ESTADOS UNIDOS
El demócrata es el presidente electo y Kamala Harris será la próxima vicepresidenta pese a que Trump sigue sin aceptar la derrota.
Estados Unidos tiene presidente electo. Se llama Joseph Robinette Biden Jr., o directamente Joe Biden. Y pese a que Donald Trump se ha negado a aceptar que desde ayer sábado es presidente saliente, los líderes de todas las democracias del mundo ya felicitaron al nuevo inquilino de la Casa Blanca a partir del 20 de enero.
La victoria de Biden se confirmó en Pensilvania, que otorga 20 votos electorales, suficientes para superar los 270 que necesitaba para el Colegio Electoral.
“Estoy honrado por la confianza que el pueblo estadounidense ha depositado en mí y en la vicepresidenta electa (Kamala) Harris. Frente a obstáculos sin precedentes, un número récord de estadounidenses votó”, dijo Biden en Twitter.
“Con la campaña terminada, es hora de dejar atrás la ira y la retórica dura y unirnos como nación. Es hora de que Estados Unidos se una. Y es hora de sanar”, añadió.
Trump, que viene denunciando un supuesto fraude, no admitió la derrota. “Esta elección está lejos de terminar”, dijo.
El triunfo de Biden fue festejado por los demócratas en todo Estados Unidos. Harris publicó un video en Twitter en que felicitaba a Biden: “Lo hicimos, Joe!”.
We did it, @JoeBiden. pic.twitter.com/oCgeylsjB4
— Kamala Harris (@KamalaHarris) November 7, 2020
Harris será la primera mujer, la primera estadounidense negra y la primera estadounidense de ascendencia asiática en ocupar el cargo de vicepresidente, el segundo puesto de importancia en la administración del país.
Festejos y grieta.
En las principales ciudades, multitudes de personas se reunieron en las calles, estallaron en vítores. En Washington, los festejos fueron aumentando a medida que más personas se enteraban de la noticia. Algunos sollozaron al escuchar la canción We are the Champions.
Al igual que en Washington, en Nueva York el “¡Estás despedido!”, la mítica frase que el magnate pronunciaba en el programa The Apprentice, fue uno de los clamores que más se escucharon.
Sin embargo, en un recordatorio del estado dividido del país, unos 200 partidarios de Trump se reunieron cerca de los edificios del capitolio estatal en Lansing, Michigan, para exigir un recuento.
Cuando Biden ingrese a la Casa Blanca el 20 de enero, la persona de mayor edad en asumir el cargo a los 78 años, probablemente enfrentará una difícil tarea gobernando un país profundamente polarizado.
Su victoria proyectada se produjo después de cuatro días de suspenso sobre el resultado de laselecciones del martes, con el conteo de votos en un puñado de estados clave dilatado por la abundante cantidad de boletas emitidas por correo.
Biden tenía una ventaja de 273 a 214 en la votación del Colegio Electoral que determina al ganador, después de haber ganado los 20 votos electorales de Pensilvania, lo que lo colocó por encima de los 270 que necesitaba para asegurar la presidencia.
Más allá de Biden y Trump, si hubo una estrella en las redes sociales ayer sábado fue Harris, quien reaccionó en Twitter diciendo que hay “mucho trabajo por delante” y es hora de empezarlo. “Estas elecciones son mucho más que sobre Joe Biden o sobre mí. Se trata del alma de Estados Unidos y nuestra voluntad de luchar por ello. Tenemos mucho trabajo por delante, empecemos”, señaló. Harris acompañó su mensaje de un vídeo de casi dos minutos en el que se ven a diferentes estadounidenses y que tiene la banda sonora de la canción America The Beautiful de Ray Charles.
Primeras acciones.
El presidente electo formará este próximo lunes un grupo de trabajo contra la pandemia del COVID-19, para empezar a elaborar su estrategia a más de dos meses de tomar el poder. El equipo estará formado por 12 miembros, según informó el medio Axios, y copresidido por tres de ellos.
Uno de ellos será Vivek Murthy, que fue cirujano general de EstadosUnidos entre 2014 y 2017, durante el Gobierno de Barack Obama; y otro, David Aaron Kessler, que fue jefe de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) entre 1990 y 1997, bajo los presidentes George Bush padre y Bill Clinton. La tercera copresidenta del grupo de trabajo será la doctora de la Universidad de Yale Marcella Nunez-Smith.
La formación de un grupo de trabajo antes incluso de que empiece las entrevistas para formar su gabinete, indica la prioridad que Biden le da a la pandemia, que se ha cobrado en Estados Unidos casi 240.000 vidas.
De hecho, Biden y Kamala Harris recibieron esta semana un informe sobre el estado de la pandemia de la mano de los mismos expertos que integrarán el grupo de trabajo, algo que el demócrata destacó en su discurso del viernes.
Los casos de coronavirus en Estados Unidos han explotado en los últimos días hasta el récord registrado este viernes, de 127.021 nuevos contagios en 24 horas.
En total, Estados Unidos suma 9.831.030 casos confirmados de coronavirus y 236.856 fallecidos, más que ningún otro país en el mundo, según el conteo independiente de la Universidad Johns Hopkins.
La gestión de la pandemia ha sido uno de los puntos negros del último año de Trump en la Casa Blanca, ya que ha mezclado negacionismo con desinformación y falta de medidas, lo que provocó la explosión de casos, devastación económica y una guerra política.
Biden ha prometido reorientar el rumbo de Estados Unidos, corregir cuatro años de políticas de Trump, como la salida del Acuerdo de París contra el cambio climático, las críticas a la OTAN o las Naciones Unidas, o los ataques al sistema de salud, a las minorías y a los refugiados o inmigrantes.
La Administración Biden buscará construir puentes que pongan fin a la polarización sin precedentes y que ha llevado a que parte del país vea enemigos entre sus propios vecinos o perciba una realidad, alimentada por Trump y grupos ultraconservadores en las redes sociales, de que el sistema está diseñado para desposeerlos de aquello que hacía a “Estados Unidos grande”.
“Podemos ser oponentes, pero no enemigos”, dijo Biden el viernes desde Wilmington, Delaware.
“El propósito de nuestra política no es una guerra implacable sin fin. El propósito de nuestra política, el trabajo de la nación, no es alentar las llamas del conflicto para resolver los problemas”, avisó.
¿Habrá un cambio de mando pacífico?
Confirmada la victoria de Joe Biden, queda ahora en el aire cómo será la transición a la futura Administración del demócrata que sumirá el 20 de enero. Según el diario The Washington Post, el equipo de Biden lleva meses preparando esa transición, con la ayuda de funcionarios de carrera. Por otra parte, la Casa Blanca ya ha designado al vicejefe de gabinete de Donald Trump, Chris Liddell, para encabezar las gestiones de la transición. La agencia gubernamental encargada de iniciar este proceso es la Administración de Servicios Generales (GSA).
En la página web de la transición de Biden, había un mensaje en inglés y en español que decía: “El pueblo estadounidense ha decidido quién será el próximo presidente de los Estados Unidos. Las crisis a las que se enfrenta el país son graves, desde una pandemia hasta una recesión económica, desde el cambio climático a la injusticia racial, y el equipo de transición se está preparando a toda velocidad para que la Administración Biden-Harris pueda comenzar a trabajar desde el primer día en sus cargos”.
De acuerdo con el Post, responsables del equipo de Biden estaban preparándose ante la posibilidad de que el Gobierno de Trump pueda poner obstáculos.
En un mitin reciente en Ohio, Trump sugirió que podría dificultar el proceso. “Me preguntan ‘si usted pierde, ¿habrá una transición amistosa?’ Bueno, cuando gané ¿me concedieron una transición amistosa?”, indicó Trump.
La Ley de Transición Presidencial, aprobada en 1964, otorga a los funcionarios de carrera un poder significativo sobre el proceso de transferencia de datos y experiencia a los funcionarios entrantes, un acuerdo destinado a limitar la politización.
Pero una batalla legal prolongada de Trump, que desencadenará recuentos de votos en varios estados, podría retrasar muchas actividades relacionadas con la transición, como sucedió en 2000, cuando George W. Bush fue declarado vencedor recién cinco semanas después de las elecciones.
Además, diplomáticos extranjeros y otros observadores se están preparando para posibles cambios políticos por parte del republicano hasta el día de la toma de posesión el 20 de enero, los que irían desde decisiones comerciales hasta retiros de tropas e indultos presidenciales que podrían socavar a la administración entrante.
Tampoco está claro si Trump, quien hasta ahora se ha negado a admitir la derrota, cumplirá con el protocolo histórico y se reunirá personalmente con su sucesor, como lo hizo el presidente Barack Obama con Trump poco después de las elecciones de 2016.