriación de pasajeros desviados a otros aeropuertos de Europa”, añadió.
Heathrow conecta con 80 países y opera 1.300 despegues y aterrizajes diarios y unos 230.000 pasajeros pasan por sus terminales cada jornada.
Un portavoz de AENA, operador aeroportuario español, informó que había programados 54 vuelos con origen o destino en Heathrow.
Varios aeropuertos europeos anunciaron que recibieron vuelos con destino Heathrow, entre ellos el de Madrid, que recibió a cinco aviones, según AENA.
El coste del cierre de Heathrow para el aeropuerto y las aerolíneas “seguramente superará los 50 millones de libras (unos 65 millones de dólares)”, declaró a la AFP el consultor de aviación, Philip Butterworth-Hayes.

Además de las instalaciones aeroportuarias, “un gran número de viviendas y comercios locales” se vieron afectados por el incendio y 100.000 se quedaron sin electricidad en las primeras horas, según el portavoz de los bomberos, Pat Goulbourne.
Construido en 1946, Heathrow, a unos 25 km al oeste de Londres, por cuyas terminales pasaron 84 millones de pasajeros en 2024, es el mayor de los cinco aeropuertos que dan servicio a la capital británica.
En enero, obtuvo luz verde del gobierno para la construcción de una tercera pista para 2035.
British Airways (BA), el mayor operador del aeropuerto de Heathrow, alertó de que sufrirá “un impacto sustancial” en sus operaciones “durante muchos días”.
“Este incidente tendrá un impacto sustancial en nuestra aerolínea y en nuestros clientes durante muchos días, y se esperan interrupciones en los viajes durante los próximos días”, dijo en un comunicado su director general, Sean Doyle.
La aerolínea británica debía operar ayer viernes más de 670 vuelos que transportarían a 107.000 pasajeros. “Tenemos compañeros de vuelo y tripulación de cabina y aviones que se encuentran actualmente en lugares donde no teníamos previsto que estuvieran” debido a que tuvieron que desviar vuelos “que estaban en el aire cuando quedó claro que no íbamos a poder aterrizar en Heathrow”, añadió.
Bomberos y la policía descartan sabotaje
El cuerpo de bomberos de Londres informó ayer viernes de que las causas del incendio en la subestación eléctrica cercana a Heathrow parecen no ser “sospechosas”, lo que descartaría a priori un sabotaje.
La investigación confirmó que “el fuego parece no ser sospechoso” y añadió que las pesquisas se centran ahora en el equipamiento de distribución eléctrica. Debido a la localización de la subestación y el impacto del incidente sobre una “infraestructura nacional crítica” como el aeropuerto de Heathrow, la unidad antiterrorista de la Policía de Londres asumió la dirección de la investigación del incendio.