"Lo más sano para Orsi es buscar el equilibrio entre Milei y Lula", opina politólogo argentino

El politólogo argentino Daniel Zovatto analiza los ciclos electorales de la región. El analista estuvo en Montevideo como invitado de la Corte Electoral para seguir el balotaje del domingo 24.

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Zovatto: el politólogo y experto electoral en la charla que brindó en la Fundación Konrad Adenauer
Zovatto: el politólogo y experto electoral en la charla que brindó en la Fundación Konrad Adenauer

El presidente electo Yamandú Orsi debería actuar como un “equilibrista” entre la Argentina de Javier Milei y el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, pero sin “casarse completamente” con el mandatario brasileño por si hay una alternancia en el gobierno de ese país, opinó Daniel Zovatto, politólogo argentino y experto en temas electorales en América Latina. Zovatto estuvo en Montevideo como invitado de la Corte Electoral para seguir el balotaje del domingo 24. Además, dio una charla sobre su especialidad en la Fundación Konrad Adenauer.

En diálogo con El País, Zovatto consideró importante ver qué política adoptará Donald Trump cuando asuma en enero en Estados Unidos. Estimó que la política de Trump hacia la región estará “claramente focalizada en México y la parte que compete a América Central por el tema migratorio y el tráfico de drogas”.

De todos modos, consideró que la relación personal de Milei con Trump y con Elon Musk podría darle al presidente argentino “un papel de interlocutor privilegiado” en la región. “Por su relación personal, pero también por la comunidad de ciertos temas: agendas anti ONU, anti 2030, anti cambio climático, anti género. Habría que ver cómo se traduce eso”, dejó planteado.

Orsi junto a Lula y Mujica.
Orsi junto a Lula y Mujica.
Foto: archivo.Foto: Archivo

¿Y cómo se posiciona Orsi entre Milei y Lula? Zovatto estima que Lula va a tratar de “atraer rápidamente” a Orsi, porque al presidente brasileño “le quedan 20 meses y no es seguro que pueda repetir”. Pero también destacó que Orsi se manifestó “muy pragmático y dijo que Milei es su vecino y debe entenderse con él”.

Si bien se espera que el contexto internacional para Uruguay traiga “viento en contra”, en la región del Río de la Plata sin embargo “el viento de cola que eventualmente pudiera recibir Milei de Trump puede llegar a esta costa. Es decir, si no me llevo tan mal con Milei y puedo tener una relación de equilibrio, puedo beneficiarme. Si Milei flexibiliza el Mercosur y logra un acuerdo bilateral con EE.UU., hombre, yo no abrí la puerta pero si la abrió Milei y a mí me sirve, puedo ir por ese camino”, dijo Zovatto.

De todos modos, indicó que Orsi debe estar atento a los cambios políticos en la región por las elecciones en los próximos dos años en algunos países. “Si la situación cambia en Chile, si se mantiene en Ecuador, y si hay alternancia en Brasil y en Colombia, el tercer año de Orsi lo encuentra en una situación prácticamente de gobiernos de derecha o centro derecha en América del Sur. La mirada es luces cortas los primeros dos años, pero después con luces un poquito más largas para los últimos tres años”.

“Lo más sano para Orsi, no sé qué tan equilibrista sea, es ir buscando entre Brasil y Argentina, entre Lula y Milei, sin pelearse, pero a su vez anticipando que si hay una alternancia en enero de 2027 en Brasil y llega la derecha, tampoco haberse casado completamente con Lula. Ese es un elemento de mucha prudencia. Además, teniendo la referencia de que tendrá cuatro años de Trump por delante”, indicó Zovatto.

En su opinión, lo que necesita América Latina “es despersonalizar y desapasionar las relaciones entre los presidentes, y concentrarnos más en los intereses de los Estado”.

También subrayó que un “gran tema para Orsi” será Venezuela, y que si considera que Nicolás Maduro es un dictador “tiene que actuar en consecuencia”.

“Ojalá Uruguay pueda mantener de cara al nuevo gobierno una línea similar en materia de política exterior de defensa de la democracia y derechos humanos similar a la de Lacalle Pou. No digo igual, pero sí similar. Porque en este momento si hay un país que tiene todos los diplomas para poder hablar con autoridad en defensa de la democracia, de las elecciones libres y de los derechos humanos, es Uruguay”, afirmó Zovatto.

Mar-a-Lago. Donald Trump junto a Javier Milei en la gala del jueves de noche en Palm Beach.
Mar-a-Lago. Donald Trump junto a Javier Milei en la gala del jueves de noche en Palm Beach.
Foto: Joe Raedle/AFP.

Ciclo electoral 2025-26

El balotaje del domingo en Uruguay cerró lo que Zovatto define como el “súper ciclo electoral” en América Latina, “una región donde la tendencia ha sido el voto castigo”, aunque “desacelerado”, y que hoy se presenta “más heterogénea desde el punto de vista de la diversidad ideológica”.

Zovatto dice que para los años 2025 y 2026 se “abren grandes interrogantes”.

“Al inicio del súper ciclo electoral las seis principales economías de América Latina estaban en manos de gobiernos de izquierda o centroizquierda (López Obrador en México, Petro en Colombia, Castillo en Perú, Boric en Chile, Fernández en Argentina y Lula en Brasil). Y eso comienza a cambiar como resultado de las elecciones de 2023-2024. Cerramos con una región más equilibrada. Sin olas rosas dominantes, ni olas azules dominantes”, explica el politólogo.

A partir de 2025 se inicia un “nuevo súper ciclo electoral” en la región, dice Zovatto. Comienza en febrero con las presidenciales en Ecuador, donde Noboa buscará la reelección. Luego será el turno de Chile en noviembre, “donde podría haber alternancia”.

En 2026 habrá elecciones presidenciales en Brasil, en Perú -si no es que se adelanta por las crisis que enfrenta Boluarte, aclara Zovatto- y en Colombia.

“Entonces la pregunta es: de cara al nuevo súper ciclo, sigue el tema de voto castigo. Si sigue el voto castigo, el resultado es que vamos a tener una región finalizando 2026 más corrida a la derecha y al centro derecha, sumado a Trump en EE.UU, y un primer ministro mucho más conservador en Canadá”, estima el analista.

democracia uruguaya

Tres puntos a tener en cuenta

Si bien destacó la fortaleza de la democracia uruguaya, Daniel Zovatto considera que hay tres puntos a los que debe ponerse atención.

El primero, el financiamiento de los partidos políticos. “Si una de las principales preocupaciones es el aumento de la delincuencia por el narcotráfico, el tema del narco financiamiento y la penetración del dinero del crimen organizado en las campañas electorales no es un dato menor”, sostuvo.

El segundo, el uso de las redes sociales en campañas electorales. “Ustedes (en Uruguay) de momento han evadido una tormenta que está arrasando en muchas democracias, que es el mal uso de las redes sociales, gatillando campañas salvajes de desinformación que traen procesos de polarización tóxicas que generan divisiones muy fuertes en las sociedades, donde el adversario se convierte en enemigo y que después es muy difícil volver a recuperar”, explicó el experto.

Y el tercer punto, “una democracia más paritaria”. “En principio el tema de las cuotas no me gusta, pero sí creo que hay que darle una oportunidad de mayor presencia, participación y permanencia de las mujeres” en cargos de representatividad.

Uruguay, un caso “atípico” entre las democracias

Daniel Zovatto elogió el proceso electoral uruguayo. “Lo que vimos el domingo ratifica lo que constituye uno de los acervos y de los capitales activos más importantes que tiene el Uruguay. Por un lado, esta democracia que todos los índices colocan como la de mejor calidad en América Latina y una de las de mejores calidad en el mundo.”, dijo.

Zovatto destacó el saludo del presidente Luis Lacalle Pou a Yamandú Orsi, el discurso del candidato oficialista Álvaro Delgado ofreciendo gobernabilidad, y el del presidente electo, que definió con una frase de Winston Churchill: “magnánimo en la victoria”.

“Esto que a ustedes les parece dentro de la normalidad uruguaya, de poner primero siempre al país, después a los partidos y en tercer lugar a las personas, me parece un acto de una enorme ejemplaridad, muy, muy atípica en medio de las serias amenazas a la democracia en muchos países”, subrayó Zovatto.

Saludo entre Lacalle y Orsi
ELECCIONES

Recesión democrática luego de la tercera ola

Daniel Zovatto hizo referencia al libro La tercera ola: democratización a finales del siglo XX de Samuel P. Huntington, que describe cómo decenas de países fueron recuperando la democracia a partir de 1974, el año de la Revolución de los Claveles en Portugal.

“Este proceso a partir de 2006, 2007, 2008 comienza a estancarse y en muchos casos a revertirse. Y lo que vemos en los últimos 15 años es lo que algunos llamamos ‘recesión democrática’. ¿Qué quiere decir esto? Que son más los países que viajan hacia sistemas que se están autocratizando. Entonces, ¿cuál es uno de los grandes desafíos que estamos viendo? La falta de capacidad de las democracias para dar resultados a las demandas que la ciudadanía les pide. Y esto está generando una ola de votos anti incumbente”, explicó Zovatto.

Este ha sido el año de más elecciones en el mundo -recuerda-, unas 70 en más de 60 países.

Zovatto explica que en estas elecciones alrededor del mundo, en su gran mayoría las que han sido democráticas, trajeron un voto castigo a los partidos en el gobierno. “Está el caso de EE.UU., pero también la paliza electoral en Reino Unido. En América Latina entre el 2021 y 2024 tuvimos lo que he llamado el súper ciclo electoral latinoamericano. En 2021 en Perú, Ecuador, Chile y Hondura perdió el partido en el gobierno, independientemente del signo político; la de Nicaragua fue una farsa electoral. En 2022 en Brasil, Colombia y Costa Rica perdió el partido que estaba en el gobierno. En 2023, de las cuatro elecciones que hubo, en tres ganó la oposición (Argentina, Ecuador y Guatemala). En el único lugar donde ganó el oficialismo, no hay que sorprenderse, es en Paraguay. En 2024 hubo seis elecciones: cinco democráticas y una farsa en Venezuela. De las cinco democráticas, la tendencia anti incumbente de voto castigo se desaceleró, en mi opinión por circunstancias muy propias de liderazgos y de los países. En cinco de estas elecciones, en dos ganó la oposición (Panamá y Uruguay), y en las otras tres (El Salvador, República Dominicana y México) ganó el oficialismo. En parte yo creo que la desaceleración de este voto castigo se explica en estos tres países porque son tres de los cuatro presidentes que tiene un nivel de popularidad cercana o superior al 50%. El único que falta es Luis Lacalle Pou”.

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