AGENCIAS, THE ECONOMIST
Al preguntarle sus captores a Saddam Hussein por qué había invadido Kuwait en 1990, contestó: "Cuando se me mete algo en la cabeza tengo que hacerlo. Así soy yo". Ese impulso fue el principio del fin de un régimen que terminó en el patíbulo.
Ayer, dos semanas que el propio Saddam fuera ahorcado en Bagdad, dos de sus más leales funcionarios corrieron el mismo destino. Irak podrá dar por terminado en esos patíbulos, un capítulo oscuro de su historia, pero todos saben que los malos tiempos aún no cesan.
El medio hermano de Saddam Hussein Barzan Al Tikriti, ex jefe de los servicios de inteligencia iraquíes, y el ex presidente del Tribunal Revolucionario Awad Al Bandar, fueron ahorcados en la mayor discreción ayer en Bagdad, dos semanas después de la ejecuciónde su ex jefe.
Ambos fueron condenados junto al ex dictador a la pena capital por "crímenes contra la humanidad" por su responsabilidad en la masacre de 148 chiitas de la localidad de Dujail, al norte de Bagdad, en represalia a un atentado fallido contra el convoy presidencial en la década de 1980.
La ejecución se llevó a cabo sin ningún tipo de anuncio previo, a las 3.00 locales (las 22.00, de Uruguay), en un lugar que no fue revelado y en presencia de un grupo de testigos rigurosamente seleccionados.
Las imágenes muestran cómo los dos sentenciados, vestidos con un mono naranja de prisionero, se suben a una horca de metal. Ambos tiemblan, mientras sus verdugos les colocan una capucha negra sobre la cabeza antes de pasarles la soga alrededor del cuello.
En ese momento, se abren las trampillas y el video muestra el cuerpo ahorcado de Awad Al Bandar. Barzan al Tikriti es decapitado en el ahorcamiento: su cadáver yace en el suelo y su cabeza se encuentra unos metros más lejos.
"Esto ocurre raramente, pero puede pasar. Es un acto de Dios", explicó un vocero. A pesar de eso "la ejecución se desarrolló con dignidad".
El médico forense egipcio Fakhri Mohamed Saleh dijo a la emisora de televisión árabe Al-Yazira que en las raras ocasiones en que un ahorcamiento deriva en una decapitación, eso se debe a que la soga usada es de mala calidad o que los ejecutores carecen de experiencia.
Un video pirata sobre la ejecución de Saddam, difundido en internet al día siguiente de su muerte y en el que se reveló que varios testigos lo habían insultado en sus últimos momentos de vida, provocó la indignación de la comunidad internacional.
Sus cuerpos fueron transferidos después en un helicóptero del ejército estadounidense a Tikrit, al Norte de Bagdad, e inhumados cerca de la tumba de Saddam, enterrado en su vecino pueblo natal de Awjah.
El anuncio de la muerte de los dos ex responsables del régimen de Saddam no provocó ninguna reacción notoria en Bagdad, mientras se produjeron algunas manifestaciones de alegría en la ciudad santa chiita de Nayaf .
condena. La secretaria estadounidense de Estado, Condoleezza Rice, en Egipto, comunicó la "decepción" de su país ante esta ejecución y señaló que ambos hombres podrían haber sido ahorcados con "más dignidad".
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lamentó la ejecución de los dos colaboradores de Saddam, pese a las peticiones de clemencia hechas al gobierno iraquí.
Barzan Al Tikriti, de 55 años, y Awad Al Bandar, de 60, así como Saddam Hussein, fueron condenados a muerte el 5 de noviembre. Sus recursos de apelación fueron posteriormente rechazados.
Su ahorcamiento, previsto en un primer momento a la vez que el del ex dictador, fue pospuesto en el último momento.
El jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak, el general George Casey, señaló que el nuevo plan de seguridad para Bagdad, que las autoridades iraquíes pondrán en marcha en los próximos días, no presenta "garantías de éxito".
En el terreno de la violencia diaria, 10 personas murieron en Irak, seis de ellas en un atentado en la ciudad norteña de Mosul, mientras que en Bagdad se hallaron los cadáveres de 30 personas asesinadas.
Esa rutina mortal no cesa con el fin de un régimen asesino, cuya salida, agradecida por el mundo entero, no generó la prosperidad que se anunciaba.
Los dos ejecutados
Awad al- Bandar | Presidente del Tribunal Revolucionario Iraquí
Colaborador de Saddam Hussein, Awad al-Bandar nació en 1945 y se graduó como abogado a mediados de la década de 1960. Poco después ocupó distintos cargos judiciales sin relevancia, hasta que fue nombrado presidente de la Corte Revolucionaria iraquí, a partir del fallido atentado a Saddam en 1982. Como tal, Awad al- Bandar juzgó y sentenció a aldeanos chiitas por su supuesta participación en el atentado. Fue uno de esos juicios el que determinó su ejecución en la horca, aunque también fue acusado de sentenciar a muerte a 35 menores de edad que no podían ser ejecutados legalmente. Al- Bandar no volvió a tener otra responsabilidad durante los 20 años siguientes del régimen de Saddam. De hecho, su nombre no figuraba en el juego de barajas con los 55 más buscados que hizo circular EE.UU.
Barzan Al- Tikriti | Jefe de la Policía Secreta Iraquí
Medio hermano de Saddam Hussein, Barzan Al-Tikriti nació en 1951 en la ciudad sunita de Tikrit. A los 17 años participó del golpe militar protagonizado por el partido prohibido Baath, que llegó al poder en julio de 1968. Pero no ocupó cargos importantes hasta que su medio hermano llegó al poder. En los inicios de la era Saddam se convirtió en director de la policía secreta del gobierno del ex líder iraquí, la Mukhabarat. Pero su verdadera función era administrar la extensa red financiera de Saddam en Europa. Como jefe del servicio de inteligencia fue responsable de la tortura y ejecución de cientos de personas. Al- Tikriti era casi tan odiado y temido por sus opositores como Saddam. Desde finales de los años 1980 hasta 1998 se desempeñó como embajador de Irak ante las Naciones Unidas en su sede de Ginebra.