BRASIL
El exjuez Sergio Moro, que llevó a prisión a Lula, y los gobernadores reelectos de los estados de Minas Gerais y Rio de Janeiro se pronunciaron a favor del presidente actual.
Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva empezaron ayer martes a recibir el apoyo de figuras clave, en una feroz carrera por obtener el máximo de votos para ganar el balotaje presidencial del 30 de octubre.
El exjuez Sergio Moro, que llevó a prisión a Lula, y los gobernadores reelectos de los estados de Minas Gerais y Rio de Janeiro se pronunciaron a favor de Bolsonaro. En tanto Lula recibió del Partido Democrático Trabalhista (PDT) de Ciro Gomes.
El presidente terminó segundo en la primera vuelta del domingo con un apoyo más fuerte de lo previsto por las encuestas (43%), apenas cinco menos que el líder izquierdista (48%).
“Última salida”
El apoyo de Gomes a Lula fue a regañadientes. Gomes quedó en cuarto lugar con 3,04%, detrás de la senadora Simone Tebet, que también se espera apoye a Lula. Entre ambos candidatos, sumaron 8,5 millones de votos. La diferencia entre Lula y Bolsonaro fue de 6,18 millones de votos.
“Acabamos de tener una reunión con la ejecutiva (...) del Partido Democrático Trabalhista (PDT), en la que tomamos una decisión por unanimidad. Grabo este video para decir que apoyo”, dijo Gomes. “Frente a las circunstancias, es la última salida”, añadió en el video colgado en las redes sociales, en el que tachó a Lula y a Bolsonaro como dos opciones “insatisfactorias”.
Gomes, que fue alcalde, gobernador y competía por cuarta vez en los comicios presidenciales, ha sido muy crítico con Lula y en su discurso de dos minutos ni siquiera lo nombró.
El presidente del PDT, Carlos Lupi, dijo que se resolvió respaldar “a lo que es más próximo, que es la candidatura de Lula”.
Según Lupi, ni Gomes ni el PDT podían “omitirse” en este momento, en el que Brasil deberá elegir entre “un demócrata como Lula” y un “aspirante a dictador como Bolsonaro”.
El presidente del PDT explicó que las únicas condiciones para apoyar a Lula han sido aceptadas por el frente progresista que le postula. Se trata de propuestas defendidas por Gomes en su campaña, como la adopción de un plan de renta mínima universal, la renegociación de las deudas que tienen las familias más pobres y un programa que establezca la educación de tiempo integral para los niños y jóvenes.
Moro y gobernadores
Además del apoyo de aliados, Bolsonaro está intentando explotar el rechazo a Lula y su partido.
“Lula no es una opción electoral, con su Gobierno marcado por la corrupción de la democracia. Contra el proyecto de poder del PT, declaro apoyo a Bolsonaro en la segunda vuelta”, afirmó el exjuez en un mensaje publicado en sus redes sociales.
Moro fue elegido senador el domingo en las legislativas celebradas en paralelo a las presidenciales, con casi 1,9 millones de votos en su estado Paraná.
Como juez, Moro lideró la megacausa Lava Jato, proceso que destapó una red de sobornos en la estatal Petrobras y envió a Lula a prisión en 2018.
Las condenas impuestas por Moro, sin embargo, fueron anuladas por problemas de competencia de jurisdicción y luego de que la Corte Suprema considerara que el juez había actuado parcialmente, lo que permitió a Lula disputar las elecciones de este año.
Tras la elección de Bolsonaro, en 2018, Moro asumió como su ministro de Justicia. Pero la relación se quebró y renunció en abril de 2020, tras acusar al jefe de Estado de interferir en investigaciones policiales contra sus familiares.
“Está todo superado. De ahora en adelante es una nueva relación... No hay cuentas que ajustar”, dijo Bolsonaro ayer martes.
El mandatario agradeció en Brasilia el apoyo clave de los gobernadores Romeu Zema, de Minas Gerais, y Claudio Castro, de Rio de Janeiro.
“Sabemos que en muchas cosas convergemos y en otras no, pero Brasil necesita ir hacia adelante y creo mucho más en la propuesta del presidente Bolsonaro”, dijo Zema.
Castro, por su parte, dijo que hará campaña para que Rio de Janeiro se transforme en la “capital de la victoria” de Bolsonaro.
También declaró su apoyo a Bolsonaro el gobernador de San Pablo, Rodrigo García.
Los estados de Minas Gerais, Río de Janeiro y San Pablo constituyen los tres mayores colegios electorales y concentran, en conjunto, a 63 millones de electores, sobre un total de 156 millones en el país.
Castro pertenece al Partido Liberal (PL), el mismo de Bolsonaro, por lo que su apoyo no es novedad. Zema es miembro del partido Novo, de corte liberal y cercano a las ideas del presidente, sobre todo en lo económico. Ambos fueron reelegidos en la primera vuelta del domingo.
Zema declaró que, como liberal, cree “mucho más en las propuestas del presidente Bolsonaro que en las del adversario”.
En el caso de García, aspiró a la reelección en San Pablo, pero quedó fuera de la disputa en la primera vuelta del pasado domingo, ganada por el bolsonarista Tarcísio Gomes de Freitas, con un 42,5%, quien disputará una segunda vuelta contra Fernando Haddad, del PT, segundo con un 35,4%.
El gobernador paulista García, del Partido de la Social Democracia (PSDB), dijo que su decisión es “personal”, y la justificó en su convicción de que es necesario “evitar” una victoria de Lula.
“Mi trabajo en esta segunda vuelta será que el presidente Bolsonaro pueda ser reelegido y seguir dirigiendo los destinos de esta nación”, declaró García.
El gobernador paulista apuntó que su apoyo a Bolsonaro también obedece a que se debe “evitar que el Partido de los Trabajadores gane las elecciones”.
¿Y Simone Tebet?
Entre los principales candidatos que aspiraron a la Presidencia en la primera vuelta, aún falta por pronunciarse la senadora Simone Tebet, abanderada de una coalición de centroderecha liderada por el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) y quien quedó en el tercer lugar, con un 4,1 %.
El pasado domingo, tras confirmarse la segunda vuelta entre Lula y Bolsonaro, Tebet aseguró que no permanecerá ajena a la disputa.
“La palabra ahora está con el partido, pues soy respetuosa del proceso de decisiones, pero en un máximo de 48 horas me pronunciaré, porque tengo una responsabilidad” y “no seré omisa”, declaró.
Investigan a encuestas
El gobierno brasileño le pidió ayer martes a la Policía que investigue la conducta de las firmas de sondeos electorales, que previeron una amplia ventaja de Lula en la primera vuelta de las presidenciales del domingo.
“Le acabo de enviar a la Policía Federal una petición de apertura de investigación sobre la actuación de los institutos de encuestas electorales”, informó el ministro de Justicia, Anderson Torres, en un mensaje que publicó en su cuenta en Twitter.
Torres explicó que su decisión obedeció a una denuncia recibida por el ministerio de Justicia sobre supuestas conductas que, en tesis, caracterizan la práctica de delitos perpetrados por algunos institutos.
Las empresas encuestadoras vienen siendo cuestionadas desde el domingo en Brasil, principalmente por parte de los aliados de Bolsonaro, por el amplio desfase entre los resultados de los sondeos que hicieron antes de los comicios y el escrutinio final.
Los sondeos previos a las elecciones no preveían la reducida diferencia entre ambos candidatos -de apenas cinco puntos- ni la gran fuerza electoral de Bolsonaro y de sus aliados en las elecciones legislativas y regionales.
Algunas de las encuestas divulgadas en la víspera de los comicios indicaban que Lula podría garantizar su elección en la primera vuelta con entre el 50 y el 51% de los votos y con una ventaja de hasta 14 puntos sobre Bolsonaro.
Bolsonaro puso en duda las encuestas desde que las mismas comenzaron a mostrar a Lula como favorito hace varios meses y las acusó de intentar engañar a los electores.
Varios aliados del presidente han defendido que se investigue y castigue a las firmas responsables por los sondeos, entre ellos uno de los hijos del mandatario, el diputado Eduardo Bolsonaro, que propuso crear una comisión de investigación en el Congreso.
El vocero del oficialismo en la Cámara de Diputados, Ricardo Barros, prometió presentar un proyecto de ley que aplique multas o penas de cárcel para las encuestadoras que se equivoquen más allá del margen de error.
“Encuesta publicada la víspera de las elecciones cuyo resultado no coincida con el margen de error es delito”, declaró Barros.
Por su parte, el ministro de la Presidencia, Ciro Nogueira, pidió a los seguidores de Bolsonaro que no responder encuestas de cara a una segunda vuelta.
“Después del escándalo que cometieron, todos los electores del presidente Bolsonaro solo tienen una respuesta a las empresas de investigación: no responder a ninguna de ellas hasta el fin de las elecciones”, escribió en sus redes sociales. (AFP, EFE)
“Lula no tiene pacto ni conversó con el diablo”
Luiz Inácio Lula da Silva se vio obligado a desmentir noticias falsas que lo acusan de tener “un pacto con el diablo” y a reiterar que es cristiano y cree en Dios. “Lula no tiene pacto ni jamás conversó con el diablo”, afirma un mensaje publicado en las redes sociales por Lula, después de que se difundieran noticias falsas en ese sentido. Ayer martes, Lula recibió en su cuartel general en San Pablo a un grupo de padres franciscanos, día de San Francisco de Asís. Después de recibir la bendición de los frailes, el candidato del PT recalcó que no le gusta hacer política con la religión, porque entiende que “la fe es una cosa muy sagrada”. Asimismo, elogió al papa Francisco, del que dijo que tiene “un coraje ejemplar” por pronunciarse sobre “todos los asuntos”. “Él no tiene miedo de defender a las personas”, indicó Lula.
“Bolsonaro perderá”, dice analista de mercados
Thomas Haugaard, gestor de carteras del equipo de Deuda de Mercados Emergentes en divisas fuertes en Janus Henderson Investors, opina que si bien el presidente Jair Bolsonaro tuvo una “buena elección” en el domingo, terminará perdiendo en el balotaje con Luiz Inácio Lula da Silva. “Si bien aparentemente es más competitivo de lo esperado, nuestra línea de base sigue siendo que Bolsonaro perderá el 30 de octubre. Las encuestas claramente subestimaron el apoyo a Bolsonaro, pero hay poca evidencia de un cambio de impulso. Es más probable que Lula pueda recoger votos de los candidatos derrotados y está mucho más cerca de obtener el 50+1 necesario para ganar en la segunda vuelta. Cuando Lula gane, enfrentará restricciones políticas más duras de lo esperado en el Congreso, lo que probablemente moderará sus políticas”, sostuvo Haugaard en un comunicado. “Tanto Bolsonaro como Lula tendrán que asegurar votos centristas, lo que podría provocar una mayor moderación en las señales de política, pero las promesas fiscales seguirán siendo un riesgo clave a tener en cuenta”, agregó.