REINO UNIDO

El Partido Conservador británico abrió una frenética campaña para encontrar sucesor a la dimitida primera ministra Liz Truss. Sin siquiera haberse pronunciado, el ex primer ministro Boris Johnson se volvió el centro de la conversación ayer viernes.

No obstante, los diputados “tories” se expresaron, y anoche ya había un candidato confirmado: se trata del exministro de Finanzas Rishi Sunak, quien superó a última hora de ayer viernes el umbral mínimo requerido para poder postularse como candidato a liderar el Partido Conservador, según expresó en Twitter el diputado “tory” Tobias Ellwood.

“Es un honor ser el centésimo diputado conservador que apo- ya a #Ready4Rishi”, escribió Ellwood.

Otros partidarios de Sunak confirmaron que había superado los 100 apoyos necesarios, pese a que el exministro de Economía aún no ha oficializado su participación en la contienda “tory”.

Sunak quedó segundo -por detrás de Truss- en las internas que se celebraron hace un mes y medio para elegir al sucesor de Johnson, por lo que para muchos diputados “tories” es, naturalmente, el político mejor situado.

Además, lo ven capaz de hacer frente a la crisis económica provocada por el alza de los precios energéticos y las turbulencias en los mercados, causadas estas últimas por el controvertido programa económico de Truss, que incluyó duros recortes fiscales que después debió revertir. De hecho, fue él el primero en advertir que los recortes sin financiación y los “cuentos de hadas” de su rival empeorarían la situación de la inflación, que está en su nivel más alto en décadas, y socavarían la confianza de los mercados.

Los hechos le dieron la razón en cuanto se desató la tormenta económica que agitó al país en los últimos días.

Así, su imagen de exbanquero adepto a la ortodoxia fiscal parece una figura tranquilizadora tanto para la opinión pública como para los mercados.

Sunak, aficionado a la saga de Star Wars, diputado desde 2015, fue nombrado como ministro de Finanzas justo antes de la pandemia del covid-19. Su gestión de la crisis, con ayudas masivas a los hogares y las empresas, fue muy elogiada.

No obstante, hay una parte de su partido que no le perdona su dimisión del gobierno a inicios de julio, considerada por muchos una traición que precipitó la caída de Johnson.

Otros 51 diputados respaldaban anoche al ex primer ministro Johnson, que arma su vuelta apenas un mes y medio después de haber abandonado Downing Street acechado por una ola de escándalos y tras ser forzado a dimitir por sus propios compañeros de partido.

Estos seguidores ven en Johnson al único político capaz de remontar la deriva de los conservadores en las encuestas -están ahora 30 puntos por debajo de los laboristas- y ganar las elecciones generales británicas que se celebrarán en dos años.

Es que pese a todo lo que lo llevó a dimitir, Johnson, que le dio al Partido Conservador una mayoría que no se veía desde la época de Thatcher, sigue siendo muy popular en las bases del partido.

En las calles solo se habla de eso. “Bojo: Volveré”, tituló ayer el tabloide The Sun en referencia a un posible regreso del ex primer ministro.

El diario conservador Daily Telegraph definió a Johnson, ayer viernes, como el “salvador” de una debacle electoral. Sin embargo, hoy matizó su apoyo.

Por ahora, el retorno del ex primer ministro no está asegurado y varios parlamentarios conservadores afirmaron que renunciarían si Johnson vuelve.

“Si eres del Partido Conservador, debes confiar en que has tocado fondo y la única dirección desde aquí es hacia arriba”, opinó Tim Bale, politólogo de la Universidad Queen Mary de Londres.

Para Bale, el regreso de Johnson “sería la broma final que el Partido Conservador intentó gastar al país y el país no va a reír”, afirmó el experto a la AFP.

Por su parte, el ministro de empresas, Jacob Rees-Mogg, fue el primer miembro del actual gobierno en apoyarlo. Después lo hizo el secretario de Defensa, Ben Wallace, quien expresó que piensa que Boris Johnson es el hombre indicado.

“Por el momento, me inclinaría hacia Boris Johnson”, afirmó ante la televisión, aunque aclaró que el ex primer ministro todavía tiene “algunas preguntas” por responder sobre su mandato de tres años.

Wallace era una de las opciones para suceder a Truss, pero optó por retirarse de la carrera de las primarias, como también lo hizo el actual ministro de Economía, Jeremy Hunt.

Por ahora, solo la líder conservadora en la Cámara de los Comunes y exministra de Defensa, Penny Mordaunt, confirmó su carrera en las primarias.

Ayer manifestó públicamente su intención de presentarse como candidata de su formación para suceder a Truss como primera ministra. Pero, por ahora, está lejos: según el conteo del Telegraph, tenía solo 22 apoyos hasta ayer.

Mordaunt, de 49 años, declaró que ha tomado la decisión animada por el respaldo de correligionarios conservadores que “desean un nuevo comienzo, un partido unido y un liderazgo que anteponga el interés nacional”.

Si solo un candidato supera el umbral necesario para participar en las primarias, ese aspirante será designado nuevo líder del Partido Conservador el próximo lunes y heredará asimismo la jefatura de Gobierno.

En caso de que haya más de un aspirante, la decisión quedará en manos de los afiliados del partido, que elegirán al líder con una votación a través de internet, cuyo resultado se conocería el próximo viernes (ver nota aparte).

El caos en la interna de los “tories” llega en momentos de una difícil crisis económica en el país. El Reino Unido tiene las peores cifras de inflación del G7, con un alza de los precios de más del 10%, un crecimiento nulo, una crisis energética y un aumento de la precariedad, además del alza de los tipos de interés y una inminente recesión.

El Partido Laborista y otras formaciones de la oposición aseguraron que los conservadores están “menospreciando” al electorado.

El líder laborista, Keir Starmer, pidió unas elecciones generales anticipadas, dos años antes de lo programado, y aseguró que el Reino Unido “no puede tener otro experimento” liderando el Partido Conservador.

“Esto no es solo una telenovela al frente del partido ‘tory’; está haciendo un gran daño a la reputación de nuestro país y a la vida de la población”, expresó Starmer.

Muchos comentaristas auguran que los ganadores de las peleas de los conservadores serán los laboristas, que lideran actualmente los sondeos.

Elección relámpago para un nuevo primer ministro

Los candidatos deben contar con al menos 100 apoyos antes del lunes

El sucesor será designado a más tardar el viernes próximo, un plazo muy corto que impone un proceso acelerado. Al ser mayoritario el partido Conservador en el Cámara de los Comunes, su nuevo líder asume automáticamente la jefatura del gobierno. Para respetar estos plazos, el Partido Conservador fijó un umbral más alto de avales parlamentarios para poderse presentar a la elección: hay que obtener el respaldo de 100 diputados antes del lunes a las 14:00 hora local.

“Un umbral que puede ser alcanzado por cualquier candidato serio” capaz de “ganar”, explicó el jueves Graham Brady, jefe del poderoso Comité 1922 encargado de la organización interna del partido. Dado que hay 357 conservadores en la Cámara de los Comunes, la carrera se limita a un máximo de tres candidatos.

Estos representantes celebrarán dos votaciones: la primera reducirá la elección a dos candidatos -por ahora, Sunak es el único seguro- y la segunda será un “voto indicativo” a los miembros del partido que reflejará la preferencia de los diputados entre los dos finalistas.

Esta etapa está prevista el lunes en dos oportunidades, y el resultado será anunciado al caer la tarde; de esa forma, deja un margen a quien obtuviera menor apoyo para a renunciar a su candidatura si así lo desea.

De lo contrario, salvo que los parlamentarios se alineen con un solo candidato, serán los afiliados del Partido Conservador los que zanjen la cuestión en una votación vía internet la próxima semana. (AFP)