AFP, EFE
El líder de la oposición israelí, Yair Lapid, viajó ayer sábado a Washington para reunirse con altos funcionarios estadounidenses, en un momento de crecientes tensiones entre ambos gobiernos por la forma en la que Israel conduce su guerra contra el grupo palestino terrorista Hamás en Gaza.
Lapid tiene previsto reunirse con el secretario de Estado, Antony Blinken, el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan y otros altos funcionarios, informó su partido, la formación centrista Yesh Atid (Hay un Futuro).
El viaje se produce en un momento en que la relación de Israel con Estados Unidos es tensa debido al conflicto en la Franja de Gaza. Biden le había advirtido a Israel que el apoyo de Estados Unidos dependerá de las medidas que tome para proteger a los civiles palestinos.
Estados Unidos también planteó inquietudes respecto al plan anunciado por el primer ministro israleí, Netanyahu, de lanzar una ofensiva terrestre contra Rafah, una localidad del sur de Gaza donde cerca de 1,5 millones de civiles están hacinados, muchos de ellos desplazados por los combates.
Protesta
Más de 100.000 israelíes se congregaron ayer en el centro de Tel Aviv en una multitudinaria manifestación para reclamar al gobierno de Benjamín Netanyahu un acuerdo para la liberación de todos los rehenes, además de elecciones anticipadas para destituirlo.
“Benjamin Netanyahu demora el acuerdo a propósito. Es él quien se interpone entre nosotros y nuestros seres queridos en Gaza. Los rehenes no tienen tiempo para las elecciones ni para esperar, el obstáculo al acuerdo debe eliminarse ahora y por eso Netanyahu debe ser reemplazado inmediatamente”, clamó en la protesta la israelí Einav Zangauker, cuyo hijo Matan sigue cautivo en la Franja.
Se trata de la manifestación más masiva desde que comenzó la guerra, junto con la celebrada en Jerusalén el pasado domingo, convocada con el mismo mensaje y después de que el foro de familias de los rehenes se haya unido al movimiento de protestas antigubernamentales que ya existía antes de la guerra para elevar el tono de sus reclamos, que ya toman un cariz político.
El punto de encuentro fue la intersección entre las calles Kaplan y Begin en Tel Aviv, en lo que hace un año se rebautizó como Plaza de la Democracia, al ser el lugar de encuentro durante 2023 de las masivas protestas en contra de la reforma judicial impulsada por el gobierno de Netanyahu.
Protestas con los mismos reclamos -liberar a los rehenes y nuevos comicios- se están celebrando en otros 50 lugares de Israel, como en Haifa, Cesarea, Herzliya, Kfar Saba, Raanana o Karkur, en conmemoración de los seis meses desde el brutal ataque del grupo palestino terrorista Hamás el 7 de octubre.
En todo el país, los organizadores estiman que 150.000 personas salieron a las calles ayer, según declararon a los medios.
“El pacto más fundamental entre un Estado y sus ciudadanos nos obliga a hacer todo lo posible -con creatividad, perseverancia y determinación- para actuar en todos los sentidos para llevarlos a casa”, afirmó ayer el presidente de Israel, Isaac Herzog, en un mensaje a la ciudadanía al cumplirse medio año de guerra, y en paralelo a las protestas contra Netanyahu para reclamar un acuerdo por la liberación de los cautivos, al que señalan como responsable de la falta de avances por el lado israelí.