Israel bajo presión por incursión en Gaza; Biden niega que haya pedido aplazarla

"Lo que indiqué es que, si es posible, saquemos a esta gente sana y salva", afirmó el presidente estadounidense tras responder tajante que "no" le ha pedido a Benjamín Netanyahu un retraso en la intervención.

Compartir esta noticia
En las últimas semanas Israel ha acumulado tropas en la Franja de Gaza
En las últimas semanas Israel ha acumulado tropas en la Franja de Gaza
Foto: AFP

Redacción El País
El mundo está esperando que en cualquier momento Israel inicie su incursión terrestre en la Franja de Gaza para acabar con lo que queda de la organización terrorista Hamás, después de más de dos semanas de intensos bombardeos sobre objetivos militares en el enclave palestino en respuesta a los ataques del 7 de octubre.

Pero este paso que puede poner fin a la guerra con Hamás no le está resultando fácil. Israel se encontraba ayer miércoles bajo presión internacional para sopesar los riesgos de entrar a Gaza sin asegurar la protección de la población civil del enclave palestino.

En la Franja de Gaza, un área de 362 km2, viven 2,3 millones de personas, y según médicos palestinos el sistema de salud está al borde del “colapso total”. Además, se están agotando las reservas de agua, electricidad y comida.

La ayuda humanitaria empezó a entrar a cuentagotas a Gaza, aunque no incluye el preciado carburante para que Hamás no lo robe. Desde el sábado, unos 70 camiones cruzaron el paso de Rafah, en la frontera con Egipto. Según la ONU, se necesitarían al menos 100 por día.

Hamás, que gobierna de facto Gaza desde 2007, lanzó un ataque por tierra, mar y aire contra Israel el 7 de octubre. El ataque, el más letal desde la creación del Estado hebreo en 1948, dejó más de 1.400 muertos, según el ejército.

Los milicianos también capturaron a unas 220 personas, que fueron llevadas a Gaza como rehenes. Cuatro de ellas han sido liberadas.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, destacó que Israel debe hacer “todo lo posible” para proteger a los civiles en Gaza. Sin embargo, negó que haya pedido a Israel que posponga su incursión terrestre en Gaza hasta la liberación de los rehenes.

“Lo que le he indicado es que, si es posible, saquemos a la gente sana y salva”, afirmó Biden en una rueda de prensa, tras responder tajante que “no” le ha pedido al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, un retraso en la intervención porque eso es una “decisión” de Israel.

En su primera rueda de prensa tras el estallido de la guerra con Hamás el 7 de octubre, Biden negó la información publicada esta semana por la prensa estadounidense que afirmaba, en base a fuentes del propio Gobierno, que había aconsejado a Israel que retrase una invasión terrestre de Gaza con la esperanza de ganar tiempo para las negociaciones sobre los rehenes.

“Ahora obviamente están en peligro. La pregunta es si hay alguna forma de sacarlos. Si la hay, debemos sacarlos”, afirmó el presidente.

Aunque Biden volvió a mostrar su apoyo total a Israel y a su derecho y obligación de defenderse, afirmó que está “alarmado” por el hecho de que algunos “colonos extremistas” están atacando a los palestinos en Cisjordania y les exigió que paren de hacerlo.

“Están atacando a los palestinos en lugares en los que tienen derecho a estar. Tienen que parar, rendir cuentas y parar ya”, afirmó el presidente en la rueda de prensa en la Casa Blanca, en la que estuvo acompañado del primer ministro australiano, Anthony Albanese, quien está de visita oficial en Estados Unidos.

Por su lado, el presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió desde El Cairo, junto a su par egipcio Abdel Fatah al Sisi, que una operación terrestre “masiva” en Gaza sería un “error” porque pondría “en peligro la vida” de civiles “sin proteger a Israel a largo plazo”.

Macron, que subraya el derecho de Israel a defenderse, cree igualmente que una invasión terrestre “sería incompatible (...) con el derecho internacional e incluso con las leyes de la guerra”.

Sisi advirtió igualmente que una “invasión terrestre” de Gaza provocaría “muchas, muchas víctimas civiles”.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó ayer que están “preparando una incursión terrestre”. “No puedo decir cuándo, cómo ni cuántos (efectivos) habrá ni las consideraciones que estamos tomando en cuenta” para lanzar la invasión, agregó en un mensaje por televisión.

La incursión terrestre se demora, a pesar de haber sido anunciada como inminente. Medios y expertos atribuyen esta tardanza a además de las presiones internacionales, a los desacuerdos entre políticos y militares israelíes. La cuestión de los rehenes también influye.

Las tensiones por esta guerra entre Israel y Hamás se extendieron también a la frontera con Líbano, donde hay cruces diarios de artillería entre el ejército israelí y el movimiento islamista Hezbolá. (Con información de AFP y EFE)

Además

Vetos cruzado en Consejo de Seguridad

La resolución presentada por Rusia que pedía “un alto el fuego inmediato” en Gaza también fracasó en el Consejo de Seguridad, al ser apoyada solo por cuatro de los miembros.

Estados Unidos y el Reino Unido, dos naciones con derecho de veto, votaron en contra, siendo esta la segunda resolución rusa que fracasa desde que comenzó la guerra en Gaza el 7 de octubre y la cuarta que llega al Consejo de Seguridad y que no consigue la aprobación.

Por su lado, Rusia y China vetaron ayer miércoles en el Consejo de Seguridad una resolución de Estados Unidos que pedía “pausas humanitarias” en Gaza, criticando en ambos casos que no incluyera un llamamiento claro a un alto el fuego.

La resolución de Estados Unidos tuvo 10 votos favorables (9 son los necesarios para una aprobación), pero Emiratos Árabes, Rusia y China votaron en contra, y dado que estos dos últimos tienen derecho de veto, la resolución fracasó.

En tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, admitió ayer miércoles por primera vez que deberá dar “respuestas” por las fallas de seguridad evidenciadas en el letal ataque terrorista cometido el 7 de octubre por comandos de Hamás procedentes de Gaza. “Se examinarán las fallas y todos tendrán que dar respuestas, incluso yo. Pero eso ocurrirá más tarde”, declaró Netanyahu en un mensaje televisivo.

“Como primer ministro, tengo la responsabilidad de asegurar el futuro del país”, agregó.

Más civiles israelíes aprender a disparar

“Desenfunden, apunten, ¡fuego!”, grita un militar retirado a civiles israelíes antes de que resuene el estruendo en ráfaga. Tras la reciente flexibilización legal para adquirir armas en Israel, miles de personas, luego de la masacre del grupo terrorista Hamás, aprenden a disparar.

“Academia Israelí de Antiterrorismo y Seguridad”, se lee sobre una reja con alambre de púas entre las colinas desérticas de Efrat, un asentamiento israelí en Cisjordania, en cuyo interior los estridentes disparos y el olor a pólvora inundan el ambiente.

Aunque es la primera vez en su vida que sostiene una pistola, a Moria no le tiembla la mano. Junto a esta madre de seis niños, una decena de israelíes -judíos religiosos, agricultores y programadores informáticos- toman una clase básica de tiro. El blanco al que apuntan: imágenes de terroristas palestinos.

“Quiero saber cómo se usa esta cosa, aunque espero no tener que usarla. Mi esposo está en el Ejército, estoy sola con los niños en la casa, debo protegerlos”, dice Moria, de 39 años y habitante de una de las aldeas aledañas a la Franja de Gaza.

El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, impulsó su vieja iniciativa de flexibilizar los criterios para otorgar permisos de armas, que fue aprobada por un comité del Parlamento el pasado 15 de octubre.

En las dos semanas y media que han transcurrido desde el ataque de Hamás, se han presentado unas 100.000 solicitudes para licencia de armas, según el ministro.

Aquel fatídico 7 de octubre se convirtió en un punto de inflexión positivo para el mercado armamentístico en Israel: “Desde ese día, hay un aumento del 200% en la venta de armas y entrenamientos”, asegura a EFE el coronel Sharon Gat, fundador de Caliber 3, una de las academias de seguridad más reputadas de Israel.

Las seis sucursales de la empresa reciben diariamente más de 1.500 aprendices, que pagan unos 250 dólares por cada día de entrenamiento.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

IsraelHamásJoe Biden

Te puede interesar