AFP, EFE
En Vilna, la capital de Lituania, terminó ayer la cumbre de la OTAN, que renovó su apoyo a Ucrania para vencer la invasión rusa. En Moscú, a unos 800 km de donde se reunieron los aliados occidentales, Rusia reaccionó con una amenaza. Lo hizo a través del vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, que en su canal de Telegram, al comentar el incremento de la ayuda militar de la OTAN a Ucrania, escribió: “El Occidente delirante no podía inventar otra cosa. Predictibilidad al máximo nivel, hasta la idiotez. De hecho, es un callejón sin salida. La Tercera Guerra Mundial está cada vez más cerca”.
Medvédev no es una voz cualquiera. Además de su cargo actual en el Consejo de Seguridad ruso, fue presidente de Rusia entre 2008 y 2012, y primer ministro de Vladimir Putin hasta 2020.
En su opinión, en la cumbre de la OTAN de Vilna se acordó aumentar la ayuda militar a Ucrania “con todo lo posible: misiles, bombas de racimo y aviones”. “¿Qué significa esto para nosotros? Es evidente: la operación militar especial (en Ucrania) continuará con los mismos objetivos”, añadió, y precisó que uno de ellos es que la “agrupación nazi de Kiev renuncie a convertirse en miembro de la OTAN”.
Según Medvévev, para ello “habrá que liquidar esa agrupación, algo posible y necesario”.
El régimen ruso se refiere al gobierno ucraniano como “nazi”, aunque está lejos de ser así.
Punto de inflexión
De parte de los aliados occidentales no hubo una reacción inmediata a la amenaza de Medvédev, salvo las palabras del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en el último día de la cumbre de la OTAN: la Alianza Atlántica, dijo Biden, es “más fuerte, tiene más energía y está más unida que nunca”.
Biden enmarcó la guerra en Ucrania en una lucha a nivel global entre las democracias y las autocracias del mundo.
“Nuestro compromiso con Ucrania no se debilitará. ¡Defenderemos la libertad hoy, mañana y el tiempo que sea necesario!”, sostuvo casi a gritos en un emotivo discurso en la Universidad de Vilna, decorada con banderas lituanas y estadounidenses que colgaban de la fachada.
“Putin se equivoca. (...) No puede entender que Ucrania es la tierra de los ucranianos, es su país y su futuro. Putin no puede entenderlo después de todo este tiempo y ¡está haciendo una mala apuesta!”, recalcó más adelante Biden con cierta rabia.
“Señoras y señores, -dijo haciendo una pausa para otorgar solemnidad a sus palabras-. Estamos en un punto de inflexión, un punto de inflexión en la historia, en el que las decisiones que tomemos delimitarán la dirección de nuestro mundo en las próximas décadas”.
OTAN y G7
Además del apoyo de la OTAN, Ucrania también vio renovado el respaldo de los países del G7, las economías democráticas más grandes del mundo, que aprovecharon la reunión en Vilna para hacer su propia cumbre.
Los países del G7 se comprometieron ayer miércoles a brindar apoyo militar de largo plazo a Ucrania para derrotar a Rusia, gesto que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski saludó como una victoria en su camino hasta sumarse a la OTAN.
Las siete economías más avanzadas anunciaron que trabajarán con Ucrania “en acuerdos y compromisos de seguridad específicos, bilaterales y de largo plazo para (...) asegurar una fuerza sostenible capaz de defender a Ucrania ahora y disuadir la agresión rusa en el futuro”.
Esto incluye “asistencia de seguridad y equipo militar moderno, en dominio terrestre, aéreo y marítimo, priorizando la defensa aérea, la artillería y dispositivos de largo alcance, vehículos blindados y otras capacidades clave”, indicaron los miembros del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá).
El G7 también expresó su firme compromiso de responsabilizar penalmente a Rusia por atrocidades cometidas desde el inicio de la invasión de Ucrania, en febrero de 2022.
Otros ocho países de la OTAN (España, Países Bajos, Portugal, Islandia, Noruega, Dinamarca, Polonia y la República Checa) también suscribieron la declaración de acción del G7 e indicaron que buscarán acuerdos bilaterales específicos para auxiliar a Ucrania.
Zelenski dijo que el anuncio del G7 era una “gran victoria en materia de seguridad” para su país, aunque dejó claro que “la mejor garantía para Ucrania es ser parte de la OTAN”.
“Tengo confianza en que después de la guerra (contra Rusia) Ucrania estará en la OTAN. Haremos todo lo posible para que eso ocurra”, agregó.
El martes, en la primera jornada de su cumbre en Vilna, la OTAN prometió que invitará a Ucrania a sumarse a la alianza atlántica únicamente cuando todos los miembros estén de acuerdo y “se cumplan las condiciones”, sin ofrecer un calendario concreto.
Estados Unidos y Alemania apuntaron ayer miércoles que esas condiciones no se refieren solamente a cuestiones militares sino también a reformas para proteger la democracia y el Estado de derecho en Ucrania.
“Ningún país está exceptuado” de esas condiciones, dijo el canciller alemán, Olaf Scholz.
Por su parte, Biden dijo a Zelenski que endiente su “frustración” después de que la OTAN decidiera no definir un calendario específico para la integración de Ucrania.
Biden hizo esas declaraciones durante una reunión con Zelenski en los márgenes de la cumbre de la OTAN.
“Su resiliencia y su determinación han sido un ejemplo para todo el mundo. La frustración que usted siente, solo puedo imaginármela. Sé que hay muchas veces que se siente frustrado y se pregunta cuándo las cosas van a llegarle, cómo de rápido y cómo vamos a llegar ahí. Pero le prometo que, en Estados Unidos, estamos haciendo todo lo que podemos para entregarle lo que necesita tan rápido como podemos”, manifestó Biden.
Adhesión de Suecia no antes de octubre
El Parlamento turco no podrá ratificar la adhesión de Suecia a la OTAN antes de octubre debido al receso estival del Congreso, afirmó ayer miércoles el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan.
“Hay dos meses de receso parlamentario” y cuando los parlamentarios regresen “habrá muchas propuestas legislativas que se discutirán por orden de importancia”, dijo el mandatario turco. “Pero nuestra intención es acabar con esto cuanto antes”, aseguró. “Cuando se abra la sesión del Parlamento, creo que su presidente estará de acuerdo en darle prioridad a este acuerdo”, agregó.
Erdogan puso fin el lunes a catorce meses de bloqueo al levantar su veto a la incorporación de Suecia a la OTAN. No obstante, advirtió a Suecia que no deberían permitir nuevas ofensas al Corán: “esperamos de Suecia que no tolere más ataques contra el Corán, que ofenden a más de 2.000 millones de musulmanes en todo el mundo”, señaló.
En los últimos dos meses, se quemaron ejemplares del Corán en Suecia en dos ocasiones, la última a finales de junio; unas acciones que Erdogan tildó de “terroristas”.