Con información de AFP y El País de Madrid
Emmanuel Macron, que había encontrado alivio tras meses de protestas por la reforma de pensiones, se enfrenta a una ola de disturbios que, en su cuarta noche, del viernes a ayer sábado, dejó un saldo de 1.300 arrestos. El presidente francés decidió incluso posponer su visita a Alemania, que estaba programada para comenzar hoy y terminar el martes, y en la que debía celebrarse una cumbre entre las dos principales potencias de la Unión Europea. En su lugar, convocó una nueva reunión de la célula de crisis para estudiar los siguientes pasos a dar.
Tras la muerte de Nahel, un adolescente de 17 años, por el disparo de un policía durante un control de tránsito, la cólera estalló y desde ese día la violencia se extiende por los suburbios de Marsella, Lyon, Nantes y Toulouse.
El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, informó que la violencia del viernes fue de “una intensidad mucho menor” que en las noches anteriores, pero su cartera registró 1.311 arrestos en todo el país.
La cifra de detenidos reportada ayer sábado es la mayor desde que comenzaron los disturbios. El funeral de Nahel empezó ayer sábado en Nanterre, el municipio al noroeste de París en el que residía. Una gran multitud se congregó en el cementerio de la localidad, donde se respiraba un ambiente tenso, según un periodista de la AFP.
“Que descanse en paz, que se haga justicia. He venido para apoyar a la mamá, ella no tenía a nadie más que a él, la pobre”, declaró a la AFP una mujer que no deseó dar su nombre, al salir de la funeraria de Nanterre.
Según las autoridades, en la madrugada del sábado 1.350 vehículos fueron incendiados o dañados, 234 edificios quemados o deteriorados y se registraron 2.560 incendios en la vía pública. El Ministerio del Interior también afirmó que 79 policías y gendarmes resultaron heridos.
Asimismo, la muerte del joven, cuya familia es oriunda de Argelia, agitó el debate sobre la violencia policial en Francia, donde en 2022 murieron 13 personas en circunstancias similares y generó críticas a las fuerzas del orden, percibidas como racistas por parte de la población.
Ni los 45.000 agentes movilizados ni los blindados desplegados en todo el país lograron detener los actos de vandalismo en ciudades como Marsella (sur) o Lyon y Grenoble, ambas en el centro-este, donde grupos de personas -en muchos casos, encapuchadas- saquearon comercios.
En París y en sus suburbios, a pesar de la lluvia, también se registraron disturbios ayer de madrugada. En esa zona, se produjeron 406 detenciones, cerca de la mitad de los arrestos efectuados a nivel nacional, indicó una fuente policial.
Las autoridades impusieron toques de queda en al menos tres localidades de la región de la capital francesa y en varias otras del país.
Además, el gobierno decidió ayer mantener movilizados a 45.000 miembros de las fuerzas de seguridad, ante el riesgo de una quinta noche de incidentes.
Viaje suspendido
“Debido a la situación interna, el Presidente de la República indicó que deseaba permanecer en Francia en los próximos días. Los dos presidentes acordaron aplazar la visita a Alemania a una fecha posterior”, informó ayer el Elíseo en un comunicado. Macron llegó el viernes a París tras abandonar antes de tiempo el Consejo Europeo en Bruselas.
La decisión de aplazar ahora la visita a Berlín se tomó tras una conversación telefónica con su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier, quien “se mostró plenamente comprensivo ante la situación” que atraviesa el país, según la presidencia alemana.
Aún no se ha acordado una nueva fecha para esta visita de Estado, la primera que un presidente francés efectúa a Alemania en 23 años. La anterior se remonta al año 2000 bajo la presidencia de Jacques Chirac.
Macron descarta por ahora, como le exigen la derecha y la extrema derecha, imponer el estado de emergencia.
El Gobierno ha condenado la violencia y apuesta de momento por reforzar la seguridad. También ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de los padres -en las protestas participan muchos adolescentes- y de las redes sociales para que eliminen los mensajes que incitan a la violencia.
De hecho, de las 875 personas interpeladas en la noche del jueves, “un tercio son jóvenes, a veces muy jóvenes”, detalló Macron el viernes. “La edad media es 17 años”, precisó por su parte el ministro del Interior.
Algunos comenzaron a comparecer ante los tribunales de la región parisina. Son estudiantes de secundaria, en formación profesional, barmans, jóvenes apenas mayores de edad y muchos de ellos no tienen antecedentes penales.
Protestan también en Bruselas
Un total de 101 personas fueron detenidas en Bruselas durante la noche del viernes tras participar en nuevas protestas en la capital belga por la muerte de Nahel. Además, otra treintena de individuos fueron detenidos en la ciudad de Lieja (este de Bélgica).
La policía de Bruselas-Ixelles realizó el viernes 94 arrestos administrativo tras las manifestaciones que tuvieron lugar en algunos barrios del centro de la capital belga. La policía de Bruselas-Ixelles no detectó incidentes importantes en la noche del viernes, según indicó la agencia de noticias Belga. No obstante, detuvo a 94 personas, 80 de ellas menores de edad. De acuerdo con la agencia Belga, pese a la falta de incidentes graves en Bruselas, varios jóvenes fueron arrestados de manera preventiva porque se encontraban en lugares en los que se habían convocado protestas con material que, según la policía, “podría utilizarse para cometer daños”.
En tanto, en Lieja, se realizó una treintena de arrestos administrativos en la madrugada de ayer después de que en las redes sociales se llamara a protestar en el centro de la ciudad.
La policía ya había detenido a 64 personas en Bruselas en la noche del jueves a causa de las protestas.