Dos meses después del accidente de la central nuclear de Fukushima Daiichi (noreste) a causa del terremoto, el primer ministro japonés, Naoto Kan, exigió el el cierre de la planta nuclear de Hamaoka, situada en la falla sísmica del centro del archipiélago.
"He ordenado a Chubu Electric Power cesar las operaciones de todos sus reactores en la central nuclear de Hamaoka", declaró Kan en una conferencia de prensa en Tokio.
"Esta decisión se adoptó en función de la seguridad de los habitantes", agregó el primer ministro japonés, que evocó un riesgo importante de sismo en esa parte del archipiélago.
"Hemos tomado en cuenta igualmente el enorme impacto que un accidente grave en la central de Hamaoka podría tener sobre el conjunto de la sociedad japonesa", añadió.
Esta central está situada a menos de 200 km al sudoeste de Tokio y a un centenar de kilómetros de la metrópoli de Nagoya, en el corazón de una región industrial.
Concretamente, la decisión de Kan equivale a cerrar dos reactores, los reactores 4 y 5, y a no reutilizar el reactor 3, actualmente paralizado por mantenimiento. Las unidades 1 y 2 de esta central de cinco reactores habían sido ya definitivamente paradas.
El primer ministro previno que esta decisión corría el riesgo de provocar, al comienzo, una penuria de electricidad en la región.
"Las autoridades competentes, entre ellas el ministerio de Ciencias, estimaron en un 87% las posibilidades de que un terremoto de magnitud 8 afecte a la región en los próximos 30 años", recalcó Kan.
"Es necesario tomar medidas a mediano y largo plazo, especialmente la construcción de muros de protección frente al mar que podrían resistir a un tsunami gigante", añadió, sin dar precisiones sobre el calendario.
Según la agencia Kyodo, Chubu Electric dio su acuerdo para suspender las operaciones.
Situado en la confluencia de cuatro placas tectónicas, Japón padece los sismos más fuertes de la tierra. El 11 de marzo, un sismo de magnitud 9 seguido de un tsunami gigante devastó el noreste del archipiélago y causó más de 25.000 muertos y desaparecidos. En 1995, un terremoto en Kobe (centro-oeste) causó 6.400 muertos.
Los japoneses que militan en contra de la energía nuclear expresaron su alegría.
"Greenpeace saluda la decisión del primer ministro de cerrar Hamaoka, una de las centrales nucleares más peligrosas de Japón", indicó Junichi Sato, director ejecutivo de Greenpeace Japón.
"Es la primera vez que un primer ministro pide directamente que una central nuclear sea cerrada en Japón. Sin embargo, esperamos que no sea la última", añadió.
"Fukushima constituye una advertencia severa sobre las consecuencias de la energía nuclear, y hay aún numerosos reactores peligrosos en servicio", concluyó Junichi Sato.
Japón se enfrenta desde hace dos meses al más grave accidente nuclear de su historia tras la avería de los circuitos de enfriamiento de la central de Fukushima Daiichi, provocada por la catástrofe del 11 de marzo.
AFP