AFP, EFE
El mundo volvió a dividirse en torno a la guerra en Gaza, esta vez por la orden de detención que emitió la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, el exministro de Defensa israelí Yoav Gallant y el líder del brazo armado de la organización terrorista palestina Hamás, Mohamed Deif. A los tres por crímenes de guerra y de lesa humanidad.
El gobierno de Israel calificó de “antisemita” la orden de detención en contra Netanyahu. “Israel rechaza con disgusto las absurdas y falsas acciones y acusaciones hechas contra él”, reaccionó.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, también rechazó las órdenes contra los dirigentes israelíes.
La decisión de la CPI limita teóricamente los desplazamientos de Netanyahu, porque los 124 países miembros de la corte están obligados a arrestarlo en su territorio.
En cuando a Deif, según Israel murió en un ataque en julio en el sur de Gaza. Pero Hamás no ha confirmado su muerte y la CPI dijo que emitió la orden de detención ya que el fiscal no pudo determinar si está o no muerto.
En el plano diplomático, Estados Unidos criticó las órdenes de arresto contra dirigentes israelíes. “Seguimos sumamente preocupados por la prisa del fiscal en emitir órdenes de detención y por los inquietantes errores de procedimiento que llevaron a esta decisión. Estados Unidos ha sido claro en que la CPI no tiene jurisdicción en este asunto”, dijo un portavoz del Consejo Nacional de Seguridad.
Argentina también rechazó las órdenes de arrestro contra Netanyahu y Gallant. Los mandatos de arresto de la CPI contra el primer ministro israelí y su exministro de Defensa “ignoran el derecho legítimo de Israel a defenderse frente a los constantes ataques de organizaciones terroristas”, estimó la Presidencia argentina en un comunicado.
Italia también se pronunció contra el pedido de la CPI.
Desde Jordania, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, declaró que “no es una decisión política. Es una decisión de un tribunal, de un tribunal de justicia, de un tribunal de justicia internacional. Y la decisión del tribunal debe respetarse y aplicarse”.
El fiscal de la CPI, Karim Kham, pidió a los Estados miembros que “respeten su compromiso (...) cumpliendo estas órdenes judiciales”.
Las órdenes de detención fueron clasificadas inicialmente como “secretas” para proteger a los testigos y salvaguardar la realización de las investigaciones, declaró la corte. Decidieron hacerlas públicas “ya que parece que sigue habiendo una conducta similar a la abordada en la orden de detención”, agregó la Corte.
Khan solicitó en mayo que el tribunal emitiera órdenes de detención contra Netanyahu y Gallant por presuntos crímenes de guerra y de lesa humanidad en Gaza. Netanyahu destituyó a Gallant como ministro de Defensa el 5 de noviembre.
El fiscal también trató de impulsar inicialmente órdenes de detención contra líderes de Hamás por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Khan retiró la solicitud para Ismail Haniyeh, dirigente del grupo terrorista muerte a finales de julio. También había solicitado una orden contra su sucesor, Yahya Sinwar, también muerto en Gaza.
La guerra entre Israel y Hamás se desencadenó el 7 de octubre de 2023, cuando terroristas palestinos mataron a 1.206 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251. De los secuestrados, 97 siguen cautivos en Gaza, pero el ejército israelí estima que 34 de ellos murieron.
Avanza mediación entre Israel y Líbano
El mediador de Estados Unidos, Amos Hochstein, se reunió ayer jueves con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y después con el ministro de Defensa, Israel Katz, para abordar la propuesta de alto el fuego que busca poner fin a la guerra entre Israel y Líbano. El mediador aterrizó el miércoles en Tel Aviv tras su paso por la capital libanesa de Beirut, donde mantuvo una reunión con el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, y aseguró haber logrado “avances” en el borrador para sellar la paz entre Israel y Líbano. De acuerdo con Berri, tan solo queda “debatir algunos detalles técnicos y tomar una decisión” una vez concluya la visita de Hochtein en Israel. El Gobierno de Netanyahu ha mostrado su voluntad en querer firmar un acuerdo, si bien ha advertido de que este debe preservar “el derecho del Ejército a actuar y proteger a los ciudadanos de Israel” si Hezbolá viola el alto el fuego. En este sentido, las autoridades libanesas han mostrado sus discrepancias en dos puntos que consideran controvertidos. El primero de ellos es que se permite la “libertad de movimiento” de Israel en el Líbano en caso de que se vea amenazado por Hezbolá en las zonas fronterizas o de violación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la guerra de 2006 entre el Estado judío y el movimiento armado aliado de Irán. El segundo punto en disputa es la creación de un mecanismo para supervisar la resolución 1701, que sería presidido por Estados Unidos, publicó el periódico Al Sharq al Awsat.
La Corte “enemigo de la humanidad”
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó de “infundada” la orden de detención dictada contra él por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y lesa humanidad en la Franja de Gaza y dijo que la institución “se ha convertido en el enemigo de la humanidad”. “Ninguna decisión antiisraelí escandalosa me impedirá seguir defendiendo a nuestro país de ninguna manera. No cederemos a las presiones”, afirmó el primer ministro en un videomensaje.
Netanyahu indicó que la orden de arresto contra él y el ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, se basa en “la acusación fundamentalmente infundada” de supuestos crímenes “ficticios” contra la humanidad y de guerra; mientras ignora “los atroces crímenes de guerra cometidos contra Israel”. (EFE)