ESTADOS UNIDOS
El próximo presidente de Estados Unidos estuvo más de 30 años en el Senado y ocho como vicepresidente.
Joe Biden será el presidente de Estados Unidos de más edad en asumir. El próximo 20 de noviembre cumplirá 78 años. Reemplazará a Donald Trump, que hasta ahora era el más viejo en entrar a la Casa Blanca.
Vicepresidente durante los dos gobiernos de Barack Obama (2009-2017), Biden llegó por insistencia, después de dos intentos frustrados en 1988 y 2008, unas primarias que ganó por carambola cuando se retiraron la mayoría de sus contrincantes, y unas elecciones contra Trump en plena pandemia.
Durante este último año ha tenido que enfrentar cuestionamientos sobre su edad y salud mental, y es que sus constantes lapsus han sido un arma electoral en su contra en manos de Trump. También porque debido a la pandemia, ha pasado gran parte de la campaña en su residencia de Delaware.
“Soy una máquina de pifias. Pero, por Dios, qué cosa maravillosa comparada con un tipo que no puede decir la verdad”, ironizó a finales del pasado año al compararse con Trump.
Biden ha esgrimido con insistencia sus ocho años al lado de su amigo Obama, así como su dilatada trayectoria en el Senado.
Su carrera política comenzó en el estado de Delaware, donde ha vivido la mayor parte de su vida. Con apenas 29 años desbancó a un senador republicano en las elecciones de 1972. Solo unas semanas después, la esposa y la hija de Biden murieron en un accidente automovilístico. Pensó en renunciar para cuidar a los dos hijos que le quedaban, Beau y Hunter, pero lo convencieron de que siguiera y juró al cargo de senador el 5 de enero de 1973. Desde entonces fue reelegido en el Senado de forma continua hasta 2008.
Biden suele recordar sus orígenes humildes en Scranton, Pensilvania, en pleno corazón del cinturón industrial estadounidense, que ha logrado reconquistar para los demócratas después de que en 2016 Trump ganase en ese estado.
Pese a sus más de tres décadas senador y los ocho años de vicepresidente en su currículo, desde el ala “izquierdista” del Parido Demócrata le dicen que no tiene el carácter como para enfrentarse a poderes como el financiero de Wall Street.
La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una de las estrellas en ascenso del partido, ha reconocido la creciente grieta en el seno de los demócratas al asegurar que “en cualquier otro país sería impensable” que Biden y ella estuvieran “en el mismo partido político”.
En 1987 Biden se lanzó por primera vez a la carrera por la Casa Blanca. Pero debió abandonar la contienda después de hacer una serie de exageraciones sobre su pasado y un escándalo por incluir pasajes plagiados en sus discursos de campaña.
Como presidente del poderoso Comité Judicial del Senado, Biden supervisó el proceso de 1991 para confirmar al juez Clarence Thomas en la Corte Suprema cuando surgieron acusaciones de acoso sexual en contra del magistrado nominado. Biden organizó una audiencia televisada de la acusadora de Thomas, Anita Hill, que se convirtió en un fiasco. Hill, una joven profesora de derecho, fue interrogada con detalles gráficos por un panel de hombres en escenas que sorprendieron a muchos observadores.
Biden luego se disculpó. Tres años después, supervisó la aprobación de la Ley de Violencia contra la Mujer, que describió como el logro legislativo del que está “más orgulloso”.
Como presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Senado en 2002, Biden votó a favor de la guerra en Irak, después de celebrar audiencias de numerosos testigos que sugirieron, erróneamente, que el régimen de Sadam Husein poseía armas de destrucción masivas. Una vez más dijo que su postura fue un error en retrospectiva.
También fue un arquitecto clave de reformas en el sistema judicial penal que generaron muchas críticas. En un momento en que el crimen estaba devastando sectores de la sociedad estadounidense, la legislación bajo la presidencia de Bill Clinton marcó un consenso entre partidos políticos sobre la adopción de un enfoque duro.
Algunos consideran que la “ley penal” de 1994 es responsable de la explosión del número de presos en Estados Unidos, en particular de los negros.
El impacto negativo de esta reforma judicial se debió en parte a que se castigaba severamente a los consumidores de crack, una droga que con más frecuencia se ve en los barrios pobres. “Fue un error”, admitió Biden durante su debate final con Trump.
Pero el ahora presidente electo también tiene logros que mostrar. En medio de la crisis financiera mundial de 2009, Biden aseguró la aprobación en el Congreso de un enorme paquete de estímulo de 800.000 millones de dólares, que Obama le encomendó implementar. El plan fue considerado un éxito ya que la economía de Estados Unidos se recuperó. Es posible que Biden se hubiera postulado a la presidencia en 2016 de no haber sido por la muerte de su hijo mayor Beau por un tumor cerebral.
También ha estado en la vanguardia de su partido en otros temas. En 2012 afirmó que se encontraba “absolutamente cómodo” con el matrimonio homosexual, lo que forzó a Obama a acelerar su apoyo explícito a esas uniones y contribuyó a su legalización final en 2015.
“Seré un aliado de la luz, no de la oscuridad”, dijo en agosto al aceptar la candidatura.
Joseph Robinette Biden Jr nació el 20 de noviembre de 1942 y creció en Scranton, Pensilvania, en una familia de origen irlandés muy católica. Su padre era un vendedor de automóviles. En la década de 1950 perdió su empleo y la familia migró al estado vecino de Delaware cuando Joe tenía 10 años. “Mi padre siempre decía: ‘Campeón, cuando te golpeen, te tienes que poner de pie de inmediato”, contó.
Biden está casado desde hace 43 años con Jill Jacobs (69), que conoció después de la muerte de su primera esposa. Como primera dama, se espera que Jill Biden trabaje en cuestiones de educación y relance “Joining Forces”, un programa para las familias de militares que ella y Michelle Obama comenzaron en 2011.
Joe Biden es ya el presidente electo pero deberá gobernar en uno de los momentos más difíciles, con una crisis política, económica y sanitaria que devasta el país, con el Senado posiblemente en contra bloqueando sus iniciativas y con la Corte Suprema con una histórica mayoría conservadora.