La carta de la madre de Drayke, un niño de 12 años que se suicidó en Estados Unidos

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Drayke Hardman y su madre. Foto: Redes sociales / El Tiempo

CARTA

“Mi lindo hijo estaba luchando en una batalla de la que ni siquiera yo hubiese podido salvarlo", comenzó diciendo Samie Hardman

Un niño de 12 años se suicidó en Estados Unidos. Su hermana fue quien lo encontró y el padre de ambos, Andy Hardman, intentó auxiliarlo mientras lo trasladaban a un centro médico, donde estuvo durante algunas horas en estado crítico hasta que fue declarada su muerte.

Los padres de Drayke, Samie y Andy Hardman, una familia de Utah (Estados Unidos), decidieron compartir la historia de su hijo para concienciar a los adultos sobre la crianza de sus hijos y denunciaron que su pequeño sufría acoso físico y verbal desde varios meses atrás por parte de un compañero de escuela.

“Mi lindo hijo estaba luchando en una batalla de la que ni siquiera yo hubiese podido salvarlo. Es real, es silencioso y no hay absolutamente nada como padre que puedas hacer para quitar este dolor profundo”. Eso escribió hace diez días Samie Hardman, una mujer de Utah en su cuenta de Instagram. La publicación ya no está disponible en dicha red social. El posteo está acompañado por una serie de fotografías donde ella, el padre de Drayke y sus hermanas mayores, acompañan al pequeño de 12 años durante sus últimas horas. El chico se suicidó y, aunque los especialistas subrayan que una problemática tan compleja es siempre multicausal, sus padres contaron que era víctima de bullying y buscaron generar conciencia sobre el acoso en las aulas. Las conmovedoras imágenes no tardaron en dar la vuelta al mundo.

“¿Cómo un niño de 12 años que era amado por todos piensa que la vida es tan difícil que necesita salir de ella?”, se pregunta la madre en otro párrafo de la carta que difundió por redes sociales. La mujer describe a su hijo menor como un chico que tenía “una luz que iluminaba”, “una personalidad ingeniosa” y unos “ojos de color azul bebé que conquistaron al mundo”. Además, le encantaba el basket y siempre le decía a su papá y sus hermanas que iba a ser “la estrella más bajita de la NBA”.

“Ahora serás para siempre el protector de tus hermanas mayores. No estoy segura de cómo navegar esta vida sin vos. Supuestamente, yo iba a pasar el resto de mi vida contigo y, en lugar de eso, sos vos quien ha pasado el resto de la suya conmigo”, agregó Hardman, quien buscó además generar conciencia sobre el impacto del bullying en las chicas y los chicos: “Mi corazón está destrozado, no sé cómo arreglarlo, o si alguna vez lo haré, pero pasaré cada minuto enseñando bondad en memoria de mi amigo favorito”.

Por su parte, Andy Hardman, además de dejar ver su dolor a través del mensaje, culpó al sistema por la tragedia ocurrida y señaló que son muchos los casos de acoso escolar que se registran al interior de las escuelas en Estados Unidos y que deben parar ya.

“Todavía hay personas increíbles en este mundo y hemos sentido mucho ese amor de muchos de ustedes. He querido compartir mis sentimientos, pero me ha costado encontrar las palabras. Ahora es mi momento de ser la voz de mi héroe, mi único hijo que nos fue arrebatado.

Ambas publicaciones acumularon más de 3 millones de interacciones de personas que han expresado un mensaje de condolencia para la familia Hardman y se han unido al llamado para generar conciencia sobre el acoso físico y verbal que sufren los niños en las escuelas. Sin embargo, luego sus padres cambiaron la privacidad de la cuenta. 

Una problemática tabú

María Zysman, psicopedagoga y fundadora de Libres de Bullying considera que la historia de Drayke puso sobre la mesa de la forma más cruda una temática que continúa siendo tabú: el suicidio de niñas y niños. Se trata de una problemática que las y los especialistas en salud mental vienen observando con preocupación desde hace tiempo, y que se agudizó durante la pandemia del covid-19. Las consultas que reciben por casos de depresión o intentos de suicidio en chicas, chicos y adolescentes, son cada vez más frecuentes.

Los profesionales subrayan que el suicidio es una problemática multidimensional en la que intervienen un abanico de factores. En ese sentido, Zysman reflexiona: “Desde mi experiencia, muchas veces se piensa que un suicidio de un niño no puede ser posible, pero están creciendo de forma alarmante. Hay cantidad de causas. El bullying puede ser un precipitador, como otros, para hacer que algo estaba latente”. Y señala: “Hay que tener cuidado cuando se comunican estos casos, pensar también en el impacto en la vida de los compañeritos de estos chicos”.

Para la especialista, es clave que como adultos reflexionemos sobre cómo muchas veces las niñas y los niños puede dar señales de que están sufriendo que pasan desapercibidas. “La pregunta que tenemos que hacernos es qué lugar le damos al sufrimiento de las chicas y los chicos, si lo minimizamos y cómo los ayudamos a tramitar sus situaciones de dolor de forma sostenida, conteniéndolos a lo largo del tiempo”, sostiene Zysman.

Las psicopedagoga considera que el bullying suele minimizarse, con mitos como que “hace fuertes” a los chicos. “Eso no podría estar más lejos de la realidad. Para un niño, estar todo el tiempo conviviendo con un mensaje de que su vida no vale la pena o no tiene sentido, como muchas veces se lo hacen creer, no es fácil, sobre todo en el caso de las personalidades más vulnerables. Esto se profundiza si los adultos no intervienen, no lo escuchan, si se siente solo e incomprendido”, detalla Zysman. Y concluye: “El bullying es siempre una situación traumática y las marcas que va a dejar dependerán en muchos casos de la reacción que los adultos tuvieron frente a eso que estaba pasando”.

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