La revuelta de Yevgueni Prigozhin, el “chef de Putin” y jefe del Grupo Wagner

Yevgueni Prigozhin, jefe mercenario del grupo Wagner y hasta ahora aliado al Kremlin es empresario, exconvicto y fundador de una fábrica de trolls.

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Agencias AFP y EFE
El Grupo Wagner es una compañía de seguridad militar privada rusa, compuesta por mercenarios, propiedad de Yevgueni Prigozhin, un oligarca conocido como el “chef” de Vladimir Putin, y que ha extendido sus tentáculos por África y Ucrania.

Fue creada durante la guerra que llevó a la anexión por parte rusa de la península ucraniana de Crimea en 2014. Ha combatido en la guerra civil en Siria al lado de las tropas del régimen de Bachar el Asad, apoyado por Rusia.

Las primeras sanciones le llegaron a Wagner en diciembre de 2021 por parte de la Unión Europea (UE) por violaciones a los derechos humanos en varios países africanos, entre ellos Mali, la República Centroafricana o Libia.

Cuatro días después de la invasión rusa de Ucrania, el 28 de febrero de 2022, The Times desveló que unos 400 miembros de Wagner habían llevado a Kiev a varios miles de mercenarios procedentes de África, en una misión para decapitar al Gobierno de Volodímir Zelenski y a otros políticos a cambio de una gran paga.

En noviembre de 2022, el propietario del grupo inauguró en San Petersburgo su primera sede en un edificio de cristal, coincidiendo con sus afirmaciones sobre que había interferido en procesos electorales en otros países, sobre todo en Estados Unidos.

De hecho, EEUU sancionó a Prigozhin por su papel en la campaña de interferencias y desinformación, especialmente contra la demócrata Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de 2016, de las que salió vencedor el republicano Donald Trump.

El 2 de diciembre de 2022, una investigación periodística realizada por el consorcio Colaboraciones Europeas de Investigación (EIC) desveló que el ejército Wagner comercializa “diamantes de sangre” en todo el mundo a través de una empresa en la República Centroafricana.

EE.UU. estima que más de 30.000 mercenarios del grupo Wagner murieron desde el inicio de la guerra en Ucrania. Prigozhin ha admitido hasta ahora 20.000 mercenarios caídos solamente en la localidad de Bajmut.

El chef de Putin. Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo Wagner, tiene tantas facetas como negocios que le dieron el apodo de “chef de Putin”. Es empresario, exconvicto, fundador de una fábrica de trolls, mercenario y ahora el rebelde que desafía a Putin.

Nacido hace 62 años en San Petersburgo, Prigozhin fue antes que empresario delincuente, pues pasó 10 años en prisión en la década de 1990, aunque nunca reveló la razón.

Al salir de la cárcel vendió frankfurters mezclando la mostaza con cocina y ganando 1.000 dólares al mes, según dijo en 2011 a un portal de su ciudad natal en una de las raras entrevistas que dio entonces.

Pero aspiraba a más, a mucho más y sabía cómo hacer buenos contactos entre la comunidad empresarial y más tarde entre la élite política rusa.

El ultranacionalista consiguió pronto abrir su primer restaurante y a entrar en el mundo del cáterin para cenas de gala o de ilustres invitados de Rusia.

Para entonces Putin ya era presidente y éste a veces llevaba a sus invitados, mandatarios extranjeros incluidos como George Bush, a restaurantes de Prigozhin en San Petersburgo. Pronto se adjudicó a través de su empresa Concord contratos gubernamentales de cáterin y para escuelas en Moscú. Ya se había ganado el apodo de “chef de Putin”.

Según una investigación en 2017 del ahora encarcelado líder opositor ruso, Alexéi Navalni, Prigozhin habría logrado contratos estatales por valor de al menos 2.500 millones de euros, entre ellos, uno para distribuir comida al Ejército ruso.

Sus aspiraciones no paraban ahí. Aunque nunca implicó en público a Putin en sus iniciativas ilegales, decidió servir al Estado ruso en otra faceta cuando creó la famosa fábrica de trolls de San Petersburgo que EE.UU. acusó de haber interferido en las elecciones presidenciales de 2016.

En noviembre de 2022 respondió por primera vez a las acusaciones de injerencia en las elecciones de Estados Unidos diciendo que Rusia “lo ha hecho y lo hará”.

“Señores, lo hemos hecho, lo seguimos haciendo y lo haremos en el futuro”, dijo Prigozhin a una pregunta sobre la interferencia en los comicios legislativos del año pasado en EEUU.

En febrero de 2022 decidió volver a centrarse en su compañía de mercenarios y enviar a sus combatientes a Ucrania, donde empezaron los problemas con el mando militar de Rusia, que inicialmente no dio el crédito a los wagneritas cuando habían tomado alguna localidad, lo que ya enfureció a Prigozhin.

El jefe mercenario ha criticado duramente al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Guerásimov, a los que ha desafiado constantemente con audios y vídeos plagados de insultos, gritos y acusaciones de incompetencia y desorganización en la estrategia bélica en Ucrania.

El quiebre se produjo en torno a la lucha por Bajmut, finalmente tomada por los mercenarios en mayo de este año en lo que ha sido la batalla más larga hasta el momento en Ucrania, cuando acusó a Shoigú y Guerásimov de dejar morir sin suficiente munición a sus hombres.

Desde entonces solo han aumentado las arremetidas del mercenario contra los generales rusos, incluso por los ataques con drones supuestamente ucranianos contra el Kremlin y el sur de Moscú o la incapacidad de Rusia de defender las regiones fronterizas con Ucrania como Bélgorod de incursiones enemigas y bombardeos.

Acusa al mando militar de mentir y engañar a los rusos y a Putin sobre la situación real en el frente. Para algunos rusos y bloqueros militares es el único que dice la verdad, para otros es un peligroso e impertinente que ahora incluso se atreve a protagonizar otra faceta: la de rebelde que se subleva contra el Kremlin.

El mayor desafío a Putin en 23 años

La rebelión armada encabezada por el líder de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, supone el mayor desafío contra el presidente ruso, Vladímir Putin, en los más de 23 años que lleva en el poder.

El alzamiento -de hecho, una guerra dentro de otra guerra- se produce en el peor momento para las Fuerzas Armadas rusas, que afrontan en Ucrania una contraofensiva.

El jefe de los mercenarios quemó todos los puentes con el Kremlin al rechazar las exigencias de rendición formuladas por Putin, y anunció una “marcha pacífica” hacia Moscú. Aunque se desconoce el número exacto de mercenarios que forman partes de Wagner, su efectivos de cifran en más de 25.000.

Si bien Putin afrontó diversos ataques terroristas, incluidos en Moscú, durante la segunda guerra de Chechenia (1999-2009), nunca antes se había visto ante una insurrección de sus propias fuerzas.

En opinión de la inteligencia militar británica, Rusia afronta el “desafío más significativo” en los últimos tiempos y la “lealtad” de sus fuerzas de seguridad será “clave” para el desenlace de la crisis. “Durante las próximas horas, la lealtad de las fuerzas de seguridad de Rusia, y especialmente las de la Guardia Nacional Rusa, serán clave para ver cómo se va a desarrollar la crisis”, tuiteó el Ministerio de Defensa británico.

En una confirmación de la gravedad de la situación, Putin no dudó en comparar la rebelión de los Wagner con las deserciones masivas de los soldados rusos en la Primera Guerra Mundial que llevaron a la revolución bolchevique de 1917 y a la descomposición de Rusia.

En la práctica, el líder de los Wagner ha hecho suya parte de la retórica de los agitadores bolcheviques en el Ejército ruso durante la Primera Guerra Mundial al afirmar que él y sus hombres no quieren que “el país siga viviendo sumido en la corrupción, la mentira y la burocracia”.

El nombre “Wagner”, referencia a Adolf Hitler

Yevgueni Prigozhin es la cara visible del grupo de mercenarios Wagner y sin duda financia sus operaciones. Pero hay información de otro líder de esta organización, un exmilitar de las fuerzas especiales rusas llamado Dmitry Utkin. Es más, hay versiones que indican que Utkin eligió llamar al grupo “Wagner” como homenaje al compositor alemán Richard Wagner, que era el favorito de Adolf Hitler. A pesar de que el Kremlin niega cualquier vínculo con el Grupo Wagner, Utkin ha sido fotografiado con Putin. Utkin tiene afición por el Tercer Reich, según el diario letón Meduza y se cree que es un neonazi, de acuerdo al diario británico NationalWorld.

Un largo historial de atrocidades en África

El grupo Wagner tiene un largo historial de atrocidades en zonas de guerras. La Unión Europea (UE) fue la primera en aplicarle sanciones por violaciones graves de los derechos humanos en varios países africanos, entre ellos Mali, la República Centroafricana o Libia, donde dejó un baño de sangre. La Fiscalía General Militar de Libia les relacionó con el asesinato de 26 estudiantes en el Colegio Militar de Trípoli, el bombardeo de la sede de inmigración ilegal en Tajoura, que causó la muerte de 63 emigrantes, y el bombardeo de la ciudad de Al Zawiya cometido durante la guerra en este país entre 2019 y 2020.

La UE basó sus sanciones en que el grupo había reclutado, capacitado y enviado operativos militares privados a zonas de conflicto en todo el mundo para alimentar la violencia, saquear recursos naturales e intimidar a civiles”.

Principales cruces del jefe de los Wagner con los mandos militares rusos

Los roces entre el grupo Wagner y el Ministerio de Defensa de Rusia se remontan a la guerra en Siria, durante la cual los mercenarios acusaron a los generales rusos de utilizar “métodos arcaicos”. Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso respondía con críticas por la mala calidad de la comida suministrada al Ejército ruso en Siria por la empresa de catering del jefe mercenario.

Aunque las fuerzas de Wagner, compuestas en gran medida por expresos, se sumaron a la campaña ucraniana prácticamente desde su inicio, comenzaron a ganar protagonismo durante la toma de la ciudad de Soledar, en la región ucraniana de Donetsk, anexionada por Rusia en septiembre de 2022. El jefe del grupo paramilitar se quejó por que no les dieron el crédito.

Las tensiones aumentaron durante la batalla por la ciudad de Bajmut, también en Donetsk, la más sangrienta y larga de la guerra en Ucrania. El jefe del grupo Wagner echó en cara al mando militar ruso los constantes fallos en el suministro de municiones y acusó directamente al ministro de Defensa Serguéi Shoigú y al jefe del Estado Mayor Valeri Guerásimov de “traición”.

Otro de los desencuentros se debió a la negativa del jefe de Wagner a que los mercenarios firmaran un contrato para subordinarse al Ministerio de Defensa ruso. El jefe del grupo paramilitar señaló que sus efectivos “no recorrerían el camino de la vergüenza”. Y acusó al Ministerio de Defensa y al Estado Mayor de haber retrocedido en las regiones ucranianas de Jersón y Zaporiyia.

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