AFP, EFE y El País de Madrid
Un gran operativo de búsqueda se lanzó ayer lunes para localizar a un pequeño submarino que desapareció con turistas a bordo que iban a observar los restos del transatlántico británico Titanic en el Atlántico Norte. La búsqueda está a cargo de la Guardia Costera de Estados Unidos con apoyo de Canadá.
Se desconoce cuántas personas había en el submarino de la empresa OceanGate Expeditions.
En su página web, la empresa ofrece viajes de ocho días y siete noches para visitar los restos del Titanic, con un precio de 250.000 dólares.
OceanGate Expeditions es la única compañía que tiene un submarino, llamado “Titan”, que es capaz de llegar al fondo del océano para ver los restos del Titanic de cerca. El submarino usado por esa empresa suele tener una tripulación de cinco personas.
Según el periódico británico The Guardian, ese era el número de personas que estaban a bordo de la nave, entre ellos el millonario y aviador británico Hamish Harding, que publicó el domingo en su cuenta de Instagram que estaba “orgulloso de anunciar finalmente” que se había unido a la Expedición OceanGate “para su Misión RMS TITANIC como especialista de misión en el submarino que baja al Titanic”.
“Debido al peor invierno en Terranova en 40 años, es probable que esta misión sea la primera y única misión tripulada al Titanic en 2023”, agregó el aviador de 58 años.
“Se acaba de abrir una ventana meteorológica y mañana (por el lunes) intentaremos bucear”, añade.
Acompañando su entrada en Facebook, Harding compartió una fotografía en la que aparece firmando un letrero con las palabras “Expedición Titanic, Misión V”, así como imágenes del submarino y uno de los barcos de OceanGate Expeditions.
En un comunicado, la empresa afirmó que trata de “explorar y movilizar todas las opciones para traer de regreso a la tripulación a salvo”.
Las labores de rescate se centran en un área ubicada aproximadamente a 900 millas (1.450 kilómetros) del Cabo Cod de Massachusetts, donde se presume que podría encontrarse el submarino, según informó la Guardia Costera en su cuenta de Twitter.
A comienzos de este mes, OceanGate había tuiteado sobre el viaje, al indicar que se mantenía en contacto con su nave a través del sistema Starlink de Elon Musk, que proporcionaba internet y las comunicaciones a bordo. “Pese a estar en la mitad del Atlántico Norte, tenemos la conexión que necesitamos para que nuestras operaciones de inmersión en el Titanic sean un éxito. ¡Gracias, Starlink!”, indicaba el mensaje el 1 de junio. La compañía tuiteó el viernes por última vez sobre este tipo de expedición.
Tan solo la semana pasada, la página web de OceanGate hacía publicidad de su expedición al Titanic: “Siga las huellas de Jacques Cousteau y conviértase en un explorador submarino (...). Esta es su oportunidad de abandonar la rutina diaria y descubrir algo de verdad extraordinario”.
“Conviértase en uno de los pocos en haber visto el Titanic con sus propios ojos”, alentaba.
El viaje de ocho días parte de Saint John, en Terranova, desde donde un barco traslada a la tripulación y a los turistas al punto donde se encuentra sumergido el Titanic. Tras un par de días de familiarización con el sumergible, comienza la inmersión. “Una vez que se lanza el submarino empezará a ver formas que parecen de otro mundo pasar ante el ojo de buey mientras usted desciende más y más en el océano. El descenso dura unas dos horas, pero se siente como un abrir y cerrar de ojos”, dice la empresa.
El Titanic zarpó del puerto inglés de Southampton el 10 de abril de 1912 para un viaje inaugural rumbo a Nueva York, pero naufragó tras chocar contra un iceberg cinco días después. De los 2.224 pasajeros y tripulantes que viajaban a bordo, fallecieron casi 1.500.
Entre las víctimas había tres uruguayos: Ramón Artagaveytia, de 72 años, Francisco Carrau (28) y su primo José Pedro Carrau (16).
Los restos del transatlántico fueron descubiertos en 1985 a 650 kilómetros de la costa canadiense, a una profundidad de 4.000 metros en aguas internacionales del océano Atlántico. Desde entonces, visitan el área buscadores de tesoros y turistas.
El mito que atrae a turistas y coleccionistas
Los restos del Titanic atraen desde hace décadas a turistas. Existen compañías que organizan viajes de varios días para ver los restos del Titanic, que se hundió a unos 3.800 metros de profundidad y a 640 kilómetros de la isla canadiense de Terranova. Algunos turistas han llegado a abonar varias decenas de miles de euros para descender en minisubmarinos hasta el transatlántico.
Los restos del Titanic, calificado en su época de insumergible y hundido en las gélidas aguas del Atlántico norte durante su travesía inaugural tras chocar contra un iceberg el 15 de abril de 1912, permanecieron ocultos en el fondo del océano 73 años, hasta que en 1985 se halló en qué lugar reposaban.
El 1 de septiembre de ese año Robert Ballard, un explorador submarino estadounidense, encontró el Titanic, lo que motivó el renacer del mito del transatlántico, sobre todo cuando dos años después la empresa Titanic Ventures recolectó 1.800 objetos del barco.
Las imágenes de cuberterías, valiosas joyas y piezas ornamentales despertaron la curiosidad de coleccionistas, que contemplaron a través de la televisión los restos de una tragedia que había turbado a muchos durante decenios.
El último golpe de efecto vino de la mano del director de cine James Cameron, de origen canadiense, quien en 1997 recreó el naufragio en una cinta que devino en una de las más taquilleras de la historia del cine y fue merecedora de ocho Oscar.