La peligrosa etapa en la que podría ingresar la guerra entre Rusia y Ucrania y los paralelismos con otro conflicto

Expertos militares temen que los contendientes recurran a bombardeos con drones y misiles a gran escala de zonas urbanas, como Moscú o Kiev, para doblegar al enemigo, mientras el conflicto luce estancado.

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Una mujer usa su teléfono en un parque de Kiev mientras se levanta una columna de humo de un incendio forestal en la región.
Una mujer usa su teléfono en un parque de Kiev mientras se levanta una columna de humo de un incendio forestal en la región.
Foto: AFP

Javier G. Cuesta / El País de Madrid
Dos años y medio de bombardeos rusos por toda Ucrania han causado miles de víctimas, desde Kiev hasta Járkov, pasando por Odesa, Lviv y otras ciudades. Sin embargo, en estos 936 días de guerra nunca hasta el pasado martes un civil ruso había muerto por un ataque ucranio lejos de la frontera entre ambos países. Kiev ha disparado en las últimas semanas sucesivas oleadas de drones contra territorio ruso, pero solo en la andanada del 10 de septiembre causó una víctima mortal en Moscú. La mujer no murió en la ciudad fronteriza rusa de Bélgorod, castigada regularmente por los drones y cohetes ucranios, sino en Rámenskoye, cerca de la capital, en el corazón de Rusia. Esa muerte ha recordado el temor, expresado por algunos expertos militares, de que los contendientes recurran a bombardeos con drones y misiles a gran escala de zonas urbanas, como Moscú o Kiev, para doblegar al enemigo en un momento de estancamiento de la contienda. Una estrategia cuya plasmación en otro conflicto, el que enfrentó a Irán e Irak en los años ochenta, se denominó Guerra de las ciudades.

Las autoridades rusas parecen ser conscientes de esa posibilidad. “Alrededor de Moscú está desplegado uno de los sistemas de defensa aérea más potentes del mundo, que hasta ahora ha parado, en general, los ataques”, precisa a El País el analista militar ruso Yuri Lyamin. A pesar de ello, en la capital rusa se han instalado torretas de defensa antiaérea Pantsir sobre algunos edificios, mientras los inhibidores de drones dificultan la vida y el trabajo, especialmente de los taxistas, pero también de los conductores corrientes, al interferir la señal de los navegadores GPS.

Varias ciudades rusas anunciaron a su vez la pasada semana la construcción de búnkeres de hormigón en sus calles para protegerse contra los drones, cuya carga explosiva es pequeña, si bien estos refugios en ningún caso protegen del impacto de un misil. Algunas de esas localidades, como Tomsk y Krasnoyarsk, están a unos 3.000 kilómetros de distancia de Ucrania.

Uno de los peores intercambios en cuanto a número de bajas civiles entre ambos bandos de la guerra tuvo lugar a finales de 2023. Rusia mató al menos a 58 ucranios en un bombardeo masivo el 29 de diciembre con misiles hipersónicos Kinzhal. Ucrania atacó Bélgorod el día siguiente con drones y cohetes Vampire acabando con la vida de al menos 24 personas. Rusia lanzó otra oleada de 90 drones en las primeras horas de año nuevo que hirieron a decenas de civiles más.

Ahora, Kiev ha solicitado permiso a EE.UU. y el Reino Unido para emplear sus misiles de largo alcance contra una lista de objetivos rusos exclusivamente militares, como centros de mando y bases aéreas.

Londres y Washington han rechazado de momento la petición, a la que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha respondido amenazando con una escalada.

Los ataques a ciudades se usaron para sacar del estancamiento a la contienda.
Los ataques a ciudades se usaron para sacar del estancamiento a la contienda.
Foto: AFP

“Si observamos las guerras desde la aparición de la aviación y de los cohetes capaces de atacar en profundidad, este tipo de ofensivas (contra ciudades) se han vuelto casi inevitables a largo plazo en cualquier conflicto importante”, puntualiza el analista Lyamin.

En la “práctica”, señala, “la lógica de la guerra suele dictar que acaba siendo necesario aumentar la escala de los ataques y ampliar la lista de objetivos”. La llamada guerra de las ciudades del conflicto que enfrentó a Irán y a Irak entre 1980 y 1988 “es sin duda un ejemplo muy bueno de este fenómeno”.

Las grandes ciudades “suelen ser los centros industriales y de transporte más importantes, así como las sedes de los principales organismos gubernamentales”, destaca Lyamin.

“Incluso si estos ataques no causan un daño militar o económico radical, obligan a desviar relevantes recursos para fortalecer la defensa aérea”, añade.

Otros expertos militares, occidentales y rusos, también han establecido semejanzas entre ambos conflictos. “Esta guerra se parece mucho más a la de Irán e Irak que a otras”, señalaba Ruslán Pujov, director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías (CAST).

Mientras, el instituto de análisis independiente Re:Russia advierte: “(El entonces líder iraquí) Sadam Husein sumió al país en un conflicto tras una década de prosperidad impulsada por el petróleo, que reforzó su dictadura personalista. Pero ni siquiera el enorme coste humano y económico, ni la falta de resultados tangibles de la guerra, pudieron socavar el régimen y lo consolidaron aún más”.

La amenaza de posibles ataques masivos en ciudades convive además con la reiterada y apenas velada amenaza de Rusia de utilizar sus armas nucleares.

Este sábado, el subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, advirtió de que la paciencia de su país tiene un límite en lo que respecta al empleo de ese armamento.

Medvédev aludía a esa posibilidad de que Occidente autorice a Ucrania el uso de misiles de largo alcance contra objetivos en territorio ruso.

Estados Unidos y Ucrania acusan, por su parte, a Rusia de usar cloropicrina, un arma química ―como todas, prohibida por las leyes internacionales― en la línea del frente, pero no hay constancia hasta ahora de ningún ataque químico contra ciudades.

Rusia ordena la evacuación de pueblos en la frontera

Rusia ordenó ayer lunes la evacuación, por motivos de “seguridad”, de los pueblos ubicados a menos de 15 kilómetros de la frontera con Ucrania en la región rusa de Kursk, donde el ejército ucraniano lleva a cabo una ofensiva desde principios de agosto. Estas zonas habían quedado exentas de los combates hasta ahora. Existen decenas de pueblos y ciudades en el radio de 15 kilómetros.

Ucrania lanzó el 6 de agosto un ataque en la región de Kursk, avanzando varios cientos de kilómetros cuadrados y tomando decenas de localidades. La operación, lanzada más de dos años después del inicio de la invasión rusa a Ucrania, es la mayor incursión de un ejército extranjero en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial.

Más de 150.000 personas fueron evacuadas desde el inicio de la operación, según Rusia. El anuncio de ayer se produce en un momento en el que Rusia lanzó una contraofensiva en la región, donde ya recuperó el control de al menos doce pueblos. (AFP)

Reunión de Volodymyr Zelensky y Joe Biden
Joe Biden y Volodimir Zelenski.
Foto: AFP
reunión con Biden

Zelenski prepara viaje a EE.UU.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, prepara un viaje inminente a EE.UU. cuya fecha aún se desconoce, en el que se reunirá con Joe Biden para presentarle su llamado Plan de la Victoria y volver a pedirle que le permita utilizar contra territorio ruso los misiles de largo alcance estadounidenses. Fundamentado en gran medida en los resultados conseguidos en la región rusa de Kursk, donde mantienen bajo su control decenas de localidades, el plan consta también de una parte económica e incluye propuestas sobre el papel que ha de tener Ucrania en la arquitectura de seguridad de posguerra y sobre las medidas a tomar para presionar a Rusia a poner fin a la guerra, según ha adelantado el propio Zelenski.

La falta de más detalles sobre su contenido ha propiciado numerosas especulaciones. En una información publicada este fin de semana, el diario alemán Bild aseguraba que el plan incluía la petición ucraniana de usar misiles occidentales contra territorio ruso y planteaba la posibilidad de congelar el conflicto, y parar por tanto las hostilidades, en ciertas zonas del frente.

El portavoz del Ministerio de Exteriores ucraniano, Gueorguí Tiji, negó en un mensaje en sus redes sociales que Ucrania esté planteándose congelar la guerra, y afirmó que las propuestas de Zelenski “indudablemente reforzarán, y no debilitarán, a Ucrania y a sus combatientes”.

Zelenski también entregará su plan Kamala Harris y a Donald Trump.

Además de reunirse con el presidente y los dos candidatos, participará en la asamblea general de Naciones Unidas en Nueva York.

Allí Zelenski buscará confirmar la participación al más alto nivel del mayor número posible de países a la segunda cumbre de paz impulsada por Kiev para forzar a Rusia a poner fin a su agresión militar en Ucrania.

Zelenski ha adelantado que espera que esta segunda cumbre -que a diferencia de la primera, que se celebró en junio de este año en Suiza- tenga a Rusia entre los invitados. [EFE]

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