Las autoridades judiciales iraníes emitieron ayer sábado una orden de arresto contra dos mujeres a las que un hombre roció con yogur por no cubrirse con el obligatorio velo islámico en una tienda, a la vez que ordenó la detención del agresor.
El dependiente de la tienda recibió una “amonestación” por permitir en su establecimiento la presencia de mujeres sin velo, obligatorio en el país desde 1983.
El incidente se produjo en medio de fuertes tensiones en Irán tras las protestas desatadas por la muerte en septiembre de Mahsa Amini, detenida por no llevar bien puesto el hijab, en una revuelta en la que se pedía el fin de la República Islámica.
Las protestas casi han desaparecido tras una fuerte represión estatal que ha causado cerca de 500 muertos y en las que han sido ahorcados cuatro manifestantes, uno de ellos en público. Pero muchas mujeres han dejado de usar el velo en las calles, en una forma de protesta y desobediencia.
El Ministerio de Interior describió esta semana el velo “como uno de los pilares de la civilización de la nación iraní”, uno de “los principios de la República Islámica” y “una necesidad religiosa”.
Medios iraníes informaron que las autoridades iraníes están preparando una nueva ley para imponer de nuevo el uso del velo que podría acarrear penas de hasta 6.000 dólares.
EFE