CRISIS EN BRASIL
Los manifestantes criticaron al Congreso y al Tribunal Supremo, que han paralizado o anulado algunas de las iniciativas de Bolsonaro desde que llegó al poder el 1 de enero de 2019.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sigue desafiando al Congreso y al Tribunal Supremo de Justicia. Ayer domingo participó en otro acto en contra de esos poderes del Estado.
“Ustedes saben que el pueblo está con nosotros, las Fuerzas Armadas, al lado de la ley, el orden, la democracia y la libertad, también están de nuestro lado, y Dios por encima de todo”, afirmó el mandatario a un grupo de seguidores.
Los manifestantes criticaron al Congreso y al Tribunal Supremo, que han paralizado o anulado algunas de las iniciativas de Bolsonaro desde que llegó al poder el 1 de enero de 2019.
Bolsonaro le “rogó a Dios” para que su Gobierno “no tenga problemas” la próxima semana porque “llegó al límite”, sin especificar a qué se refería.
Esta es la segunda vez que participa en un acto calificado de “antidemocrático” y “anticonstitucional” por la oposición. El pasado 19 de abril, Bolsonaro acudió a otro similar, también en Brasilia, tras el cual el Supremo autorizó investigarlo para averiguar quién está realmente detrás de ellos.
En el acto de ayer domingo, los manifestantes corearon “Moro, basura”, en referencia al ex ministro de Justicia Sergio Moro, ahora convertido en un enemigo tras su salida del Gobierno.
Moro renunció la semana pasada tras la destitución del jefe de la Policía Federal, Mauricio Valeixo. En su despedida acusó al jefe de Estado de intentar “interferir políticamente” en la Policía Federal, que investiga a dos de los hijos del mandatario. Las explosivas declaraciones de Moro provocaron la apertura de una investigación autorizada por el Tribunal Suprema contra Bolsonaro, pero también contra el exjuez, para averiguar la veracidad de las mismas.
El sábado Moro declaró por más de ocho horas en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, ciudad en la que condujo la Lava Jato, que llevó a la prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros. Según medios locales, Moro presentó “conversaciones, audios y correos electrónicos” intercambiados con Bolsonaro que respaldarían sus graves acusaciones. Ese mismo sábado el presidente llamó “Judas” a Moro en Twitter.
Si la Fiscalía encuentra indicios contra el presidente, puede presentar una denuncia formal ante el Supremo, que solo podría darle trámite con el aval de una mayoría de dos tercios de los votos en la Cámara de Diputados (342 de un total de 513). En ese supuesto, Bolsonaro sería suspendido de su cargo durante 180 días y si el Supremo lo declarara culpable sería destituido y lo sucedería en el poder el vicepresidente, el general retirado Hamilton Mourao.
La presencia de Bolsonaro en el acto de ayer domingo generó una oleada de críticas por parte de representantes de los Poderes Legislativo y Judicial, así como de algunos gobernadores, quienes discrepan con el presidente por su postura laxa ante la crisis del coronavirus, que se ha cobrado en Brasil hasta ayer la vida de 7.025 personas, en 101147 casos confirmados.
El célebre fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado lanzó ayer domingo una petición en línea, firmada por estrellas como el actor Brad Pitt y los cantantes Paul McCartney y Madonna, para reclamar “medidas urgentes” de los poderes públicos para proteger a los indígenas de la pandemia en el país más afectado de América Latina. “Los pueblos indígenas de Brasil corren el riesgo de ser devastados por la COVID-19 si no se toman medidas urgentes para protegerlos”, dice la petición, firmada por cerca de 50.000 personas hasta el momento.
El fotógrafo de 76 años, ganador de numerosos premios internacionales, en los últimos años ha trabajado sobre las tribus de la Amazonía. Entre quienes firmaron su petición se encuentran estrellas de cine como Sylvester Stallone, Meryl Streep y Richard Gere, así como los cantantes brasileños Gilberto Gil y Caetano Veloso. El estado Amazonas, donde vive el mayor número de indígenas en Brasil, es uno de los más afectados por la pandemia, con más de 500 muertos.