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La Puerta del Infierno, que arde desde hace cincuenta años en Turkmenistán por culpa de un error humano, parecería estar cerrándose. Durante la década de 1970, un grupo de obreros pertenecientes a la entonces Unión Soviética incursionó en un campo de la provincia de Dsoguz con el fin de hallar debajo del suelo gas y petróleo.
Luego de una serie de perforaciones, un sector del perímetro comenzó a agrietarse y se creó un cráter —conocido como Darvaza— de 70 metros de ancho y 20 metros de profundidad.
Desde los orificios interiores comenzó a despedirse gas metano, por lo que los obreros incendiaron el lugar con la ilusión de que se agotaría prontamente. Lo cierto es que esto no sucedió y en la actualidad aún permanece con llamaradas que generan la impresión de estar en la entrada al infierno como lo concibe el cristianismo.
Sin embargo este impresionante agujero de fuego parecería estar cerrándose. "Yo diría que sólo está ardiendo al 40% del nivel que vi en 2009. Anteriormente, un área mucho mayor del cráter estaba en llamas. Ahora hay menos y no son tan altas como antes", explicó Dylan Lupin, de una empresa pionera en llevar turistas al país.
Un guía turístico, que prefirió permanecer en el anonimato, dijo a la prensa internacional que en los últimos siete años las llamas se han ido haciendo cada vez más pequeñas.
El gobierno cerró el ingreso a los turistas en 2022
Si bien el espacio desértico funcionó como un atractivo turístico que congregó a miles de curiosos de todas partes del mundo, el gobierno turcomano tomó la decisión de cerrar el ingreso al lugar por dos causas que lo preocupan de cerca.
El escape de gas hacia la atmósfera puede tornarse contaminante, por lo que el Poder Ejecutivo consideró proteger la salud de los habitantes que residen en los pueblos aledaños. En segundo lugar, Turkmenistán es un país que depende de la explotación de combustibles fósiles, por lo que dicha fuga podría generar una pérdida enorme de metano que queda suspendido simplemente en la atmósfera. Incluso, amenazaría el vaciamiento de sus propias reservas.