La primera Miss Universo de Nicaragua reaviva el conflicto político con el régimen de Daniel Ortega

El triunfo de Sheynnis Palacios sacó a los nicaragüenses a las calles de la capital y de otras localidades, algo que no se veía desde que quedaron prohibidas las manifestaciones en 2018.

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Nicaragua es coronada Miss Universo 2023, la primera centroamericana en ganar el certamen
Sheynnis participó en las protestas contra Ortega en 2018.
Foto: EFE

Redacción El País
La nicaragüense Sheynnis Palacios, coronada Miss Universo 2023, es por estas horas el centro de una pulseada entre el régimen de Daniel Ortega y la oposición.

Desde que se convirtió el sábado en San Salvador en la primera centroamericana en ganar el concurso de Miss Universo, la joven de 23 años se viralizó en las redes sociales de exiliados y fue portada en la prensa nicaragüense crítica de Ortega, destacando, además de su belleza, su lado político.

En las redes sociales circulan fotos en las que se ve a Palacios levantando, en 2018, una bandera de Nicaragua en las marchas contra el régimen de Ortega que dejaron más de 300 muertos.

El triunfo de Palacios sacó a los nicaragüenses a las calles en Managua y otras ciudades del país, lo que no se veía desde que quedaron prohibidas las manifestaciones en 2018. “Me alegra tanto ver la alegría de los nicaragüenses y verlos sacar el azul y blanco clandestino a las calles. Gracias a Sheynnis...”, dijo en la red social X la escritora Gioconda Belli, exiliada en España.

A la modesta casa de la joven en un barrio de Managua, donde decenas celebraron en la madrugada del domingo, llegaron jerarcas de la Alcaldía a visitar a la familia. Más tarde, el gobierno dijo en un comunicado unirse al “justo regocijo” por el triunfo de “nuestra Miss Universo”.

Los medios opositores, que trabajan principalmente desde la vecina Costa Rica calificaron esas acciones de “oportunismo”. El martes, denunciaron que el régimen prohibió a los artistas Vink Art y Torch Místico seguir pintando un mural con el rostro de la Miss, en una calle de la norteña ciudad de Estelí. Una foto de la obra inconclusa circula en redes sociales.

“Es imposible abstraer de la realidad política y social este certamen inocuo. Ella se convirtió en símbolo nacional, emocional, que revivió las esperanzas. Y el gobierno tomó nota de eso”, dijo a la AFP el periodista nicaragüense Wilfredo Miranda, Premio Ortega y Gasset, exiliado en Costa Rica.

Muchos en el exilio vieron incluso en el traje con el que se coronó, blanco con una capa azul, el simbolismo de la protesta y la defensa de una Iglesia católica “perseguida”, al asemejarse al vestido de la Virgen de la Inmaculada Concepción, patrona de Nicaragua.

“¡Gracias por llevar alegría a nuestro sufrido pueblo! ¡Gracias por hacernos tener esperanza!...”, escribió en X monseñor Silvio Báez, exiliado en Estados Unidos.

Nacida en el seno de una familia humilde de Diriamba, en Carazo, Sheynnis Palacios montó con su madre y abuela un negocio de venta de buñuelos. De allí que, antes de su triunfo, una presentadora de un canal de televisión oficialista la llamara “Miss buñuelos”. La joven estudió Comunicación Social en la jesuita Universidad Centroamericana (UCA), confiscada en agosto pasado por el régimen, al calificarla como “centro de terrorismo”. (AFP)

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