ACERCAMIENTO

El primer encuentro cara a cara desde la elección de Joe Biden con el líder chino, Xi Jinping, será el lunes 14 de noviembre, sin esperanza de resolver sus diferencias de fondo pero que podría servir para bajar la tensión entre ambas potencias.

Biden y Xi se reunirán en Bali, Indonesia, al margen de la cumbre del G20, según informó el jueves la Casa Blanca. El gran ausencia en esta cumbre del G20 será el presidente ruso Vladimir Putin, cada vez más aislado de la comunidad internacional por su invasión a Ucrania.

Hasta ahora Biden y Xi han mantenido cinco reuniones telefónicas o por videoconferencia, pero esta es su primera reunión presencial.

La reunión tiene como fin “gestionar de forma responsable” la rivalidad entre China y Estados Unidos, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en un comunicado.

Washington también espera que los dos rivales sean capaces de “trabajar juntos cuando (sus) intereses se alineen”, como en el combate al cambio climático.

Biden dijo el miércoles que lo que quiere definir con Xi es “el tipo de líneas rojas mutuas que no deben cruzarse”, en temas como el de Taiwán. Biden planteará a Xi las acciones chinas que “perturban la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán”, así como “las preocupaciones de larga data sobre los abusos de los derechos humanos” y las “prácticas económicas perjudiciales” de China.

Biden también quiere hablar sobre Rusia, ya que pretende que China se distancie de Putin, ya que la amenaza de usar armas nucleares en Ucrania está sobre la mesa.

Sin olvidar a Corea del Norte. Estados Unidos desea que China utilice su influencia sobre el dictador norcoreano, Kim Jong-uy para que freno su programa de armas nucleares.

De todos modos, la Casa Blanca no espera obtener resultados “concretos” con esta reunión. El objetivo, dijo un funcionario de la Casa Blanca, es evitar “malentendidos y conceptos erróneos” manteniendo las líneas de comunicación abiertas a todos los niveles.

Otra fuente de fricción es el reciente endurecimiento por parte de Estados Unidos de sus controles de exportación, que supuestamente complicará el desarrollo de semiconductores avanzados por parte de China, una medida muy criticada por Pekín.

Las tensiones entre Estados Unidos y China se han incrementado en los últimos meses a raíz de un viaje que la presidenta de la Cámara de Representantes norteamericana, la demócrata Nancy Pelosi, hizo en agosto a Taiwán, a lo que el Gobierno chino respondió con un aumento de ejercicios militares.

Tras esa visita de Pelosi a Taiwán, China cortó las líneas de comunicación con Estados Unidos y la cooperación en algunas áreas.

El presidente ruso, Vladímir Putin, no asistirá a la cumbre del G20 en la isla de Bali, donde Rusia estará representado por su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.

Moscú ya había informado de la ausencia de Putin durante la cumbre de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que se celebra en Camboya entre el 11 y el 13.

En el caso del G20 (grupo integrado por los países más desarrollados y emergentes) Putin todavía tiene la posibilidad de participar por videoconferencia, tal y como sugieren algunas versiones.

Biden, que tachó a Putin de “criminal de guerra”, aseguró que no tenía intención de reunirse con él en Bali aunque el dirigente ruso acudiera a la cumbre.

Indonesia recibió fuertes presiones de parte de los países occidentales para excluir a Rusia del encuentro como reacción a la guerra de Ucrania, pero el país huésped defendió su neutralidad de cara al evento. El presidente de Indonesia, Joko Widodo, aseguró que Putin sería invitado a la cumbre y en agosto dijo que el dirigente ruso había aceptado la invitación.

Indonesia también invitó a participar virtualmente en la cumbre al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aunque su país no forma parte del G20.