La Nación/GDA
En Washington, el encuentro fue detrás del escenario, tuvo como música de fondo la canción “Y.M.C.A.” de Village People, y aunque duró poco más de un minuto y medio, tuvo condimentos perdurables. “¡Señor Presidente”, le dijo Javier Milei, con una anchísima sonrisa, a Donald Trump, antes de abrazarlo y palmearle la espalda. Sin soltarle los brazos, y mientras Trump se echaba para atrás, Milei le dijo que era un placer muy grande y un honor conocerlo, lo llamó un “muy gran presidente” y después le agradeció “su trabajo por mi”. “¡Make Argentina Great Again!”, dijo Trump al final. “¡Viva la libertad carajo!”, mechó Milei.
Ese breve pero altamente significativo primer intercambio entre Trump y Milei fue lo más relevante que dejó el cierre de la Conferencia de Acción Política de Acción Conservadora (CPAC), una meca de la derecha global devenido, en los últimos años, en un Trumpfest.
Milei y su comitiva viajaron más de 8000 kilómetros para ese momento. Con la pelea con la liga de gobernadores de Juntos por el Cambio de trasfondo, Milei aterrizó ayer sábado a la mañana en Washington para participar de CPAC luego de una semana de encuentros de alto nivel en Buenos Aires con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y la subdirectora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath. MIlei también recibió al senador republicano, Marco Rubio. Su abrazo con Trump desterró todas las demás fotos.
Tras el abrazo y los elogios mutuos con Trump, Milei apareció en el escenario central de CPAC. Lejos del clima de la conferencia o de la electricidad que desparramó Trump, Milei brindó una clase de economía y de liberalismo más que un discurso político. Evitó referencias directas a la política de los Estados Unidos -aunque criticó la “agenda asesina” del aborto- y se enfocó en los principios del liberalismo, las crítica al socialismo y la defensa de la desregulación del mercado. Habló del óptimo de Pareto, Adam Smith, y de los sistemas de precios, entre otros conceptos técnicos.
“El mercado es un proceso de cooperación social donde se intercambian derechos de propiedad voluntariamente. De hecho, dado que los intercambios son voluntarios, no es posible hablar de fallos de mercado porque nadie estaría haciendo acciones autoflagelantes. Por lo tanto, digamos, cuando definimos bien mercado, todas las defiiniciones de intervención se derrumban”, dijo en un tramo del mensaje.
El discurso de Milei ofreció un fuerte contraste con las palabras de Trump, a sala llena, de alto voltaje político, y, para el público trumpista, altamente entretenidas. Mucho gente se fue después de que Trump habló, y tanto Milei con el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, quien habló antes, hablaron ante una sala semivacía. Sobre el final, Milei lanzó un ataque frontal al socialismo que encendió un poco más al público que seguía en el salón.