La dictadura chavista es un "monstruo de cuatro cabezas", dijo asesor de Corina Machado y aclaró quiénes son

Milos Alcalay, exdiplomático de carrera y figura de la opositora venezolana, señala las figuras que rodean a Maduro. También habla del cambio de gobierno en Uruguay el próximo marzo.

Compartir esta noticia
Milos Alcalay
Milos Alcalay
Foto: archivo.

Milos Alcalay es una de las grandes figuras de la política venezolana, diplomático de carrera. Fue embajador en Rusia, Israel y Brasil, vicecanciller, consejero de la misión permanente en la Comunidad Europea y representante ante la ONU, cargo al que renunció en 2004 por estar en contra de las medidas populistas de Hugo Chávez. Es autor de libros sobre derechos humanos, libertad y democracia. Actualmente es asesor del partido Vente Venezuela de la líder de oposición María Corina Machado. Desde Caracas, da la entrevista a El País, en la que habla de lo que puede suceder en su país y de sus expectativas sobre el gobierno de Yamandú Orsi en relación al tema Venezuela.

-¿Está dispuesto a dar esta entrevista?, ¿no siente que arriesga su integridad física al hacerlo, ante tantos arrestos políticos en Venezuela?

-El riesgo de una dictadura siempre existe, por supuesto que ahora estoy hablando con ustedes y a lo mejor mañana mismo me pueda pasar lo que ha pasado con amigos míos. Pero también puedo decir que es imposible meter en la cárcel a millones de venezolanos que opinan. Acá hay una voluntad de imponer miedo para que la gente no hable, sin embargo, manifestaciones como las de los días 9 y 10 de enero, con el llamado de María Corina Machado, muestran que nos resistimos. El día 10 (el régimen) tenía tarimas con colectivos armados, motorizados, agentes de inteligencia provocando, sin embargo, la gente salió a las calles. Si me toca la ruleta, bueno, es un riesgo en el que estamos viviendo día a día, pero hay que seguir y decir lo que está pasando.

-¿Qué están analizando desde la oposición sobre la toma de posesión de Nicolás Maduro a la presidencia de Venezuela del 10 de enero?

-Muchos de nosotros veíamos el 10 de enero no como un punto de llegada, sino como un punto de partida de una nueva fase. Por supuesto, la esperanza de que el 10 de enero fuera una fecha mágica que lograra lo imposible -salir de una dictadura represiva que ha utilizado todos los mecanismos para dominar la situación-, hubiera sido de mucha felicidad, pero en la realidad ésto marcó dos elementos fundamentales: la llamada “revolución bolivariana” tiene un desgaste terrible; desde el auge popular de esperanza con Chávez en 1999 hasta hoy, se ha convertido en desesperación, por el desastre al que ha llevado al país. Y esto ocurre dentro de las mismas filas de quienes votaron por Chávez. Otro elemento que quedó en evidencia el día 10 es que, a pesar de que el régimen invitó a unos dos mil “alegres viajeros” de organizaciones antifascistas, antiimperialistas, antisionistas y anticolonialistas de distintos países, hubo una ausencia total de mandatarios. Antes, en Venezuela, ocurrían reuniones cumbres de jefes de Estado de izquierda, de derecha, de Europa, el rey de España. Esta vez, vinieron solo tres presidentes, que son una especie de “caramelitos envenenados”: el de Cuba, el de Nicaragua y el del Congo. Inclusive, no vinieron mandatarios o exmandatarios dentro de los aliados del chavismo. No vino Luis Arce, ni Evo Morales, ni Alberto Fernández, ni Rafael Correa, ni Xiomara Castro. Yo ahora, he venido hasta el aeropuerto de Maiquetía (Caracas) y pasé por muchísimas calles, y resulta que nunca he visto la ciudad más vacía. No es una ciudad que esté celebrando. Los venezolanos no están con Maduro. Nunca vi el 10 de enero como una fecha mágica, repito, pero sí como la fecha en que se nota con mayor claridad ante el mundo que el régimen ya no tiene respaldo.

-Pero el régimen chavista sigue teniendo el respaldo de Rusia, Irán, China y otros de sus aliados.

-Sí, tiene respaldo de Irán, Rusia y China, pero la caída de Al-Asad en Siria -que tenía más apoyo de Rusia e Irán, porque geopolíticamente están más cercanos que Venezuela-, demuestra que hoy esa realidad es absolutamente lejana a este país, cuando hay una verdadera voluntad de cambio. Y el otro punto, será la presidencia de Donald Trump en EE.UU, a partir del 20 de enero. Hay quienes no les gusta Trump, pero la declaración que dio el viernes de respaldo a Edmundo González, de una manera categórica, hace pensar que es muy difícil que países como Rusia o Irán vengan a desafiar a quien muestra los colmillos con una presencia hemisférica sólida. Porque, además, no es solamente Trump, son también las democracias latinoamericanas, de las más diferentes posiciones ideológicas, las que apoyan los cambios en Venezuela.

- Estados Unidos mostró su apoyo a Edmundo González, pero no planteó ninguna nueva sanción petrolera, ¿lo ve contradictorio?

-El tema de las sanciones es política interna de los países. Son un rechazo al régimen dictatorial y también es verdad que el lobby, el cabildeo petrolero de las transnacionales americanas, no necesariamente está vinculado a una visión ideológica. Las grandes transnacionales no se preocupan si Arabia Saudita es democrática, o si en Nigeria la realidad es pluralista o no. Lo de ellos es el negocio petrolero, y en relación a Venezuela pasa lo mismo. Sin embargo, cada vez es más clara la posición de que hay que defender los principios, y Venezuela está comprometida con tratados contra el narcotráfico, el terrorismo y la corrupción, y tiene que cumplir. Si no, recibirá las sanciones.

-La gran pregunta ahora es si el régimen chavista caerá en algún momento, y cuándo.

-Hay que seguir viendo esta evolución, la caída se va a dar. Por supuesto, es muy difícil hacer una futurología precisa, porque esto no es un problema cronológico, sino una batalla de búsqueda de caminos, no de velocidad, sino de resistencia. Pero este es un régimen que, sin respaldos, está llamado a desaparecer. A menos que, en alguna instancia, acepte dialogar realmente, como ha sucedido en otras formas en el mundo, con el colapso de la Unión Soviética, la caída del Muro de Berlín, o la llegada de Mandela a la presidencia de África del Sur. Fueron hechos que ocurrieron cuando no se esperaban y en Venezuela podría pasar algo parecido, aunque ahora no se vea.

-¿Qué escenarios futuros manejan desde la oposición?

-Yo diría que varias cosas pudieran ocurrir en Venezuela, ante un bagaje popular que representó Chávez a finales del siglo XX que ya no existe y las contradicciones de un Maduro que no tiene una visión clara de hacia dónde ir, salvo mantenerse en el poder. Vemos que hoy, existen cuatro pilares del madurismo, y cada uno está por su lado tratando de ser el sucesor. Me refiero a Padrino López, que se comporta como si fuera el presidente. Me refiero a Delcy Rodríguez, la vicepresidenta, que también habla como si fuera la presidenta, en cadenas de radio y televisión. También -y sobre todo- su hermano Jorge Rodríguez, que desde la Asamblea Nacional da órdenes de detención, como si fuera diputado, cuando eso no le corresponde. Y muy importante, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, que es el vicepresidente del partido de gobierno, que hace y deshace. Entonces, ¿cómo puede sostenerse una dictadura con este monstruo de cuatro cabezas en el que cada uno quiere recibir? Esa es una fractura que se va a evidenciar.

-No obstante, esas figuras se ven unidas, incluso, como usted mismo señala, Delcy y Jorge Rodríguez son hermanos. ¿Esa no es, acaso, parte de la fortaleza del sistema?

-Claro, por ahora hay una solidaridad entre ellos, pero cada uno tiene su propio plan de gobernar, de sustituir a un Maduro debilitado. Y eso se profundizará.

-¿Qué opina de la posición de Uruguay ante el tema venezolano, donde aquí va a haber un cambio de gobierno el próximo marzo?

- Yo quiero agradecer a Uruguay, que ha sido siempre solidario, independientemente de las corrientes políticas. Es un pueblo maravilloso que ha recibido a los venezolanos y que también ha dado muestras de solidaridad valiente. Esa presencia oriental es importante, nos hace sentir estimulados. Sabemos que el Frente Amplio tiene posiciones internas diferentes respecto al tema Venezuela, pero hay que esperar su llegada al poder. Algunas declaraciones de dirigentes del Frente Amplio sostienen que la izquierda en América Latina debe mostrarse a favor de la protección de los derechos humanos, en contra de la dominación y la represión, un poco al estilo de Boric en Chile, que también es un gobernante de izquierda. Uruguay ha demostrado que puede ser de centro, de izquierda, o de derecha, pero los principios fundamentales los ha mantenido. Yo creo que, aún con matiz diferente en su próximo gobierno, los grandes valores se mantendrán en Uruguay, que es un pueblo formado para la democracia.

“Este régimen es como el Big Brother de 1984”, de Orwell

-¿Por qué afirma que el régimen chavista está desgastado, cuando lo que demostró fue lo contrario al asumir Maduro nuevamente el poder?

-Cuando uno ve que las medidas que ellos toman se revierten como un búmeran, no es muestra de fortaleza, sino lo opuesto. Cuando uno escucha los insultos que le dan a la izquierda de Boric, a la de Lula, o a la de Petro, por no ser incondicionales a ellos, es debilidad. Y creo que en Venezuela, a pesar de que este capítulo con Maduro asumiendo nuevamente la presidencia, pareciera que está fortalecido, pero no lo es. Insultan a presidentes de la región y los empresarios, pero después hablan de paz. Es como el “Big Brother” de 1984 [N.del A.: se refiere a la novela de George Orwell sobre una ideología totalitaria que controla la vida de los ciudadanos], con lenguaje de amor, de paz, de democracia, cuando en el fondo lo que hay es dominación. Pero en el siglo XXI no va a haber solidaridad automática de los pueblos con un modelo de violación de derechos humanos, del Estado de Derecho, y de represalia.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

VenezuelaNicolás Maduro

Te puede interesar