THE NEW YORK TIMES
Todos los días, los barcos pesqueros provenientes de Trípoli empiezan a llegar a la diminuta isla siciliana de Lampedusa en la clara luz de la mañana y continúan arribando hasta ya entrado el día, desembarcando a 1.000 inmigrantes por jornada.
La mayoría de quienes cruzan son hombres de entre 20 y 30 años de edad, pero también hay docenas de mujeres, algunas embarazadas, y varios bebés, cuyos agudos alaridos perforan el fresco aire de mar. Otros nunca llegaron.
Más de 600 murieron la semana pasada luego de que su inestable embarcación se hiciera pedazos frente a la costa libia, en tanto tres hombres africanos que no fueron identificados perecieron frente a la costa de Lampedusa el domingo pasado, durante una llegada nocturna en aguas agitadas.
Previamente en el año, aproximadamente 23.000 tunecinos viajaron a través de Lampedusa, en su mayoría buscando trabajo en Europa.
Sin embargo, ahora ya cambió la situación. Más de 12.000 personas han llegado de Libia desde que empezó su conmoción, en su mayoría africanos subsaharianos y personas del Sur de Asia que habían estado trabajando en el país africano, incluidos más de 2.000 durante la última semana. Se considera que casi todos son refugiados y que la mayoría busca asilo en Europa.
Oficiales italianos y trabajadores por los Derechos Humanos dicen que el marcado aumento desde finales de marzo, cuando la OTAN asumió el control de operaciones militares en Libia, aunado al hecho de que la mayoría de las embarcaciones, incluidas las que no sirven para el mar, han salido de puertos dentro o cerca de Trípoli, la capital de Libia, es una señal de que el gobierno de Muamar Gadafi está haciendo la vista gorda -o posiblemente, incluso ayudando- ante su partida. Esto sería también una forma de protesta contra los ataques por aire de la OTAN a las fuerzas oficialistas.
El canciller de Italia, Franco Frattini, dijo que el gobierno de Gadafi había utilizado la inmigración por largo tiempo como una forma de represalia hacia Europa e Italia.
"Para nosotros, esto no es una inmigración meramente debida a la desesperación, lo cual es una constante para estas personas que son refugiados y merecen estatus de refugiados en 95% de los casos, sino una herramienta criminal esgrimida por el régimen de Gadafi", declaró Frattini a la televisión en línea del Corriere della Sera, agregando que la estrategia podría usarse como evidencia en contra de Gadafi ante el Tribunal Penal Internacional, que esta semana lanzó una orden de captura contra él.
El aumento de inmigrantes llega a Europa en momentos en que el continente está cada vez más dividido con respecto al tema, al tiempo que los partidos conservadores ganan fuerza. Recientemente Dinamarca provocó críticas y despertó la posibilidad de que le inicien procedimientos legales cuando dijo que reintroduciría controles en sus fronteras con Alemania y Suecia porque la delincuencia se estaba filtrando.
En Italia la inquietud es que la conmoción libia ha destrozado un tratado bilateral de 2008, donde Italia había prometido 5.000 millones de dólares a lo largo de 20 años a cambio de que Libia impidiera la salida de inmigrantes.
¿COMPLICIDAD? Algunos de los africanos que llegaron recientemente a Lampedusa dijeron que después de haber visto el naufragio de la otra semana frente a la costa libia no quisieron abordar un barco que saldría de Trípoli, pero que unos hombres armados los habían obligado a hacerlo, según relató Laura Boldrini, la portavoz en Italia del Alto Comisionado de la ONU para Refugiados.
Funcionarios italianos consideran que el tamaño de las embarcaciones que están llegando a Lampedusa provenientes de puertos cercanos a Trípoli -algunos con hasta 800 pasajeros- es otra indicación de la complicidad libia, o cuando menos, de su permiso.
"No es que los suban a barcos, pero hay que recordar que los puertos oficialmente están bajo el control de la policía libia", destacó Alfredo Mantica, uno de los subsecretarios italianos de Estado a cargo de las relaciones con Europa, los Balcanes y Turquía, en una entrevista telefónica.
"Primero dormían en la playa e intentaron ocultarse, y las autoridades simularon que revisaban", agregó Mantica. "Ahora ni siquiera se da el teatro de simular que hay revisiones".
El Primer Ministro libio, Baghdadi Mahmudi, dijo que la intervención militar de la OTAN había impedido que Libia patrullara sus costas, como había hecho bajo el tratado de 2008 con Italia.
"Le decimos a Europa que ya no podemos hacer lo que solíamos hacer", informó el diario The Guardian, citando palabras de Mahmudi. "Y eso se debe a que la OTAN arruinó nuestras defensas costeras", comentó el primer ministro.
Sin embargo, todo parece indicar que la situación es aún más complicada de lo que parece.
Esta semana un respetado investigador italiano de inmigración escribió en el diario italiano La Unita que un oficial de alto rango de la armada libia, Zuhair Adam, actualmente estaba ayudando en la organización para llenar embarcaciones de inmigrantes con rumbo a Italia desde un puerto militar cercano a Trípoli.
Según la denuncia, el oficial libio había sido entrenado en tareas de patrullaje costero por las autoridades italianas.