Redacción El País
El papa Francisco, hospitalizado desde el 14 de febrero por problemas respiratorios, puede pasar “breves momentos” sin suministro de oxígeno adicional, indicó la oficina de prensa del Vaticano, precisando que su estado de salud se mantuvo ayer lunes sin cambios. “El algunos momentos, probablemente breves, el papa puede prescindir de la ayuda del oxígeno, como cuando se desplaza”, indicó el Vaticano, una día después de la difusión de la primera imagen del jesuita argentino de 88 años desde su hospitalización.
La foto lo muestra sentado en una silla de ruedas y un poco cabizbajo ante el altar de su capilla privada en el hospital Gemelli de Roma. El pontífice aparece sólo y sin portar la cánula nasal de alto flujo, que suele utilizar durante el día para ayudarle a respirar.
El papa fue ingresado hace 33 días por una bronquitis, que derivó en una neumonía bilateral. Desde entonces, no ha hecho ninguna aparición pública. El último parte médico, difundido el sábado por la noche por la Santa Sede, indicó que su estado de salud se mantenía “estable”, pero que necesitaba aún continuar con su tratamiento en el hospital pese a su “mejora gradual”.
Ayer lunes, el papa continuó con la fisioterapia respiratoria y motora, que combinó con momentos de reposo, oración y trabajo, según la oficina de prensa. “La situación se mantiene estacionaria”, agregó.

Tras su última crisis respiratoria, el 3 de marzo, los médicos le administran oxígeno con una mascarilla de oxígeno durante la noche, cuyo uso empezaron a reducir “progresivamente” a fines de la semana pasada para que sus pulmones estuvieran más activos.
El Vaticano explicó ayer que también empezaron a reducir la intensidad del flujo de oxígeno administrado durante el día con una cánula nasal, señal de que el pontífice recupera gradualmente su capacidad pulmonar.
En la foto divulgada el fin de semana, Francisco no contaba con las cánulas nasales con las que recibe oxígeno a altos flujos durante el día (por la noche recurre a la ventilación mecánica no invasiva, a una máscara). Para acudir a la capilla, por ejemplo, puede quitárselas para retomar la oxigenación mientras preside la misa. “Los altos flujos de oxígeno continúan pero ahora hay una alternancia con niveles inferiores. Es la primera vez que no usa todo el tiempo altos flujos con cánulas”, aseveraron.
El 10 de marzo su pronóstico dejó de ser reservado. Sin embargo, los médicos todavía no se pronunciaron sobre una fecha de alta y la Santa Sede apunta a una recuperación lenta. Esta hospitalización es la más larga en sus 12 años de pontificado y genera preocupación sobre la continuidad del “Santo Padre”, que en los últimos tiempos rechazó renunciar como su predecesor Benedicto XVI en 2013. AFP, EFE