EFE, AFP
El expresidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) denunció ayer domingo que el vehículo que lo trasladaba hacia la emisora en la que habitualmente conduce su programa de fin de semana recibió 14 disparos, por parte desconocidos que hirieron al chofer del político.
El exmandatario declaró a la radio Kawsachun Coca que la persecución de su vehículo por otros dos en los que viajaban los agresores se produjo a las 6:25 de la mañana hora local (10:25 GMT) en el trayecto entre la localidad de Villa Tunari y Lauca ÑÑ, en el Trópico de Cochabamba.
Morales relató que observó que dos o tres camionetas seguían su coche por lo que su chofer “desvió” su trayecto, pero la persecución no cesó. “Ahí me di cuenta que era un operativo”, mencionó. “A mí me ha sorprendido, felizmente salvamos la vida”, señaló el exgobernante que dijo haber contado al menos 14 disparos.
El suceso quedó registrado en un video de cuatro minutos que filmó una mujer que estaba en el coche con Morales, y que muestra una parte del suceso. “¡Agachate presi, agachate presi!”, le decían a Morales, los dos ocupantes del vehículo, mientras el también líder del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) hablaba por teléfono intentando alertar sobre lo que acontecía.
La filmación se corta un momento, luego Morales hace referencia a que tuvieron que cambiar de transporte puesto que el anterior resultó dañado y con la llanta baja como producto de un disparo.
Ahí es cuando los ocupantes se dan cuenta que el chofer que conduce el vehículo sangra de la cabeza, mientras que toca insistentemente la bocina para pasar un sector con alto tráfico en la carretera. Luego, el líder del oficialismo abre la ventanilla y alerta a los comunarios que les han disparado y les piden que bloqueen el camino para que sus perseguidores no puedan pasar.
Tras lo acontecido, Morales apuntó al Gobierno de Luis Arce de lo sucedido y dijo que “hoy se ha cumplido” el plan de intentar matarlo, después de que los intentos de destrozarlo políticamente y procesarlo judicialmente fracasaran.
Estos hechos se produjeron cuando ayer se cumplieron dos semanas del bloqueo indefinido de caminos que los seguidores de Morales mantienen para exigir que el Gobierno retire los procesos judiciales por trata de personas y estupro contra Evo Morales, que consideran forman parte de una persecución política.
También piden soluciones al encarecimiento de alimentos, la falta de dólares, la irregular provisión de combustibles y respeto a un congreso del MAS que en 2023 declaró a Morales “candidato único” para las elecciones de 2025.
Investigación
El presidente de Bolivia, Luis Arce, ordenó que se investigue el ataque contra el exmandatario boliviano Evo Morales por parte de desconocidos que utilizaron armas de fuego, y condenó el ejercicio de cualquier práctica violenta en la política.
“El ejercicio de cualquier práctica violenta en la política debe ser condenada y esclarecida. No es con la búsqueda de muertos que se resuelven los problemas ni con especulaciones tendenciosas”, escribió el jefe de Estado en X.
También informó que “ante la denuncia del expresidente Morales de un presunto atentado contra su vida” instruyó “una inmediata y minuciosa investigación, para esclarecer este hecho”.
Solidaridad
Los gobiernos de Colombia, Venezuela, Cuba y Honduras, entre otros, expresaron su solidaridad con Evo Morales, quien denunció que agentes del Estado intentaron asesinarlo ayer.
“Toda mi solidaridad a Evo, el fascismo asciende en toda América Latina. Ya no es solo la eliminación jurídica, ahora pasan a lo de siempre: la eliminación física”, afirmó el presidente colombiano Gustavo Petro.
Petro no hizo alusión a la participación de “agentes del Estado” como autores del hecho, según lo manifestado por Morales.
Por su parte, el gobierno venezolano, en un comunicado difundido en Telegram, expresó que “este aborrecible hecho constituye un acto de violencia fascista que busca inocular la violencia y el odio político en la sociedad boliviana”, agregó.
“Rechazamos el intento de asesinato del hermano Evo Morales”, escribió en X el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez.