EFE, AFP
El planteo del presidente francés Emmanuel Macron de analizar el envío de tropas a Ucrania para combatir la invasión rusa, fue rechazado ayer martes por todos los aliados occidentales. La idea le valió a Macron, además, críticas de la oposición francesa.
Al día siguiente de su sorprendente propuesta, Macron vio como Washington, Berlín, Madrid, Roma o la OTAN, entre otros, se desmarcaban de sus palabras, mientras que en París se convirtió en el centro de los dardos de la oposición, que le reprochó alimentar una escalada de la guerra en Ucrania.
“Macron ha superado una barrera suplementaria de beligerancia al hacer que planee un riesgo existencial sobre 70 millones de franceses”, aseguró la líder ultraderechista Marine Le Pen en la Asamblea Nacional.
Una acusación que respondió el primer ministro, Gabriel Attal, que recordó que antes de la invasión de Ucrania en febrero de 2022 Le Pen defendía una alianza militar con Rusia: “Cabe preguntarse si las tropas de (el presidente ruso) Vladímir Putin no están ya en nuestro país”.
El líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon consideró que el eventual envío de tropas conduciría a Francia a entrar en guerra contra Rusia, lo que sería “una locura”, al tiempo que acusó a Macron de ser un “irresponsable”.
El presidente francés aseguró este lunes al término de una cumbre con más de 20 mandatarios europeos sobre Ucrania que el envío de fuerzas terrestres a ese país no debería ser excluido y recordó que en el pasado ya se han superado otras líneas rojas ante la persistencia del conflicto.
Macron afirmó que nada puede ser descartado cuando se trata de lograr que Rusia pierda esa guerra.
Estados Unidos, Alemania, el Reino Unido, España y otros aliados se opusieron también al envío de tropas occidentales para luchar contra la invasión rusa en Ucrania.
“Estados Unidos no enviará tropas a combatir en Ucrania”, afirmó la vocera del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, precisando que el “camino hacia la victoria” pasa por la aprobación en el Congreso de una ayuda militar bloqueada.
Al igual que Washington, otros aliados europeos de Ucrania negaron la posibilidad de enviar tropas. Alemania, España, Italia, Polonia, Suecia y República Checa se pronunciaron en la misma línea, así como un funcionario de la OTAN que aseguró que “no hay planes de enviar tropas de combate” a Ucrania. El Reino Unido aseguró que no prevé un “despliegue a gran escala”.
El Vaticano también habló del tema. El secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, advirtió que el envío de tropas a Ucrania provocaría “la escalada que se ha intentado siempre evitar”.
“Sería la escalada que siempre hemos intentado evitar desde el principio, un escenario que no diría apocalíptico pero sí aterrador”, dijo Parolin al margen de un evento.
Para Moscú, la presencia de tropas de países miembros de la OTAN volvería “inevitable” una confrontación directa entre Rusia y la alianza militar.
Tras la reacción de sus aliados y el rechazo de toda la oposición política en Francia, el ministro francés de Defensa, Sébastien Lecornu, aseguró que “está claro que no se trata de hacer la guerra a Rusia”.
Los efectivos se dedicarían a “nuevas acciones” de apoyo a Ucrania, como desminado o lucha contra ciberataques, precisó el canciller francés, Stéphane Séjourné.
Para Rym Momtaz, investigadora del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), “no se está hablando de soldados en primera línea de combate, sino de actividades específicas lejos del frente”.
Macron citó cinco prioridades: desminado, seguridad de países vecinos como Moldavia, ciberdefensa, apoyo a Ucrania en su frontera con Bielorrusia con fuerzas no militares y fabricación conjunta de armamento en suelo ucraniano.
Los aliados occidentales sí apoyaron crear una nueva coalición para suministrar a Ucrania misiles y bombas de medio y largo alcance, y ayudar a Kiev a comprar municiones fuera de la Unión Europea.
“Señal política” con un “triple mensaje”
El envío de tropas a Ucrania representa un tabú para los países de la OTAN para evitar una escalada con la potencia nuclear rusa, pero, a lo largo de la guerra iniciada con la invasión en febrero de 2022, muchas líneas rojas han caído progresivamente, como el suministro de misiles de crucero por parte de los aliados occidentales.
Para el exsecretario general adjunto de la alianza militar Camille Grand, el planteo del presidente Emmanuel Macron representan una “importante señal política”. “El mensaje es triple: a los ucranianos, les decimos que estamos dispuestos a correr riesgos junto a ellos; a Rusia, que esta guerra es muy importante para nosotros; y a la opinión pública, que lo que está en juego es tan importante que no podemos descartar esta posibilidad”, indicó a la AFP.
Cada vez hay más dudas sobre la viabilidad del apoyo a largo plazo de Estados Unidos a Ucrania, especialmente ante la posibilidad de un regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y cuando un nuevo paquete de ayuda sigue bloqueado en el Congreso.
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