AFP, EFE
Los líderes del G7 pidieron ayer jueves al grupo terrorista palestino Hamás que acepte una hoja de ruta para un alto el fuego en Gaza anunciada en mayo por el presidente estadounidense Joe Biden.

El Consejo de Seguridad de la ONU apoyó el plan y “ahora es importante que todos lo implementen”, dijo el canciller alemán Olaf Scholz en la cumbre del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) que se está celebrando en Bari, en el sur de Italia. “Por eso pedimos en particular a Hamás que dé el consentimiento necesario para que esto pueda funcionar ahora”, añadió.

Biden lanzó en mayo un plan para alcanzar una tregua y la liberación de los rehenes. Sin embargo Hamás pide garantizar el fin permanente de la guerra, una demanda que Israel ha rechazado hasta ahora.

La guerra en Gaza comenzó después del ataque sin precedentes de Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel, en el cual el grupo terrorista palestino asesinó a 1.194 personas, en su mayoría civiles. Hamás también tomó 251 rehenes. De ellos, 116 permanecen en Gaza, aunque el ejército israelí estima que 41 han muerto.

Foto: AFP

En tanto, el grupo chií libanés Hezbolá reivindicó ayer jueves un ataque con cohetes y drones contra una serie de objetivos militares en el norte de Israel, como parte de su respuesta a la muerte de un importante comandante del movimiento terrorista fallecido hace dos días.

Los combatientes de Hezbolá dispararon proyectiles tipo Katyusha y Falaq contra seis cuarteles del Ejército israelí, al tiempo que varias bandadas de drones de ataque se dirigieron contra tres bases militares destacadas del Estado judío.

Entre los objetivos de la acción estuvieron una base que sirve de cuartel al Mando Norte y otra que, de acuerdo con Hezbolá, es la “principal sede de inteligencia responsable de asesinatos en la región norte”.

El Ejército israelí confirmó el lanzamiento de unos 40 proyectiles procedentes del Líbano contra las zonas de los Altos del Golán y Galilea, donde su impactó desencadenó una serie de incendios, pese a que varios fueron interceptados por las defensas antiaéreas.

El ataque de Hezbolá fue una respuesta a la muerte del comandante Taleb Sami Abdalá, conocido como Abu Taleb, quien falleció el martes junto a otros cuatro miembros del grupo terrorista en un bombardeo israelí contra la vivienda en la que se encontraba en la localidad de Jouaiyya.

También en respuesta a la muerte del líder, la baja de mayor rango en las filas del grupo chií en ocho meses de fuego cruzado, Hezbolá volvió a atacar un poco más tarde dos de las posiciones israelíes que ya habían sido objetivo de su acción.

Según otro comunicado emitido por el grupo chií, esa segunda operación fue llevada a cabo con sendos “escuadrones” de aviones no tripulados.

La muerte de Abu Taleb supuso subir otro escalón, pues llevó al movimiento libanés a lanzar cerca de 200 proyectiles contra varios puntos del norte de Israel, algunos de ellos bastante alejados de la frontera donde se suelen concentrar las hostilidades.