EL JUICIO A LULA: BRASIL DIVIDIDO Y BAJO TENSIÓN
Desató una ola de críticas; solo el extremista de derecha Bolsonaro lo respaldó.
Las horas previas al fallo judicial de anoche sobre Lula fueron de una tensión creciente, con fundados temores de alzamientos militares si el expresidente no terminaba en la cárcel. Quien se encargó de crear este clima fue nada menos que el jefe del Ejército, el general Eduardo Villas Boas. A través de la red Twitter, el militar manifestó su "repudio a la impunidad".
"Aseguro a la nación que el Ejército brasileño juzga compartir el anhelo de todos los ciudadanos de bien de repudio a la impunidad y de respeto a la Constitución, a la paz social y a la democracia", dijo Villas Boas en su cuenta en Twitter, en la que tiene 130.000 seguidores.
El general agregó que "en la situación actual de Brasil, corresponde a las instituciones y a los ciudadanos preguntarse quién está pensando realmente en el bienestar de nuestro país y sus futuras generaciones y quién solo está preocupado por los intereses personales".
Sus declaraciones, respaldadas rápidamente por varios militares, fue interpretada por algunos legisladores como una indebida presión sobre los jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) que analizaron anoche el recurso presentado por la defensa de Lula y, por otros, como una amenaza de golpe de Estado.
La crítica más contundente a la aparente amenaza del general partió del ex fiscal general Rodrigo Janot, para quien la declaración no fue "buena". "Si es lo que parece, otro 1964 será inaceptable", dijo Janot en referencia al golpe de Estado que instauró la última dictadura militar en Brasil (1964-1985).
Igualmente emitieron su alerta organizaciones como Amnistía Internacional y un grupo de 150 juristas, abogados y defensores públicos, que, en un manifiesto, rechazaron "declaraciones que evocan actos de fuerza y configuran una clara interferencia en la Corte Suprema, algo que no ocurría desde la dictadura militar".
"Las declaraciones son una grave afrenta a la independencia de los poderes, al debido proceso legal, una amenaza al estado democrático de derecho y señalan un desvío del papel de las Fuerzas Armadas en Brasil", señaló Amnistía Internacional en un comunicado.
Pero fue el propio Gobierno y el Partido de los Trabajadores (PT), la formación de izquierda liderada por Lula, los que más se esforzaron por restarle poder a la declaración del oficial.
El ministro de Seguridad Pública, Raúl Jungmann, que hasta febrero pasado era superior de Villas Boas como ministro de Defensa, fue uno de los pocos miembros del Gobierno en pronunciarse y lo hizo para defender el carácter democrático del militar. "Las palabras del general Villas Boas representan básicamente la defensa de la institucionalidad, la defensa de la Constitución y, sobre todo, la noción de que la regla del juego es para ser cumplida y que tiene que ser aceptada", afirmó el ministro.
"Cuando él recuerda que el Ejército está atento a su papel institucional, recuerda que el papel institucional de las Fuerzas Armadas está definido en la Constitución", agregó Jungmann, quien dijo haber elogiado el comentario del general en un encuentro que tuvo con el comandante del Ejército este mismo miércoles.
El ministro afirmó que las fuerzas políticas que quieren un "retorno al pasado" (en referencia al régimen militar) son "absolutamente minoritarias" y descartó la posibilidad de un golpe militar en Brasil. "De 0 a 10, la posibilidad es -1. No hay la menor posibilidad. Las Fuerzas Armadas son un activo democrático hoy", dijo.
Por su parte, la presidenta del PT, senadora Gleisi Hoffmann, acusó a la red Globo de televisión de tergiversar la declaración del oficial en un intento de presionar a los magistrados para que se pronuncien contra el hábeas corpus solicitado por Lula. "Es escandalosa la presión de la red Globo... Llegaron al colmo de asociar una declaración del comandante del Ejército al juicio", aseguró.
"En una democracia, un comandante militar no envía un mensaje a ningún poder de la República", escribió por su parte el legislador federal Chico Alencar en Twitter. "¡2018 no es 1964!", agregó.
Pero tampoco faltaron los que apoyaron a Villas Boas e incluso alentaron una intervención militar. El diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, segundo en las encuestas, aunque con la mitad de intenciones de voto de Lula, escribió "El partido del Ejército es Brasil (...) Su comandante es un soldado al servicio de la Democracia y la Libertad. Así fue en el pasado y así será siempre. Con orgullo: Estamos juntos, General Villas Boas". Bolsonaro es conocido por su defensa de la dictadura.
Temer, un "esclavo" del derecho y la Constitución
El presidente de Brasil, Michel Temer, afirmó ayer que "lo que más perjudica" al país es "desviarse de las determinaciones constitucionales", en medio de la polémica por los comentarios del comandante del Ejército. "Cuando las personas comienzan a desviarse de las determinaciones jurídicas, constitucionales, cuando creen que pueden crear el derecho a partir de su mente y no a partir de aquello que está escrito, sea literalmente o sistemáticamente, se comienza a desorganizar la sociedad", dijo Temer en un acto en Brasilia.
El mandatario realizó una intervención en la que hizo una defensa enérgica del texto constitucional, del que se declaró "un esclavo".
"Creo que lo que da estabilidad al país es el cumplimiento riguroso de aquello que la soberanía popular produjo al crear el Estado brasileño. Por tanto, toda vez que practico un gesto gubernamental, tengo en mente el norte que me da la Constitución Federal", resaltó.
Temer hizo estos comentarios durante una ceremonia en el Palacio de Planalto, en la que sancionó una ley que flexibiliza el horario de un programa radiofónico.